Por Laura Alvarez Chamale
inicia sesión o regístrate.
Por Laura Alvarez Chamale
La intensa tormenta con granizo que se desató en todo el Valle de Lerma el sábado por la tarde pintó sus peores colores en Rosario de Lerma, donde el río volvió a surcar caudaloso el centro de la ciudad arrastrando todo tipo de escombros y sedimentos. Cayeron árboles de gran porte, hubo evacuados, colapsaron cañerías, el agua entró por todos los techos, incluso los de las casas más residenciales, y a los cultivos de la zona que venían padeciendo a muerte la sequía, la piedra que cayó durante más de una hora junto con abundante agua y viento, les dio el golpe de gracia. Este panorama penoso, pero ya conocido en la ciudad perla del valle, llevó a Ignacio Jarsún, intendente de la comuna, a declarar la emergencia climática. En su cuenta oficial de Facebook comunicaba ayer: “Tenemos vecinos evacuados en la ciudad y asistirlos es prioridad. Lamentablemente los canales de desages aún no están terminados. Está anunciado que seguirá la lluvia hasta el miércoles. Estamos relevando, reparando y asistiendo. El temporal hizo un gran daño en todos los puntos de la ciudad. Vamos a trabajar día y noche hasta normalizar la situación. El desafío sigue siendo que no se inunde más Rosario de Lerma”.
En otro muro de la red social, acompañado de fotos de la asistencia que realizaron desde el municipio, el intendente publicó: “El temporal hizo mucho daño en nuestra ciudad y a nuestra gente. Esto nos lastima y duele. Pusimos todo lo que tenemos a disposición para tratar de solucionar los problemas en todos los puntos y asistir a los vecinos. Disculpen la demora, no damos abasto. Hoy reafirmo mi compromiso de terminar con las inundaciones y vamos a solucionar este problema histórico. Esto no puede seguir pasando más”.
Por su parte, el director de Servicios Públicos, Rodrigo Aramayo, explicó sobre la emergencia: “Estamos trabajando en emergencia para enfrentar los efectos de las lluvias, se están mejorando los sistemas de bombeo y drenaje para evitar la acumulación de agua. Estamos trabajando para cubrir todos los pedidos y en el transcurso de estos días estaremos cumpliendo con lo solicitado, dejaremos las calles en condiciones, retiraremos restos de árboles caídos, y todo lo que sea necesario”.
El sábado, 22 familias debieron ser trasladadas al comedor San Jorge donde se les provee comida, colchones, frazadas y asistencia médica hasta que puedan retornar a sus viviendas que de tan precarias, no pudieron cobijarlas.
Las zonas más afectadas son las comprendidas por los barrios San Jorge, San José, Islas Malvinas, El Carmen, San Rafael, y las calles que quedaron con socavones de gran profundidad son María Torres Frías, 12 de Octubre y Tejada.
En varios puntos cayeron árboles que enredaron los cables del alumbrado público. Se quedaron sin luz y sin teléfono. Los colectivos no pudieron pasar por la Hipólito Irigoyen y 9 de Julio, que corren en sentido del río. Y como si todo fuera poco, colapsaron las cloacas del barrio Balbín.
La tormenta del sábado, que extendió su furia por casi tres horas, dejó al desnudo las falencias estructurales históricas de este pueblo que ha sufrido recurrentemente las inundaciones al compás de las promesas de obras superadoras que nunca mostraron su cometido.