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Clarita quedó sola con sus hijos y sin documentos

Hace muy poco el marido se quitó la vida y necesita ayuda laboral y psicológica para reiniciar su vida con sus tres hijos.
Domingo, 22 de octubre de 2017 00:00

Clarita y sus pequeños hijos necesitan de la ayuda de todos.

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Clarita y sus pequeños hijos necesitan de la ayuda de todos.

Clara Dávila es una joven de 25 años, madre de una bebé de dos meses, de un nene de 2 años y de otro de 6. Ella con sus hijos residen en la zona del paraje El Chorro en la fronteriza localidad de Salvador Mazza; todos son indocumentados pero esa no es su peor desgracia, más allá de esta situación, les impide acceder a cualquier tipo de beneficios.

Dos semanas atrás, Clara perdió a su pareja, un muchacho de 28 años de nombre Fernando, que, asediado por la difícil situación que la familia atravesaba, se quitó la vida dejándola sola con los tres hijitos.

Según Clarita, como la llaman los vecinos de Salvador Mazza, el muchacho se quitó la vida porque había pedido prestados 7.000 pesos que no pudo devolver, pero lo cierto ahora es que ella no puede sola con todo. La situación en la que esta joven, que dio a luz a su último bebé en el hospital de Orán por cesárea, está de la pobreza más extrema. Días atrás un grupo de taxistas de Salvador Mazza hicieron una colecta y le llevaron algo de leche y alimentos no perecederos pero si bien el gesto de los trabajadores fue digno de destacar, no alcanza ni remotamente para que pueda criar a sus hijitos.

Clara recuerda: "A pesar de ser una chica indocumentada siempre estudié en la escuela del paraje El Chorro; ahora mi hija de 6 años concurre a esa escuela".

"Yo tengo un lote donde puedo levantar mi casita pero ahora necesito ayuda para mí y mis hijos porque hemos quedado solos. Si alguien puede darme una mano será de mucha ayuda para nosotros", explicó la muchacha cuando fue visitada por periodistas que se interesaron por su situación de pobreza extrema.

Clara reconoce: "Ni las chapas de mi casita son mías, son prestadas. También necesito que un psicólogo la trate a mi hijita mayor porque ella pide desesperadamente por su papá que ya no está. Él se llamaba Francisco, quería hacer ladrillos de adobe y hacer una casa para nosotros; tenía problemas para que le paguen en su trabajo a pesar de que era albañil; trabajó en Bolivia pero no logró que le pagaran y eso lo puso peor, por eso se quitó la vida; mi hija lo extraña mucho pero lo que más necesitamos es para comer y un lugar donde podamos hacer una piecita", expresó la joven madre.

 

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