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19 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Realizan la primera jornada de la agricultura familiar

El programa de Desarrollo Rural de Nación y la ley provincial propician la formación de mesas en las distintas comunas para programar actividades productivas integrales.
Domingo, 15 de octubre de 2017 00:00

El próximo martes funcionarios municipales, concejales, directivos de escuelas de Aguaray junto a dirigentes criollos y aborígenes de diversos parajes y comunidades se reunirán en un primer encuentro que tendrá lugar en la Casa de la Cultura local, con el objeto de conformar una mesa en la que todos estos sectores se encuentren representados.

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El próximo martes funcionarios municipales, concejales, directivos de escuelas de Aguaray junto a dirigentes criollos y aborígenes de diversos parajes y comunidades se reunirán en un primer encuentro que tendrá lugar en la Casa de la Cultura local, con el objeto de conformar una mesa en la que todos estos sectores se encuentren representados.

El objetivo es avanzar en la concreción de un primer eslabón de una larga cadena de valor, que tiene como protagonistas a los pequeños productores rurales -tanto criollos como originarios- y que comienza con la producción primaria y concluye en la comercialización de sus productos.

Aguaray es un municipio extenso, conformado por unos 18 parajes y, al igual que General Mosconi, padece desde hace 25 años el flagelo de la desocupación más extrema, índice que según autoridades comunales estaría triplicando a la media nacional.

Dos o tres consorcios -PAE, Tecpetrol, Refinor- y unos cuántos establecimientos dedicados a la producción agrícola no pueden contener a la gran masa de desocupados tanto del pueblo como de los parajes que se ubican en el Chaco salteño como en las sierras del oeste (Acambuco, Macueta y Campo Largo) porque Aguaray es un municipio muy extenso.

Pero sus pobladores tienen algunas fortalezas que deben ser aprovechadas al máximo: la mayoría son comunidades guaraníes que traen ínsito, en su condición de originarios, el trabajo de la tierra.

Lo que producen lo destinan al autoconsumo o a la venta en baja escala entre las poblaciones criollas. Y si bien la vedette ha sido por siempre el maíz, otros productos lo reemplazan en los meses de invierno como la batata, el anco, la mandioca, el maní y las diferentes harinas derivadas, tan buscadas en estos tiempos como la de mandioca, apta para celíacos.

Roberto Vargas asumió hace algunas semanas como secretario de la Producción de Aguaray y por decisión del intendente, Alfredo Darouiche, será quien integre esta mesa en representación del Ejecutivo, cuyos objetivos y alcance se informará en la reunión del próximo martes.

"Se encuentra en vigencia la Ley provincial 7.789 que promueve el desarrollo rural y la agricultura familiar, que busca impulsar la economía social y que tuvo la adhesión del Concejo Deliberante mediante ordenanza. Esa ley dice que debe conformarse una mesa en cada municipio orientada al desarrollo rural, mesa que ya fue creada por resolución de la comuna de Aguaray", precisó.

También integrarán la mesa el INTA y el INTI.

Un plan sostenido de desarrollo

Prevén elaborar un diagnóstico certero de la situación para avanzar luego en proyectos.

Una vez conformada esta mesa se avanzará en la elaboración de un plan de desarrollo para que se orienten los recursos disponibles en ese ámbito municipal en Aguaray en materia de producción animal o vegetal y “definir cuáles cadenas de valor se van a desarrollar desde la producción primaria hasta la comercialización”, explicó el secretario de la Producción.

“Para eso debemos también elaborar indicadores sociales, ambientales, educativos y de desarrollo para que en función de ellos sepamos hacia dónde debemos orientarnos”, precisó Vargas.

Y agregó que “además, necesitamos tener un diagnóstico real de la situación para recién poder fijar los objetivos que debemos perseguir para revertir la situación actual y que logremos el desarrollo local”.

Vargas consideró por otra parte que “otro aspecto muy importante es que tengamos ese conocimiento y podamos argumentar sobre bases ciertas, al momento de solicitar programas tanto de la Nación como de la Provincia”.

“Sabemos que existe una oferta de ambos gobiernos, pero primero tenemos que conocer nuestra realidad y a partir de ahí saber a dónde tenemos que orientar los esfuerzos para obtener una rentabilidad en cualquier proyecto que se quiera implementar”, explicó convencido.

“En la región estamos en el subsuelo en materia de conocimiento y diagnóstico y no podemos ir a la Nación con las manos vacías o pretender que vengan los técnicos de nación o alguna ONG a decirnos cuáles son las soluciones, cuando somos nosotros quienes tenemos que llevar las propuestas lo más sólidas que podamos elaborarlas”, concluyó el flamante funcionario.

Trabajar para cambiar los anhelos y los objetivos

El funcionario consideró que “los pedidos a la Nación deben dejar de pasar por el colchón o el bolsón alimentario y fijarnos nosotros mismos el objetivo de que de ese cuarenta por ciento de nuestra población que está subsidiada encuentre el camino para el desarrollo sostenible en el tiempo”.

“Tenemos la cultura del trabajo de mucha gente que reside en los diferentes parajes, instituciones muy valiosas como el INTA y un intendente que es médico, por tanto, conoce muy de cerca la realidad social y las carencias de quienes residen en este municipio”, enumeró el secretario.

Y concluyó considerando que “lo que nos queda es ponernos a trabajar en esa mesa, en la que seguramente vamos a tener el aporte de muchos sectores como la salud y la educación. Todos queremos lo mismo y es que las familias dejen de depender del subsidio para vivir, que potencien todas sus habilidades productivas, que dejemos de comprar prácticamente todo lo que consumimos en materia de alimentos, de afuera, cuando lo podemos producir acá”.

“Pero para eso debemos saber dónde estamos parados y hacia dónde queremos caminar”, cerró Vargas.

Cabe señalar que dentro de la jurisdicción municipal existen valles muy fértiles como el de Acambuco y zona de Chaco semiárido con un régimen de no más de 400 mm de lluvias anuales, lo que obliga a repensar las potencialidades productivas por sectores, sumando las posibilidades reales de cada uno y respetando su forma de vida e idiosincrasia. 

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