Acompaña en segundo término a Adrián Ustares, por el Partido de la Victoria y milita desde hace seis años, movida principalmente por concientizar a las mujeres sobre sus derechos en los diversos ámbitos.
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Acompaña en segundo término a Adrián Ustares, por el Partido de la Victoria y milita desde hace seis años, movida principalmente por concientizar a las mujeres sobre sus derechos en los diversos ámbitos.
Esta mujer, de 38 años, es también diplomada en Políticas Públicas y Gestión Territorial y cuenta con una vasta trayectoria en materia de derechos de género y reproductivos. Trabajó durante bastante tiempo en el Foro de Mujeres para brindar asistencia a víctimas de violencia. Allí se desempeñó como asistente protectora en el acompañamiento a las víctimas de violencia de género para ayudarlas a dejar atrás ese pasado atravesado por relaciones de poder asimétricas.
"Comencé a militar hace seis años, cuando se estaba impulsando la emergencia de violencia de género en nuestra región. Eso me motivó a incursionar en la política. La idea es mejorar la vida de tantas mujeres que padecen este flagelo que, además, es transversal a toda la sociedad, porque detrás de una mujer golpeada están los chicos, que también sufren la violencia", detalló Sofía Fernández a El Tribuno.
Fernández enumeró una serie de situaciones que, pese a los logros de género obtenidos en el país en materia de legislación, en la práctica distan de ser las ideales. Los ámbitos más afectados son la salud, la justicia y la educación.
"Por dar un ejemplo, en Cerrillos las mujeres no tienen acceso a las pastillas anticonceptivas ni a los preservativos. Esta situación se replica en muchos puntos de la provincia. Incluso, a muchas mujeres madres de varios niños se les niega la ligadura de trompas, aduciendo que son muy jóvenes y que pueden querer volver a darle otro hijo a la pareja", afirmó Fernández.
Con respecto al acceso a la Justicia, la candidata destacó: "En muchas ocasiones no se toman las denuncias a tiempo o no se toman directamente. El accionar es lento y las fuerzas de seguridad públicas no están preparadas. Tampoco se aplican protocolos por aborto no punible, en casos de violación. Otro tanto ocurre con los mismos docentes, que sin darse cuenta generan situaciones de violencia y perpetúan ciertos estereotipos patriarcales en el aula".
Para Fernández, la solución proviene principalmente de la educación. "Es esencial que los chicos sean educados para prevenir la violencia. La educación sexual integrada debe darse desde el nivel inicial, porque les enseñás cómo cuidarse y a desarmar esterotipos y deconstruir la violencia propia del patriarcado".
La realidad, afirma Fernández, es que los educadores tampoco están preparados de forma adecuada para enfrentar este flagelo. "Si bien las leyes ya están, no se capacitó a profesores y maestros. Muchos incurren en distintos tipos de violencia y ésta hace efecto dominó. Por ello, buscamos que sea obligatoria la capacitación a todos los agentes del Estado: docentes, médicos, enfermeros, policías", dijo.
Otro de los proyectos es la creación de una secretaría de asesoramiento de derechos sexuales y reproductivos, con la presencia de asistentes protectoras, que realizan el acompañamiento necesario para que la mujer pueda salir del círculo vicioso de la violencia.
"Es todo un proceso. Se asesora legalmente a las mujeres y se las acompaña para salir de la violencia. La asistente hace un seguimiento de cada caso, llama a la mujer en cuestión para ver qué necesita, si se cumplen las restricciones de acercamiento, si la Policía las cuida, etc. Es muy difícil salir de la violencia sola", aseveró.
Y agregó: "Las mujeres quedan vulneradas porque se aíslan de la familia y de los amigos, el hombre se torna entonces indispensable y suele ser en muchos casos el sostén económico del hogar".