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"Reynoso manejaba el juzgado como un coronel y nos trataba como soldados"

Uno de los secretarios del Juzgado Federal de Orán se refirió en estos términos con relación al proceder del exjuez Reynoso. Una testigo declaró que pagó dos coimas para que liberaran a su expareja.
Martes, 31 de octubre de 2017 00:00

Los secretarios Daniel Alejandro Daher Comoglio y Gustavo José Haddad, brindaron testimonios patéticos al referirse al funcionamiento del Juzgado Federal de Orán en los tiempos de Raúl Juan Reynoso. "El juzgado funcionaba como un cuartel, donde el doctor Reynoso era el coronel y los demás éramos los soldados", describió el primero. "Yo estaba muy angustiado porque sentía que todos estábamos desprotegidos y no decía nada porque el juez tenía mucho poder temía ser objeto de sumarios o de despedido", expresó el segundo.

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Los secretarios Daniel Alejandro Daher Comoglio y Gustavo José Haddad, brindaron testimonios patéticos al referirse al funcionamiento del Juzgado Federal de Orán en los tiempos de Raúl Juan Reynoso. "El juzgado funcionaba como un cuartel, donde el doctor Reynoso era el coronel y los demás éramos los soldados", describió el primero. "Yo estaba muy angustiado porque sentía que todos estábamos desprotegidos y no decía nada porque el juez tenía mucho poder temía ser objeto de sumarios o de despedido", expresó el segundo.

Con este prólogo se desarrolló ayer una nueva audiencia en el juicio al exjuez norteño, acusado de asociación ilícita en carácter de jefe de una banda que se dedicaba a liberar a detenidos por narcotráfico y por otros delitos federales a cambio de dinero y/o dádivas. También declaró la expareja de un narco de Tartagal, quien aseguró haber pagado coimas en dos oportunidades para que lo beneficiaran con la libertad.

El debate en el Tribunal Oral Federal comenzó con el testimonio de Daher Comoglio, quien se desempeña como secretario del Juzgado Federal de Orán desde septiembre de 2011. Luego de describir cómo Reynoso distribuía el trabajo diario, el letrado aseguró que los abogados María Elena Esper y Ramón Antonio Valor eran asiduos concurrentes al juzgado. En el caso de Esper dejó entrever que tenía virtualmente instalado su estudio en los tribunales. "Esta abogada pasaba muchas horas en el juzgado y en ocasiones usaba la pequeña mesa destinada a los gendarmes que custodian mesa de entrada", expresó Daher. Según la acusación fiscal, Esper y Valor eran dos de los cuatro abogados que cobraban las coimas para posibilitar que Reynoso les otorgara la libertad o les atenuara las imputaciones a sus clientes.

El secretario refirió que cuando Reynoso distribuía las tareas muchas veces advirtió que los expedientes de las causas que litigaban Esper y Valor quedaban en su despacho. Entre ellas citó el caso de José Luis Sejas Rosales, el empresario boliviano acusado de haber ingresado voluminosos cargamentos de cocaína al país y al que Reynoso le otorgó la libertad. Según la denuncia del abogado David Arnaldo Leiva, por este beneficio se pagó una coima de 300 mil dólares, de los cuales 50 mil fueron a los bolsillos de su defensor, el imputado Valor. Daher explicó que las causas complejas las instruía el sumariante Miguel Ángel Saavedra, otro de los imputados en la causa, por ser el empleado de más experiencia y de mayor confianza del juez.

En relación con los secuestros de moneda extrajera y joyas, el testigo señaló que las llaves de la caja fuerte la manejaba César Hugo Aparicio, también acusado de integrar la organización delictiva. "Los secretarios teníamos vedado el ingreso a ese sector", respondió ante una pregunta del fiscal Carlos Amad. Dijo que se sentía perseguido e intimidado por Reynoso y que éste no le permitía mantener contactos con el fiscal José Luis Bruno, de quien estaba enemistado.

El secretario Haddad también confirmó que Reynoso se manejaba con mucho autoritarismo en el juzgado. "En una oportunidad me arrojó un expediente en el pecho porque no le consulté sobre un caso menor", contó el testigo. Dijo que los secretarios no tenían autonomía para trabajar y que no les delegaba ninguna función. Haddad ratificó los dichos de Daher en el sentido del particular manejo que hacía Reynoso de las causas que tramitaban los abogados Esper y Valor. "Supongo que lo hacía para darle un resolución particular", opinó cuando el querellante Carlos Garmendia lo consultó. En ningún momento Reynoso aludió a las acusaciones de autoritarismo que le hicieron los secretarios. ¿Alguna vez les exigí que pidieran coimas en nombre mío?, les preguntó. Ambos le respondieron en forma negativa.

Dos coimas

El último testimonio fue el de Rossana Britez, exesposa de Guillermo Jaime Sarmiento, un narco de Tartagal que fue beneficiado con la libertad en dos oportunidades por parte de Reynoso. La mujer comprometió a la abogada Esper al asegurar que le pagó coimas para que el exjuez de Orán liberar a su pareja. "En una oportunidad le entregué noventa mil pesos frente a la catedral de Orán. Luego se subió a una camioneta Toyota negra carrozada y la doctora me dijo que era del doctor Reynoso", relató la testigo. ¿Usted vio a Reynoso?, inquirió el fiscal Amad. No, porque la camioneta tenía los vidrios polarizados", respondió.

Britez manifestó que Esper era la defensora de Sarmiento, y que el dinero de la coima lo retiró de la casa de la madre de este. La testigo comentó que en varias oportunidades concurrió al Juzgado de Orán en compañía de Esper, donde esta se reunía con Saavedra. "Ella me decía que hablaba con Miguel porque era el empleado que le hacía los trámites para hablar con el juez", apuntó.

La mujer se presentó como testigo en esta causa luego de denunciar a Sarmiento por violencia de genero. Recordó que en otra oportunidad en que Sarmiento cayó preso por drogas, le entregó 30.000 pesos a la misma abogada. Britez confirmó que en las dos ocasiones que pagó las coimas el narco recuperó la libertad a los pocos días. "La doctora Esper me decía que el dinero era para el juez", aseguró.

¿De qué trabajaba su expareja", le preguntó Daniel Luna, defensor de Esper. "El se dedicaba a mejicanear a gente que transportaba droga en la frontera", contestó. Frente a tamaña respuesta Luna pidió que se le inicie una causa penal.

 

 

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