Las mayores poblaciones de malezas que están mostrando los lotes, así como la resistencia a los herbicidas que exhiben algunos biotipos, obligan a replantear algunas prácticas de manejo y control.
El control químico sigue siendo la principal herramienta contra las malezas. En este sentido, para lograr el control más efectivo posible, así como para amortiguar los casos de apariciones de resistencias, por empleo de subdosis, es importante que las aplicaciones se hagan sobre malezas de tamaño adecuado.
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Las mayores poblaciones de malezas que están mostrando los lotes, así como la resistencia a los herbicidas que exhiben algunos biotipos, obligan a replantear algunas prácticas de manejo y control.
El control químico sigue siendo la principal herramienta contra las malezas. En este sentido, para lograr el control más efectivo posible, así como para amortiguar los casos de apariciones de resistencias, por empleo de subdosis, es importante que las aplicaciones se hagan sobre malezas de tamaño adecuado.
Este aspecto era muy valorado con el uso de los “viejos” herbicidas cuya eficacia estaba muy relacionada al tamaño de la maleza, pero en los últimos tiempos fue un concepto un poco olvidado por el mayor uso de productos que lograban una buena performance aún con tamaños fuera de los recomendados, muchas veces de la mano de sobredosis.
Las dificultades
Al respecto, dentro de las principales limitantes que incidieron en el manejo de malezas en la campaña 16/17, los Grupos Regionales Aapresid mencionan en primer lugar a las aplicaciones tardías con malezas de mayor tamaño al recomendado, en todas las zonas encuestadas. Luego le siguieron en importancia los alquileres tardíos y la falta de piso para hacer las aplicaciones, los cuales terminan dando como consecuencia también aplicaciones con tamaño mayor al adecuado. Todo esto indica que el tamaño de maleza con el que se hacen las aplicaciones es un tema que merece mayor atención.
Tratamientos complejos
En muchas malezas de difícil control como rama negra, yuyos colorados, o gramíneas resistentes, entre otras especies, las demoras en los controles obligan a tratamientos más complejos (uso de productos distintos, mezcla de estos o mayores dosis), con mayores exigencias en cuanto a la calidad de aplicación, o incluso la necesidad de recurrir a la técnica de doble golpe. A pesar de todo esto muchas veces los resultados obtenidos no son los esperados.
Las recomendaciones de las empresas de fitosanitarios al respecto son claras en cuanto a los tamaños de malezas y eso se indica en el marbete de cada producto. Allí se especifican además otras condiciones que deben reunirse para lograr un buen resultado: condiciones ambientales favorables (humedad de suelo, temperatura del aire, humedad relativa del ambiente), no aplicar cuando las malezas se encuentren en situación de estrés hídrico, no aplicar cuando se espera una lluvia en un lapso de tiempo determinado (el cual depende entre otras cosas del producto en cuestión, su formulación), etc.
En todos los productos con efecto postemergente se hacen este tipo de aclaraciones, aunque muchas veces no se les da la importancia necesaria al momento de decidir un tratamiento, acusando en muchos casos las fallas a la mala prestación de un producto o incluso llegando a pensar que estamos ante un biotipo resistente cuando no lo es.
Conclusión
En términos generales, en tratamientos de postemergencia de las malezas, cuanto más crecidas se encuentren las mismas, menores serán los controles esperables y mayores los riesgos de fallar en la aplicación. Por lo tanto, el momento adecuado de tratamiento debiera ser en estado de plántula o con un crecimiento ligeramente mayor.