La veda electoral es una invitación al silencio, solo para facilitar la reflexión.
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La veda electoral es una invitación al silencio, solo para facilitar la reflexión.
La política importa más de lo que parece y el voto ciudadano es un derecho; un derecho que permite participar en decisiones que nos involucran a todos.
Mañana se eligen tres diputados nacionales, media Legislatura y la totalidad de los concejales. ¿Cambia algo? La historia muestra que los cambios existen, que son profundos y constantes, aunque no se noten.
Los candidatos cuentan que los vecinos, en caminatas y actos, les reclaman seguridad, empleo, educación con salida laboral, servicio de salud eficiente, y plantean el drama de los asentamientos precarios, la violencia social y el femicidio.
Cada una de esas personas asume un compromiso político con la ciudadanía. Ese compromiso importa en la medida que va a influir, para bien o para mal, en el futuro de todos.
Votar tiene sentido. Cada uno tiene sus razones para elegir a determinados candidatos.
Salta y el país
A los diputados salteños les tocará abordar una cuestión clave a nivel nacional, y es discutir el marco legal -y también la gestión- para el desarrollo de actividades productivas que resuelvan el problema más urgente: la generación de empleo en blanco en todo el territorio. Con jubilación, obra social y garantías laborales.
Salta debe dejar de ser una economía de subsistencia para modernizarse y transformarse en una provincia con calidad de vida garantizada. Eso solo es posible con un replanteo profundo del federalismo real, que trasciende a la mera coparticipación y pasa por la capacidad de generación de ingresos.
La realidad es contundente: todas las estadísticas indican que desde 1983 a la fecha, la pobreza creció en el país del 16 al 32% de la población, y que las dificultades para conseguir un empleo digno crecieron en la misma proporción, por falta de oferta y también por falencias en la formación profesional. En el caso particular de Salta, con la mitad de los menores que viven en la pobreza, el desafío es formidable.
El desarrollo provincial depende de variables nacionales y no hay que olvidarse de que, normalmente, estas están condicionadas por el peso económico y político del centro del país. Los legisladores nacionales salteños deberán asumir de inmediato temas cruciales.
La reforma laboral es perentoria. Es un tema crítico que exige garantizar a los trabajadores sus derechos, el primero de los cuales es resguardar y multiplicar las fuentes de empleo. También exigirá acuerdos con la patronal y estrategias económicas para evitar el "ajuste" con que amenazan algunos sectores. Si no aumenta el empleo, el ajuste se hace solo, por inercia.
La otra reforma inminente es la tributaria. La presión impositiva destruye la competitividad de las empresas argentinas. Así como no se puede reformar el derecho laboral afectando a los trabajadores, tampoco se pueden eliminar impuestos desfinanciando al Estado.
Hace falta "ingeniería política y económica".
Laberinto en el Congreso
Las reformas impositiva y laboral tienen a su vez dos consecuencias inmediatas: revisar cuidadosamente la coparticipación federal de impuestos y practicar una férrea disciplina fiscal. Claro que esta disciplina requiere un sinceramiento. El Estado, actualmente, presta servicios deficientes. Los gobernantes denuncian falta de presupuesto, pero también puede haber ineficiencia en el gasto. El gasto que se hace para financiar la política es una forma de ineficiencia. Y la duplicación de la planta de personal para contener la crisis laboral, también. En este debate, los tres senadores y los siete diputados nacionales deberán ser protagonistas porque estos temas son los que condicionan la vida de los salteños a los que representan.
Temas candentes en la vida de los barrios
Violencia de género, patotas y desnutrición, el lado oscuro de Salta.
En lo que va de este año, en Salta se registraron 18 víctimas de femicidio. El tema está en la agenda de la Provincia, se declaró el “estado de emergencia” y se creó el Observatorio de Violencia contra las Mujeres. Sin embargo, la provincia sigue liderando las estadísticas de este flagelo. Los diagnósticos y las interpretaciones abundan, pero las soluciones no terminan de llegar. Es un problema social y cultural.
Una solución, parcial y preventiva, que está en mora, es que de una vez por todas se erradiquen los prejuicios y se aborde en las escuelas la educación sexual integral (que abarca la reproducción, el erotismo, los afectos y el respeto mutuo).
También está en agenda la lucha contra la desnutrición infantil. Los resultados no son los esperados. Los legisladores y concejales no pueden esperar que las soluciones lleguen de arriba ni conformarse con una fotografía donde aparecen con un proyecto sancionado en la mano. Al igual que otra forma de violencia social, las patotas y el microtráfico, se trata de desafíos para todos. Leyes no faltan; quizá lo que esté haciendo falta es que se cumplan; especialmente, que las respeten los funcionarios y los mismos legisladores.