Las causas de las dificultades en el aprendizaje que explican el bajo rendimiento, la repitencia y en última instancia la deserción son varias y pueden estar relacionadas con el propio estudiante y sus condiciones personales; también con la forma en que el sistema educativo formal está caracterizado o bien con cuestiones socio-económicas relacionadas con el contexto en el que el estudiante vive. Todos estos factores constituyen cuestiones a tener en cuenta de manera previa a la elaboración de una estrategia acertada. En Salta, por ejemplo, la pobreza es un problema para la educación, ya que en entornos pobres de aprendizaje, el adquirir capacidades en la escuela se dificulta, hay alumnos que salen de la primaria sin poder leer una oración de corrido, cuestiones como estas hacen que los aumentos de aprendizajes se constituyan una métrica clave de la calidad y deberían ser el núcleo central de los indicadores y las inversiones a realizarse en el área educativa en los próximos tiempos. Cuando en nuestra provincia hablamos de educación nos referimos a una estructura que cuenta con más de 1.400 establecimientos educativos, una matrícula de 450.000 alumnos de los cuales el 83% está en escuelas estatales y el 17% en privados, unos 36.000 cargos docentes que tienen fuertes vínculos con una estructura mucho más grande como lo es la nacional con la que se debe coordinar gran parte de los esfuerzos; introducir cambios en el sistema seguramente requerirá tiempo y planificación acertada.
Evidentemente, el gasto es importante pero debemos tener en claro que mejorar el aprendizaje implica más que brindar recursos. No hay duda de que brindar niveles adecuados de inversión para la escolarización es fundamental para el progreso en un país o una provincia, pero también es cierto que los recursos deben utilizarse eficazmente para acelerar el aprendizaje. Es importante continuar con la política de extensión de la cobertura. Todavía quedan amplios grupos de población que están afuera del sistema y es importante el número de estudiantes secundarios que abandonan la escuela; todos ellos problemas que persisten y sobre los cuales hay que seguir trabajando. Hay que plantear una política de elevación de la calidad, la gran mayoría de los estudiantes asiste a escuelas públicas con debilidades marcadas. Debe fortalecerse la escuela pública que contiene a la mayoría de nuestros estudiantes, más en el interior provincial donde la pobreza incide aún más en los aprendizajes.
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Las causas de las dificultades en el aprendizaje que explican el bajo rendimiento, la repitencia y en última instancia la deserción son varias y pueden estar relacionadas con el propio estudiante y sus condiciones personales; también con la forma en que el sistema educativo formal está caracterizado o bien con cuestiones socio-económicas relacionadas con el contexto en el que el estudiante vive. Todos estos factores constituyen cuestiones a tener en cuenta de manera previa a la elaboración de una estrategia acertada. En Salta, por ejemplo, la pobreza es un problema para la educación, ya que en entornos pobres de aprendizaje, el adquirir capacidades en la escuela se dificulta, hay alumnos que salen de la primaria sin poder leer una oración de corrido, cuestiones como estas hacen que los aumentos de aprendizajes se constituyan una métrica clave de la calidad y deberían ser el núcleo central de los indicadores y las inversiones a realizarse en el área educativa en los próximos tiempos. Cuando en nuestra provincia hablamos de educación nos referimos a una estructura que cuenta con más de 1.400 establecimientos educativos, una matrícula de 450.000 alumnos de los cuales el 83% está en escuelas estatales y el 17% en privados, unos 36.000 cargos docentes que tienen fuertes vínculos con una estructura mucho más grande como lo es la nacional con la que se debe coordinar gran parte de los esfuerzos; introducir cambios en el sistema seguramente requerirá tiempo y planificación acertada.
Evidentemente, el gasto es importante pero debemos tener en claro que mejorar el aprendizaje implica más que brindar recursos. No hay duda de que brindar niveles adecuados de inversión para la escolarización es fundamental para el progreso en un país o una provincia, pero también es cierto que los recursos deben utilizarse eficazmente para acelerar el aprendizaje. Es importante continuar con la política de extensión de la cobertura. Todavía quedan amplios grupos de población que están afuera del sistema y es importante el número de estudiantes secundarios que abandonan la escuela; todos ellos problemas que persisten y sobre los cuales hay que seguir trabajando. Hay que plantear una política de elevación de la calidad, la gran mayoría de los estudiantes asiste a escuelas públicas con debilidades marcadas. Debe fortalecerse la escuela pública que contiene a la mayoría de nuestros estudiantes, más en el interior provincial donde la pobreza incide aún más en los aprendizajes.
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