Por Franco Hessling - [email protected]
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El ambicioso Plan Área Centro que presentó la Municipalidad esta semana, y que se extenderá por un radio de unas 65 cuadras, tiene un plazo estimado de ejecución de tres años, a lo largo de los cuales se irá interrumpiendo el tránsito y se instalarán obras en los frentes de viviendas y comercios.
El presidente de la Cámara de Comercio e Industria de la provincia, Rubén Barrios, cita un dicho popular para graficar las sensaciones que atraviesa su sector ante el proyecto. “Cuando uno se quema con leche, ve una vaca y llora”, afirma socarronamente aunque se apresura a mostrar mesura, pues la Municipalidad anticipó que mantendrá diálogo constante con ellos.
“El comercio va a padecer”, expresó sin embargo. Añadió que “por la experiencia de lo que pasó con las peatonales, las ventas bajan hasta un 60% cuando están las obras instaladas en el frente de un negocio”. El 17 de marzo se abrirán los sobres para conocer qué oferente se hará cargo de la primera parte de las ocho etapas, denominada Corredor de la Fe, porque busca trabajar en los lugares donde hay iglesias y capillas del culto católico.
Durante el anuncio del Plan Área Centro, el intendente Gustavo Sáenz afirmó que las tareas se organizarían por cuadra, es decir, solo cuando se concluya con los trabajos de una cuadra se iniciarán las de otra. De esa manera, se proyecta que se mermará la incomodidad causada por las obras, ya que pese a que el proyecto durará unos tres años, en ningún momento se estará labrando más de una cuadra.
Según Barrios, esa decisión se dio por pedido de la cámara que preside, que el año pasado fue convocada a reuniones con el Ejecutivo municipal y con integrantes del Concejo Deliberante. Estimó que “cada cuadra llevará aproximadamente 40 días, eso es significativo para los comercios”.
“Sabemos que las obras son favorables y que van a terminar embelleciendo a la ciudad”, dijo el referente del comercio, aunque añadió que “tenemos dudas”. Profundizando acerca de esas inquietudes, Barrios especificó: “Nos han prometido interactuar permanentemente, estar muy atentos a nuestras observaciones y peticiones”.
Las dudas pasan por si se cumplirá con ese compromiso de mantener el diálogo abierto. “Deseamos que cumplan, porque con lo de las peatonales se comprometieron a escucharnos y después no nos prestaron atención”, nuevamente las reminiscencias de la más reciente experiencia de obras céntricas.
Sin tregua
Las bajas en las ventas, calculadas en el orden del 60% cuando una obra se asienta frente a los comercios, se constituyen en un nuevo escollo para uno de los sectores que se expresó con más vigor sobre la caída de su situación económica. Todo 2016 se indicó desde la Cámara de Comercio que las ventas habían bajado.
En diciembre del año pasado, de cara a las fiestas de fin de año, se informó desde la CAME (Confederación Argentina de la Mediana Empresa) que el desplome de la actividad comercial en 2016 había sido a un ritmo promedio del 4% mensual, pese a las estrategias crediticias y de mercadotecnia que se habían empleado para atemperar el alicaído consumo interno.
En un contexto de aumentos en las tarifas de los servicios básicos -luz y gas, principalmente-, y de encarecimiento de los combustibles que impactó en toda forma de distribución de bienes, la depresión se hizo notoria. La suba de costos -que se traduce en suba de precios- y la pérdida de poder adquisitivo de los consumidores se conjugaron para golpear especialmente al comercio.
Si bien las autoridades municipales han mantenido reuniones con los referentes de la Cámara de Comercio e Industria de la provincia para evacuar dudas y mostrar compromiso con disminuir al máximo posible el impacto de las obras del Plan Área Centro, lo cierto es que las pérdidas existirán y que no se propone ningún resarcimiento económico para subsanarlas.
Protagonista
Comerciantes del centro salteño que dialogaron con este medio se mostraron preocupados por las obras anunciadas. “Obviamente que nos perjudica porque si las calles están cortadas y en las veredas hay elementos propios de una obra en ejecución los clientes optan por ir a hacer sus compras a otra parte”, resaltó Julia, propietaria de un local de calzados. Todos se quejaron por la falta de resarcimientos económicos o subsidios.