"Subestimamos el peligro del fuego". Con esta frase, Nicolás Kripper, subsecretario de Prevención y Emergencias del municipio, sintetiza una situación por la que se mostró alarmado: en lo que va del año ya se triplicó la cantidad de hectáreas de pastizales que fueron arrasadas en distintos incendios, comparando con las cifras del año pasado.
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"Subestimamos el peligro del fuego". Con esta frase, Nicolás Kripper, subsecretario de Prevención y Emergencias del municipio, sintetiza una situación por la que se mostró alarmado: en lo que va del año ya se triplicó la cantidad de hectáreas de pastizales que fueron arrasadas en distintos incendios, comparando con las cifras del año pasado.
La temporada de incendios de pastizales se extiende en la provincia desde mayo hasta las primeras lluvias, que suelen ser cerca de noviembre. En 2016 se quemaron un total de 174 hectáreas en la ciudad de Salta; mientras que en lo que va del año ya se incendiaron 505,146 hectáreas.
En tanto, los números son distintos a nivel provincial. De acuerdo a los registros de Defensa Civil, en lo que va de 2017 se quemaron en toda la provincia 3.236,38 hectáreas.
Según esta dependencia, el año pasado se incendiaron 4.667,04 hectáreas y una situación muy distinta fue en 2015, cuando las llamas consumieron 1.097,46 hectáreas.
En detalle
Nicolás Kripper contó a El Tribuno que estos meses el incendio más voraz que hubo en la ciudad fue el ocurrido a principios de mes en los campos militares, donde se consumieron más de 100 hectáreas.
A nivel provincial, según Ernesto Flores, de Defensa Civil, el incendio más grave ocurrió en agosto pasado. "El más voraz que tuvimos se comió 2.046 hectáreas y tomó sectores de Cafayate, Guachipas, y El Jardín. Del lado tucumano se afectaron 4.000 hectáreas", señaló Flores.
La responsabilidad
Kripper contó que los 335 focos que hubo este año fueron causados por el hombre, y en la mayoría de los casos por quema de basura.
"Siempre que se prende fuego hay un riesgo innecesario. Si vos habilitás ese riesgo es porque no tenés dimensión de la amenaza que estás enfrentando", señaló.
El funcionario es un convencido de que hay que endurecer las sanciones a quienes prenden fuego. "La situación de los incendios, mirado desde una óptica de la seguridad y los costos, termina siendo parecido a lo que son las amenazas de bomba. Hay un movimiento administrativo para sofocar, que demanda un gasto público innecesario. La gente debe entrar en razón o recibir sanciones ejemplificadoras", afirmó.
En el interior de la provincia el panorama respecto de las responsabilidades es otro. Ernesto Flores cuenta que muchas veces los incendios se dan arriba, en los cerros, y no son provocados por el hombre, sino que puede ser por un rayo, o el roce de los pastos por el viento.
"Hay que ver las normativas, que muchas veces son municipales. Hay una ley de presupuestos mínimos que tienen que pedir permiso para hacer las quemas en esta época del año. Ahí es donde nosotros avanzamos y el objetivo es saber quién lo prendió", señaló Flores. Y agregó: "Tenemos un problema porque no es fácil saber quien lo ocasiona. Uno llega, los bomberos, el 911 y no encuentra a nadie. Solo encontramos la fogata, pero no hay nadie en el lugar donde se prendió fuego".
El funcionario provincial también contó que en el interior es más difícil el trabajo. "En la Capital todo está más controlado y se llega rápido", dijo. Flores afirmó que en el interior las superficies son más grandes y muchas veces no se enteran de un incendio hasta que alguien da aviso a la policía. "No todas las localidades tienen bomberos y se complica el tema", afirmó.