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Guadalupe Núñez, una bailarina salteña en vuelo directo a Europa

Ganó una beca para estudiar diez meses en el Barcelona Dancer Center. Invita a su show el 23 próximo, a las 22, en la Casa de la Cultura, con el que recauda fondos.
Miércoles, 15 de febrero de 2017 21:46

Planificación, trabajo, ética, compromiso, disciplina, inspiración y pasión. Tales los “sellos” que Paloma Herrera (41), flamante directora del Ballet Estable del Teatro Colón, buscará imprimir en los bailarines que integren la compañía más prestigiosa de Argentina. En el espejo de aguas reposadas y profundas de esta consagrada artista se ha mirado, desde los 10 años, la salteña María Guadalupe Núñez (20). 
Un video de circulación en YouTube en el que Paloma asumía de una manera muy afinada las sutilezas de un complejo rol y danzaba -delicada e intensa- definió la vocación de la salteña. Sin medias tintas. Y Guadalupe aspira ahora a volar del nido muy lejos, como Paloma lo hizo a los 15 años. Su horizonte lejano es el Barcelona Dancer Center y para recaudar los fondos que sustenten su sueño invita a los salteños al espectáculo “En el baile, en la vida”, que se realizará el 23 de este mes, a las 22, en la Casa de la Cultura (Caseros 460). 

Guadalupe se inició en la danza a los 19 años con el profesor César Ferreyra. A los 13 se introdujo en el ballet clásico en el estudio de Adriana Pequeño y luego se recibió de profesora de danza clásica y tango. Tuvo momentos en los que compartió performances con colegas de gran nivel como el concurso Danzamérica y la despedida de Eleonora Cassano (diciembre de 2012). También tomó cursos de verano en el Teatro Colón cuando ella tenía 16 años y fue bailarina practicante del Ballet de la Provincia de Salta. 

“Cuando fui al Teatro Colón ahí pude verlos ensayando (por el Ballet Estable) y el teatro es tan imponente, tan lindo... Cuando vi a Paloma Herrera bailar en Salta (en marzo de 2015, durante su gira despedida) me resultó tan mágico su arte que sin duda alguna es una estrella que siempre me iluminó la carrera y mirándome en ella todos los días quiero bailar”, expresa Guadalupe, en diálogo con El Tribuno. Para bajarse una estrella propia del caprichoso entramado de oportunidades de la danza mundial Guadalupe envió un video en el que se la ve, aplomada y etérea, bailando clásico, resuelta y con hondo dramatismo, danzando contemporáneo. Este material le mereció la beca que la tendrá estudiando diez meses en Europa. 

Cien mil pesos precisa la salteña para sustentar gastos de comida, alojamiento y transporte allá, descontando los pasajes. Para ello ya están en venta las entradas, a $130, en la Academia de Iván Barrientos (Pellegrini 732), en Toque Santa (Urquiza 553) y en la boletería de la Casa de la Cultura. El show es diverso e incluye cuadros de contemporáneo, clásico, árabe y tango. También números de canto. Son muchos los artistas unidos para que una coterránea pueda migrar a perfeccionarse. Todos ellos conocen de sobra la disciplina que una bailarina como Guadalupe mantiene para lograr el equilibro que reditúa un rendimiento sin condicionamientos: horas y horarios específicos de sueño, alimentación saludable y ejercicio, que toda entrada de dinero con las clases se invierta en gastos propios de la carrera como vestuario y capacitación constante. “Cambiás muchas cosas por hacer clases y ensayos. Yo no salgo a bailar, no fumo ni bebo. Tampoco vacaciono porque prefiero usar ese dinero para ir a concursos y cursos de danzas. Trabajo e invierto en esto”, detalla, aunque concede que sí privilegia el tiempo con seres queridos como sus padres, Sandra Guerrero y Hugo Núñez, y sus hermanos Daina, Jesús y Uriel.

“Para mí la danza lo tiene todo: sentimiento, disciplina, sacrificio, amor, carácter y calidez, y todo vale la pena. Cada vez que hago una variación clásica o bailo cinco minutos antes de salir a escena siempre pienso en el sentimiento, en la técnica y en disfrutarlo porque se trabaja ocho meses sin cesar para salir a escena una hora o a veces solo unos minutos y lo más lindo es la satisfacción de que todo salió bien cuando se escuchan los aplausos. Lo dejás todo”, define. “Esta carrera es corta y siempre debés apuntar alto para nunca darte por vencida. No siempre es lo que esperás, pero de cada experiencia -buena o mala- aprendí a querer esta carrera aún más. Me agarré con más fuerza de mis sueños y hasta no lograrlos no pararé”, continúa. Y ella apuntó hacia Europa, donde le surgió la oportunidad de bailar y perfeccionarse en una escuela de lujo con proyecciones inesperadas porque mantiene convenios con grandes compañías como el Ballet Nacional de España. “La verdad me gustaría llegar muy lejos como a cuerpos de baile de París (Francia), Nueva York (EEUU) y Lausanne (Suiza). Desde Salta es muy difícil llegar y que te seleccionen para que te vean y que quieran verte”, finaliza. 
Planificación, trabajo, ética, compromiso, disciplina, inspiración y pasión. Esos “sellos” le imprimió Paloma Herrera a Guadalupe Núñez, sin saberlo y con su ejemplo. Y por ello la salteña llegará, sin dudas, lejos.

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Planificación, trabajo, ética, compromiso, disciplina, inspiración y pasión. Tales los “sellos” que Paloma Herrera (41), flamante directora del Ballet Estable del Teatro Colón, buscará imprimir en los bailarines que integren la compañía más prestigiosa de Argentina. En el espejo de aguas reposadas y profundas de esta consagrada artista se ha mirado, desde los 10 años, la salteña María Guadalupe Núñez (20). 
Un video de circulación en YouTube en el que Paloma asumía de una manera muy afinada las sutilezas de un complejo rol y danzaba -delicada e intensa- definió la vocación de la salteña. Sin medias tintas. Y Guadalupe aspira ahora a volar del nido muy lejos, como Paloma lo hizo a los 15 años. Su horizonte lejano es el Barcelona Dancer Center y para recaudar los fondos que sustenten su sueño invita a los salteños al espectáculo “En el baile, en la vida”, que se realizará el 23 de este mes, a las 22, en la Casa de la Cultura (Caseros 460). 

Guadalupe se inició en la danza a los 19 años con el profesor César Ferreyra. A los 13 se introdujo en el ballet clásico en el estudio de Adriana Pequeño y luego se recibió de profesora de danza clásica y tango. Tuvo momentos en los que compartió performances con colegas de gran nivel como el concurso Danzamérica y la despedida de Eleonora Cassano (diciembre de 2012). También tomó cursos de verano en el Teatro Colón cuando ella tenía 16 años y fue bailarina practicante del Ballet de la Provincia de Salta. 

“Cuando fui al Teatro Colón ahí pude verlos ensayando (por el Ballet Estable) y el teatro es tan imponente, tan lindo... Cuando vi a Paloma Herrera bailar en Salta (en marzo de 2015, durante su gira despedida) me resultó tan mágico su arte que sin duda alguna es una estrella que siempre me iluminó la carrera y mirándome en ella todos los días quiero bailar”, expresa Guadalupe, en diálogo con El Tribuno. Para bajarse una estrella propia del caprichoso entramado de oportunidades de la danza mundial Guadalupe envió un video en el que se la ve, aplomada y etérea, bailando clásico, resuelta y con hondo dramatismo, danzando contemporáneo. Este material le mereció la beca que la tendrá estudiando diez meses en Europa. 

Cien mil pesos precisa la salteña para sustentar gastos de comida, alojamiento y transporte allá, descontando los pasajes. Para ello ya están en venta las entradas, a $130, en la Academia de Iván Barrientos (Pellegrini 732), en Toque Santa (Urquiza 553) y en la boletería de la Casa de la Cultura. El show es diverso e incluye cuadros de contemporáneo, clásico, árabe y tango. También números de canto. Son muchos los artistas unidos para que una coterránea pueda migrar a perfeccionarse. Todos ellos conocen de sobra la disciplina que una bailarina como Guadalupe mantiene para lograr el equilibro que reditúa un rendimiento sin condicionamientos: horas y horarios específicos de sueño, alimentación saludable y ejercicio, que toda entrada de dinero con las clases se invierta en gastos propios de la carrera como vestuario y capacitación constante. “Cambiás muchas cosas por hacer clases y ensayos. Yo no salgo a bailar, no fumo ni bebo. Tampoco vacaciono porque prefiero usar ese dinero para ir a concursos y cursos de danzas. Trabajo e invierto en esto”, detalla, aunque concede que sí privilegia el tiempo con seres queridos como sus padres, Sandra Guerrero y Hugo Núñez, y sus hermanos Daina, Jesús y Uriel.

“Para mí la danza lo tiene todo: sentimiento, disciplina, sacrificio, amor, carácter y calidez, y todo vale la pena. Cada vez que hago una variación clásica o bailo cinco minutos antes de salir a escena siempre pienso en el sentimiento, en la técnica y en disfrutarlo porque se trabaja ocho meses sin cesar para salir a escena una hora o a veces solo unos minutos y lo más lindo es la satisfacción de que todo salió bien cuando se escuchan los aplausos. Lo dejás todo”, define. “Esta carrera es corta y siempre debés apuntar alto para nunca darte por vencida. No siempre es lo que esperás, pero de cada experiencia -buena o mala- aprendí a querer esta carrera aún más. Me agarré con más fuerza de mis sueños y hasta no lograrlos no pararé”, continúa. Y ella apuntó hacia Europa, donde le surgió la oportunidad de bailar y perfeccionarse en una escuela de lujo con proyecciones inesperadas porque mantiene convenios con grandes compañías como el Ballet Nacional de España. “La verdad me gustaría llegar muy lejos como a cuerpos de baile de París (Francia), Nueva York (EEUU) y Lausanne (Suiza). Desde Salta es muy difícil llegar y que te seleccionen para que te vean y que quieran verte”, finaliza. 
Planificación, trabajo, ética, compromiso, disciplina, inspiración y pasión. Esos “sellos” le imprimió Paloma Herrera a Guadalupe Núñez, sin saberlo y con su ejemplo. Y por ello la salteña llegará, sin dudas, lejos.

El elenco que actuará en el show

Subirán a escena las parejas de tango Ana Barros y Facundo Marcos Arnedo, César Ferreyra y Cecilia Venecia, y Pablo Neri y Agustina Carrasco. También los cantantes Ana Brizuela, Horacio Valdez, Gustavo Córdoba y Raúl Reartes y los bailarines Diamela Federick, Bárbara Friaz, Lucila Cortez, Fernando Rodríguez y la maestra de danza Sandra Elizabeth Rearte.

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