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Cumplió 10 años sin recibir justicia

Fue estafado en una concesionaria. Su caso no fue elevado a juicio aún.
Viernes, 17 de febrero de 2017 00:00

“Desde el 2007 que vengo reclamando justicia, ayer cumplí una década tras el dinero que perdí en manos de un conocido vendedor de camiones y otros vehículos de esta capital. Desde el 2011 estoy esperando la elevación a juicio contra Gustavo L. y hoy, después de enterarme que la cosa está cajoneada, de nuevo terminé asistido en el San Bernardo”, dijo Fortunato Farfán, un jujeño que perdió todo litigando contra la impunidad.

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“Desde el 2007 que vengo reclamando justicia, ayer cumplí una década tras el dinero que perdí en manos de un conocido vendedor de camiones y otros vehículos de esta capital. Desde el 2011 estoy esperando la elevación a juicio contra Gustavo L. y hoy, después de enterarme que la cosa está cajoneada, de nuevo terminé asistido en el San Bernardo”, dijo Fortunato Farfán, un jujeño que perdió todo litigando contra la impunidad.

“Pero no me voy a morir todavía. Ya perdí a mi esposa esperando justicia pero mis hijos seguirán con la causa hasta ver a esta persona tras las rejas o al menos que me devuelva nuestro dinero”.

Farfán relató “adquirí de contado un camión Ford 350 en el 2007, pero los papeles que me entregó eran provisorios y truchos. El gitano Gustavo L. me dejó en la calle, convertido en un peón rural para poder sobrevivir. De nada me sirve ya el camión, pero sí saber que en Salta nadie tiene coronita y que la Justicia, aunque lenta, le dé un escarmiento ejemplar a este timador profesional”, dijo ayer. Fortunato Farfán tiene hoy 67 años y la amargura de un siglo encima.

En el 2007 vino a Salta y pagó con un cheque al día por la compra de un camión Ford 350 a un comerciante de la comunidad gitana.

A pesar de los innumerables reclamos y litigios nunca recibió los papeles y jamás pudo circular con el camión por las rutas argentinas.

“Me estafó y por eso perdí mi fuente de trabajo; nadie puede confiar una carga a un camión que no tiene papeles, seguro, nada. O sea, no pude salir a la calle. Mi esposa no aguantó tantos problemas y le dio un infarto. Toda la familia está destruida, queremos una solución desde la Justicia, que tuvo el expediente cajoneado por espacio de una década, pido celeridad, por favor”, se quejó.

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