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En Juventud debe primar la cordura antes que los "chivos expiatorios"

Para Godoy, a los clásicos no deberían dirigirlos árbitros salteños tras las polémicas del clásico. ¿Y la autocrítica?
Lunes, 16 de octubre de 2017 22:39

Los ecos del clásico del pasado domingo entre Juventud y Gimnasia y Tiro resuenan hasta hoy. Y como cada encuentro entre acérrimos rivales, la onda expansiva se hace oír en la semana, y con mayor fuerza aún cuando algunas situaciones polémicas quedaron en el tintero. 
El vuelo futbolístico y técnico estuvieron mayoritariamente ausentes en el empate en 1 en el Martearena, así como también el colorido de otros tiempos en las tribunas porque, para colmo de males, además de la controvertida prohibición vigente para el cotillón, el pobre marco de público tampoco confabuló a favor de la fiesta esperada.
Sin embargo, en la calle aún se habla de las dos polémicas del clásico: el supuesto off-side de Zárate en el empate antoniano (la acción fue muy fina y en las imágenes da toda la sensación de que el defensor albo Medina se hallaba en la misma línea que la Chancha cuando partió el pase de Acosta) y la infracción de Balvorín a Leguiza en la acción que terminaría con la invalidez del gol de Zárate por considerarse falta en ataque (las imágenes también constatan una acción desestabilizadora del delantero al “1”).
Esto desembocó en las conocidas declaraciones pospartido de Nazareno Godoy, quien puso en el ojo de la tormenta a la terna arbitral (Guaymás Tornero, Benítez y Royano). El DT de Juventud consideró que los jueces salteños no deberían dirigir los clásicos, dudando de su capacidad. Pero lo cierto es que Godoy debería ocuparse de Juventud. Y su equipo no ganó, no convenció a sus hinchas y brindó una pálida actuación en el clásico por culpa de Juventud, no por responsabilidad y la injerencia de un árbitro que termina siendo usado como pantalla para desviar la atención de un clásico apático donde los dos contendientes no se salvaron de la chatura y de la demanda por mejorar el nivel, siempre partiendo de la autocrítica y no de un chivo expiatorio y del desvío de culpas a terceros.
 

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Los ecos del clásico del pasado domingo entre Juventud y Gimnasia y Tiro resuenan hasta hoy. Y como cada encuentro entre acérrimos rivales, la onda expansiva se hace oír en la semana, y con mayor fuerza aún cuando algunas situaciones polémicas quedaron en el tintero. 
El vuelo futbolístico y técnico estuvieron mayoritariamente ausentes en el empate en 1 en el Martearena, así como también el colorido de otros tiempos en las tribunas porque, para colmo de males, además de la controvertida prohibición vigente para el cotillón, el pobre marco de público tampoco confabuló a favor de la fiesta esperada.
Sin embargo, en la calle aún se habla de las dos polémicas del clásico: el supuesto off-side de Zárate en el empate antoniano (la acción fue muy fina y en las imágenes da toda la sensación de que el defensor albo Medina se hallaba en la misma línea que la Chancha cuando partió el pase de Acosta) y la infracción de Balvorín a Leguiza en la acción que terminaría con la invalidez del gol de Zárate por considerarse falta en ataque (las imágenes también constatan una acción desestabilizadora del delantero al “1”).
Esto desembocó en las conocidas declaraciones pospartido de Nazareno Godoy, quien puso en el ojo de la tormenta a la terna arbitral (Guaymás Tornero, Benítez y Royano). El DT de Juventud consideró que los jueces salteños no deberían dirigir los clásicos, dudando de su capacidad. Pero lo cierto es que Godoy debería ocuparse de Juventud. Y su equipo no ganó, no convenció a sus hinchas y brindó una pálida actuación en el clásico por culpa de Juventud, no por responsabilidad y la injerencia de un árbitro que termina siendo usado como pantalla para desviar la atención de un clásico apático donde los dos contendientes no se salvaron de la chatura y de la demanda por mejorar el nivel, siempre partiendo de la autocrítica y no de un chivo expiatorio y del desvío de culpas a terceros.
 

Los números de la apatía
No fue la concurrencia esperada; sin embargo, fue la tendencia general de los últimos tiempos en los estadios salteños, propensión que no escapa a los tres clubes grandes de Salta, en las categorías Federal A y B.
Según el recuento policial, solo 6500 personas asistieron al clásico salteño del pasado domingo entre Juventud Antoniana y Gimnasia y Tiro en el estadio Martearena. Para la ocasión, la recaudación, alrededor de 300 mil pesos, será toda para el santo, ya que desde un primer momento se dispuso no compartir la recaudación con su clásico rival, consenso que primaba en un tiempo no muy lejano, cuando los resultados de taquilla en las boleterías eran más contundentes. Lo mismo sucederá cuando les toque volver a enfrentarse, el próximo 2 de diciembre, por la decimoquinta fecha de la primera fase. Entonces, lo recaudado será para el millonario.
En otro orden, los equipos comandados por Godoy y Riggio no tendrán margen de recuperación, ya que en 48 horas volverán a jugar por los puntos, por la séptima fecha. 
El albo recibirá a Mandiyú de Corrientes este jueves, a las 21.30; mientras que el santo será visitante de Altos Hornos Zapla, el mismo día, a las 22, en Palpalá. 
 

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