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Basquetbolista salteño colecciona más de 160 camisetas de la NBA

Facundo Arias Binda es jugador profesional del equipo El Tribuno. A la par, atesora remeras de figuras nacionales e internacionales de este deporte.
Jueves, 05 de octubre de 2017 12:24

El coleccionismo es una afición que suele anidar en la mente y el corazón mucho antes de surgir efectivamente. Basta un estímulo minúsculo para hacer arder la chispa inicial y la extensión de este mechero es inabarcable. Cuando tuvo 160 remeras de la NBA, el basquetbolista Facundo Arias Binda (24) dejó de contarlas. El encantamiento se inició en 2008 durante un campus que se efectuó en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en Buenos Aires. Por tres días basquetbolistas noveles de provincia cursaron capacitaciones con técnicos especializados en defensa, ofensiva, rebotes, etcétera, y fueron auxiliados por Emanuel Ginóbili, quien comió, entrenó y durmió en las mismas instalaciones que todos.

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El coleccionismo es una afición que suele anidar en la mente y el corazón mucho antes de surgir efectivamente. Basta un estímulo minúsculo para hacer arder la chispa inicial y la extensión de este mechero es inabarcable. Cuando tuvo 160 remeras de la NBA, el basquetbolista Facundo Arias Binda (24) dejó de contarlas. El encantamiento se inició en 2008 durante un campus que se efectuó en el Centro Nacional de Alto Rendimiento Deportivo (Cenard), en Buenos Aires. Por tres días basquetbolistas noveles de provincia cursaron capacitaciones con técnicos especializados en defensa, ofensiva, rebotes, etcétera, y fueron auxiliados por Emanuel Ginóbili, quien comió, entrenó y durmió en las mismas instalaciones que todos.

El bahiense, quien lleva quince temporadas de aventuras intensas en la competencia más exigente del básquetbol mundial, les entregó a cada uno una remera firmada por él. “Fue algo único y le encontré un sabor particular a tener remeras de la NBA. Lo desafiante de la NBA es que son treinta equipos, que fueron cambiando los nombres, logos y colores. Entonces es inimaginable la cantidad de camisetas que hay”, le contó Facundo a El Tribuno.

Él empezó a jugar básquet a los 14 años. En 2010, a los 16, aceptó una oferta de Obras Sanitarias de Buenos Aires, que lo contrató para que siguiera su carrera en ese club. Ahí era cadete de segundo año. “Querían que fuera a terminar el colegio allá y fueron tres años increíbles en los que aprendí muchísimas cosas deportivas y personales. Me sirvió estar lejos de mi casa porque pude valorar mi vida aquí”, destacó. Luego pasó a El Dorado (Misiones) y a continuación en Tucumán jugó el Torneo Federal. “Le dediqué tantas horas e hice tanto sacrificio por el básquet que ya no sentía lo mismo al momento de entrenar y pensé que no me iba a bancar otra temporada lejos de mi casa, dedicándole 24/7, porque es lo que hace un deportista de alto rendimiento. Por eso me volví en 2015, encontré trabajo acá y empecé a jugar en el club El Tribuno, el verdolaga de la zona sur”, detalló. Con este equipo este año jugaron la liga C en Tucumán y obtuvieron el pase al Torneo Federal.

Una afición

Facundo detalló que el coleccionismo de remeras tiene ciertas particularidades. Existen tres tipos de camisetas. De menor a mayor valor, están las réplicas, estampadas y no bordadas, de mediana calidad. Luego vienen las denominadas “swingman”, confeccionadas en tela de calidad y que llevan bordados los logos de la NBA y las letras del equipo. Ambas tienen los logos de las fábricas de indumentaria deportiva que las fabrican. Por último están las “autentic”, que son homologadas y las usan los jugadores dentro de la cancha. “Lo máximo es tener una camiseta usada por un jugador en un partido. La NBA tiene un convenio mediante el cual esas camisetas solamente pueden ser entregadas para donaciones y subastas”, señaló. De estas, él atesora una. “Es impresionante la textura y la calidad de la tela. Fue usada por el argentino Walter Hermann, medalla dorada en Atenas, y la encontré cuando estaba siendo subastada”, recordó, aun no pudiendo creer en su propia suerte.

Añadió que compra las camisetas en las ferias americanas y también las veces que viajó a Estados Unidos, por ejemplo de los Angeles Lakers y de Miami. Al principio buscaba las remeras de los jugadores más reconocidos como Kobe Bryant, Shaq Oneil y Vince Carter, luego su panorama se fue diversificando.

En este sector del coleccionismo la antigüedad se aquilata diferente. “Viejas en el sentido propio tengo las de Larry Bird o Wilt Chamberlain, que son de las décadas de los 70 y 80. Las camisetas también son hechas en conmemoración de las increíbles carreras que tuvieron o para honrar a un equipo. Durante aquellas décadas no se vendían camisetas al público”, explicó. Añadió que en su colección tiene la casaca blanca de los Bulls de Michael Jordan y la pieza difícil es la roja, que le parece icónica porque, aseguró, hasta el más alejado del ambiente conoce que Jordan jugó para Chicago Bulls y es reconocible a simple vista. “Él es el máximo ídolo de los que jugamos al básquet. Yo nací en 1993 y empecé a jugar en 2008. Jordan se retiró en 2003 y mucho no pude verlo jugar, pero por Youtube pude apreciar lo monstruo que era, el pedazo de jugador increíble”, indicó. También Youtube le provee de conocimiento. Facundo está suscripto al canal del youtuber de Nueva York “Flights Jersey Collection! RARE Vintage NBA, NFL & more!”, que recomienda a quienes quieran iniciarse en este coleccionismo.

El coleccionista no es un artista, porque acopia objetos seleccionados y la mayoría de ellos no los crea, aunque sí se emparienta con aquel en que ambos precisan de la mirada del otro para que su afición cobre significado. “En Salta no está muy difundido el coleccionismo y te objetan que para qué poseés más de 160 camisetas si no vas a usarlas a todas. Tal vez no se dimensiona que una pieza de tela con el nombre de un jugador vale muchísimo, que el coleccionista se arriesga mucho con tal de tenerla”, destacó. La práctica de coleccionar depara para el coleccionista el desarrollo de una virtud: compartir. “Hay chicos que no tienen oportunidad de ver camisetas de NBA porque las casas de indumentaria deportiva casi no las traen, por eso las muestro porque sé que por ahí no tienen la oportunidad de tenerlas y van a disfrutarlas y quedar asombrados. Siempre recibo de ellos muchísima buena onda”, concluyó Facundo. Y también el coleccionista, entonces, es un símil artista en el sentido de provocar el placer y el asombro del público.

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