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Gimnasia y Tiro deberá barajar y dar de nuevo: Tocó fondo en un Gigante en ebullición

El albo jugó muy mal y ya es hora que el entrenador comience a “tocar” el equipo que tuvo pocas respuestas anímicas y futbolísticas ante un débil rival. El hincha se fue caliente del estadio.
Viernes, 20 de octubre de 2017 12:36

La gente se fue masticando bronca. Caliente. Insultando al aire. No fue una noche más en el Gigante del Norte, el hincha como hacía mucho tiempo no ocurría, despidió a los jugadores con un estruendoso silbido. Fue la esa manera que encontró para manifestar su descontento y su desahogo para desaprobar a un equipo sin alma, sin actitud, y que evidentemente tocó fondo. 

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La gente se fue masticando bronca. Caliente. Insultando al aire. No fue una noche más en el Gigante del Norte, el hincha como hacía mucho tiempo no ocurría, despidió a los jugadores con un estruendoso silbido. Fue la esa manera que encontró para manifestar su descontento y su desahogo para desaprobar a un equipo sin alma, sin actitud, y que evidentemente tocó fondo. 

Gimnasia y Tiro deberá entonces barajar y dar de nuevo, los jugadores le dieron al DT Víctor Riggio un “cheque en blanco” para que el Tano comience a darle su impronta a un equipo que se derrumba como un castillo de cristal. En el fútbol se pude jugar bien, mal, regular, pero nunca se puede negociar la actitud, y ante Mandiyú, salvo Pablo Motta, Alvaro Cazula, y un poco de Gabriel Zuvinikar y Alejandro Toledo, el resto fue de una pobreza extrema. 

A algunos de ellos pareció quemarle la pelota en los pies, otros caminaban, o miraban cómo el Gato Motta se desdoblaba en una doble función: Conductor y recuperador. Conmovió anoche la entereza del volante, quien le marcó el camino a seguir a sus compañeros, pero la gran mayoría de ellos aceptó el confite. 

La revisión debería comenzar primero en el arco: Mauro Leguiza no le da seguridad a sus defensores, y eso quedó expuesto ante cada centro, ante cada ataque de Mandiyú. Anoche casi regala otro gol. 

Atrás los dos centrales, Zuvinikar y Cazula, se desdoblan en su tarea para tapar cuanto “agujero negro” dejan los Jonathans Medina y Hereñú, ambos flojos en la marca y pobres a la hora de atacar. 

En el mediocampo no funcionan ni Maximiliano López, improductivo y de muy flojo presente; ni López Macri, con un despliegue generoso, pero poco útil en el desequilibrio y armado de juego. Los dos caen siempre en la individual. Siguiendo en la misma línea, Fabio Giménez, quien tuvo un comienzo destacado, cayó en un declive futbolístico alarmante en los últimos partidos.Tan es así que es “figurita” repetida a la hora de un cambio cuando el entrenador mete mano en el equipo. El último en la lista es Raúl Proclaba. Quizá el más resistido entre los hinchas, pero el zurdo tiene un atenuante: No hizo pretemporada, hacía dos meses que no jugaba cuando llegó a Gimnasia y Tiro y, además, llegó tres días antes del inicio del torneo y se puso la camiseta. Es marca su personalidad. Juega hasta que se cansa, hasta que su físico le dice basta. Eso generalmente ocurre siempre en el ST. 

Y por último, el albo demuestra una alarmante falta de gol, claro que si no tiene juego, menos sus delanteros van a contar con chances dentro del área. Alejandro Toledo se las ingenió ante Juventud Antoniana y Mandiyú para complicar a los defensores él solo. Su despliegue es generoso, pero nunca le llega una pelota “redonda” siempre se la dan “cuadrada” y lejos de su hábitat natural: el área. 

El Tano Riggio recibió un “cheque en blanco” de gran parte de sus jugadores anoche, y a partir de ahora tiene la posibilidad de comenzar a darle otra fisonomía a un equipo que no es tal. Su tarea no será fácil, Gimnasia y Tiro sufrió una sangría importante jugadores con culpabilidad y complicidad entre el exDT Duilio Botella y la actual CD del albo. Ellos también son culpables de este nuevo “diseño” que por ahora no arranca; y que Riggio tendrá la difícil misión de afinarlo, ponerlo a punto y hacerlo arrancar. Es hora de que meta mano ...

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