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"Y de qué nos extrañamos en el escándalo Boca-AFA"

Miércoles, 15 de febrero de 2017 22:28

Son impresentables por donde se los mire, pero qué les importa. El poder siempre es poder, mientras dure. Y los que están arriba hasta se dan el gusto de levantar o bajar el pulgar al mejor estilo del emperador romano Nerón en el Coliseo. Salvando las diferencias de tiempos y lugares, Nerón se caracterizó por ser despreciable, loco y hasta salvaje, pero con mucho poder. "Casas más, casas menos, igualito...".

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Son impresentables por donde se los mire, pero qué les importa. El poder siempre es poder, mientras dure. Y los que están arriba hasta se dan el gusto de levantar o bajar el pulgar al mejor estilo del emperador romano Nerón en el Coliseo. Salvando las diferencias de tiempos y lugares, Nerón se caracterizó por ser despreciable, loco y hasta salvaje, pero con mucho poder. "Casas más, casas menos, igualito...".

Lo cierto es que los negociados, arreglos de partidos o de arbitrajes, como así también las suspensiones provocadas por hinchas, con entradas de favor o empleos en distintas dependencias no es nuevo.

Pasa en el fútbol, el tenis, el básquetbol, en el hockey y en cualquier deporte popular, o no. Como en la vida diaria, estos escándalos que provoca una escucha, un arrepentido, un perjudicado o cualquiera que quede "fuera del negocio" se convirtió en una moneda corriente en nuestro país.

Cuando en 1934 Enrique Santos Discépolo creó para la película "El alma del bandoneón" el tango "Cambalache" no se equivocó cuando resaltó que "siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos y que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente y en donde el que no llora no mama y el que no afana es un gil". Imagínese ya en el Siglo XXI.

Y en este mundo de "silencios y complicidades" la culpa no es solo del chancho.

Entonces, de qué nos extrañamos. Deberíamos extrañarnos cuando haya justicia.

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