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Viajes a Chile, un edificio, un pub, dinero y dudas en un juicio por trata

Declararon dos víctimas. Una de ellas dijo que Marcela Castro y Anthony Mark, un empresario chileno prófugo y con orden de captura internacional, son amigos y tenían un proyecto.
Miércoles, 18 de octubre de 2017 00:00

"Éramos Castro, Aguirre, E. R. y yo. No sé cuantas peruanas, chilenas. Estuve desde junio hasta fines de agosto de 2014. En el edificio vivía el dueño (de apellido Paniagua), la mujer, dos nenas y un nene que yo cuidaba. Las chicas trabajaban de mozas en el pub que tenía el dueño. Yo también a veces. El pub se llamaba Kavas", inició su declaración una de las víctimas que declaró ayer en el juicio a Marcela Castro y Jéssica Aguirre, acusadas de trata, ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2, Domingo Batule, Gabriela Catalano y Abel Fleming.

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"Éramos Castro, Aguirre, E. R. y yo. No sé cuantas peruanas, chilenas. Estuve desde junio hasta fines de agosto de 2014. En el edificio vivía el dueño (de apellido Paniagua), la mujer, dos nenas y un nene que yo cuidaba. Las chicas trabajaban de mozas en el pub que tenía el dueño. Yo también a veces. El pub se llamaba Kavas", inició su declaración una de las víctimas que declaró ayer en el juicio a Marcela Castro y Jéssica Aguirre, acusadas de trata, ante los jueces del Tribunal Oral Federal 2, Domingo Batule, Gabriela Catalano y Abel Fleming.

Luego de que el fiscal Francisco Snopek le preguntara cómo era ese lugar, la mujer respondió: "Era un salón chico con baño, cocina, 10 o 15 mesas, muchas sillas. Había mozos. Funcionaba desde las 14 hasta las 4 de la mañana. Habían luces de colores tipo karaoke. A Marcela la ponía a cantar el dueño porque a ella le gusta cantar".

"¿Era un lugar al que concurrían familias?", le preguntó el fiscal. "No", respondió la mujer. Iban matrimonios. Yo si iba lo hacía por la noche porque de día cuidaba al bebé. El pub quedaba en Calama, en la zona céntrica".

"¿Usted tenía conocimiento de que habían cabarets, prostíbulos en la zona?" le preguntó Snopek.

"Yo no salía de noche, pero escuché que sí había porque allá es normal", contestó ella.

"Nosotras salíamos al shopping, la playa", agregó.

"¿Paniagua las trataba bien? ¿Les daba la plata por día?", interrogó el fiscal.

"Sí. 15 mil chilenos. A las chicas les daban propinas. Cada una tenía la llave de su habitación. Salíamos juntas en el auto de Marcela", dijo la mujer.

"¿Vio que las chicas se iban acompañadas del lugar?", le preguntó el fiscal. "No porque esperábamos que el dueño nos pagara en el local y nos íbamos juntas", sostuvo la víctima.

"¿Por qué? ¿Nunca les pagó en el edificio? Si todos vivían en el mismo edificio...", manifestó el fiscal.

"Me parece lógico que les paguen en el lugar de trabajo", dijo ella.

Seguidamente aseguró que cada una pagaba desde dos mil hasta tres mil pesos de alquiler y también cada una pagaba su comida, aunque a veces comían en el local.

La mujer destacó diferencias entre las chicas de nacionalidad argentina y el resto. "Las peruanas y chilenas iban en remises. Nosotras en el auto, íbamos y volvíamos juntas", recalcó.

"A mí me pagaban seis mil, siete mil pesos en el mejor caso. Yo iba a cambiar la plata y se la giraba a mi hija", relató.

La defensa

Tras escuchar y responder las preguntas del fiscal Snopek, fue el turno del abogado de las imputadas Marcelo Arancibia. ¿En el local Kavas se ejercía la prostitución? ¿Usted conoce a F. A.? le preguntó.

"No se ejercía la prostitución. Conocí a F.A. en Chile porque ella llegó después que nosotros y vivió con nosotros. Iba a trabajar también. Yo no tenía tanto trato con ella. Una vez fuimos a Tocopilla a la Casa de J. R. a comer asado. En un momento, al esposo de J. se le perdió la billetera con dinero. Yo había grabado con mi celular un video del asado que lo presenté en el juicio anterior. Habíamos disfrutado el asado, el momento. Después de que supimos del robo nos volvimos a Calama. No entiendo lo que dice F. A. Los medios están siendo crueles con mi amiga. Ella (por F. A.) sí tiene la mala maña de robar plata, por lo que pasó", aseguró.

"¿F. A. fue amenazada, golpeada?", le preguntó Arancibia. "F. nunca fue amenazada, golpeada. Era una chica libre como nosotras. Volvió con nosotras. Íbamos al shopping, de compras, a almorzar, cenar. No entiendo lo que dice ahora", respondió ella.

"¿La señora F. A. tuvo relaciones sentimentales con alguien?", le preguntó Arancibia. "Ahora que recuerdo algo había con el hermano de Chito Paniagua. Una vez yo estaba en casa cuidando el chiquito y él vino a buscarla", contestó.

Nuevamente tuvo la palabra para preguntar el fiscal Snopek. ¿Usted viajó con la señora Y. K. a Chile?

"Recuerdo que éramos cuatro, pero puede ser que ella haya ido. Fuimos en un auto negro chiquitito. F. llegó a la semana", sostuvo la víctima.

"¿Conoce a A. J., a A. Z., E. M.?", le preguntó el fiscal, tras lo cual la mujer respondió que a la primera la conoció por apodo y que a la segunda también la conoce, al igual que a E. M.

La mujer aseguró que viajaban a Chile con el Documento Nacional de Identidad y que no tenían visa de trabajo. "Como íbamos poco tiempo no hizo falta. Como fueron tres meses no hacía falta.

"¿Por los 15 mil chilenos por día les daba recibo?", le preguntó Snopek. "No", contestó ella.

Amistad y "un proyecto"

La víctima describió cómo comenzó su relación de amistad con una de las imputadas. "A Marcela (Castro) la conozco hace 10 años. Cuando salía a bailar la veía. De su pareja también soy amiga. En 2014 cuando viajamos a Chile ya eran pareja. Todas las amigas de Marcela terminamos siendo amigas de Jéssica", relató.

"¿Conoce a Anthony Mark?" (prófugo con pedido de captura internacional), le preguntó Snopek. "Sí. Es un amigo de Marcela. Lo conocí poco. Sabía que tenían un proyecto. Eran amigos de allá. El proyecto era acá. Tenían el proyecto, pero no sé en qué iba a terminar. No sé de qué era. Yo tenía problemas familiares en ese momento, a mi papá le iba mal. Marcela es mi amiga. Siempre estuvo. Sé que había un proyecto laboral que iba a ser acá, pero no sé mas", respondió la mujer. Y añadió: "En el edificio nunca vi consumo de drogas".

"¿Conoce a P. J.?", le consultó el fiscal. "Sí. Es una chica de aquí, de Salta, que viajó", dijo ella. "¿Qué sabe del Señor de la Noche, La Carreta, El Ángel?", fue la última pregunta del fiscal. "Creo que el primero es un boliche con show. No los conozco", recalcó ella.

La mujer aseguró que el dueño de Kavas nunca les pidió sus tarjetas migratorias. "Esta chica (por F. A) se está burlando de lo que es la trata. Mi ami ga es inocente", culminó.

A recinto cerrado

Una joven, P. J., fue la última víctima en declarar y pidió hacerlo a recinto cerrado, por lo que los periodistas que estaban en la sala tuvieron que retirarse y aguardar en un pasillo.
Tras su declaración, el Tribunal Oral Federal 2 recibió un pedido sobre las condiciones de detención de Aguirre, quien se encuentra presa en la Cárcel Federal de General Güemes y que habría tenido un conflicto con una interna nueva, quien la habría amenazado esgrimiéndole una “punta carcelaria”.
El Tribunal ordenó de forma inmediata que se resguarde la integridad física de las mismas. 
La ronda de testimoniales se cerró y el 30 de octubre se producirán los alegatos.

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