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Después de un intenso 2016 que arrancó con todo en el rally Dakar, donde se convirtió en la revelación de la competencia y en el mejor argentino ubicado históricamente, Kevin Max Benavides tuvo un cierre duro que jamás imaginó: en uno de sus últimos entrenamientos previo al Dakar 2017, se cayó y se fracturó la muñeca derecha. Fueron días, semanas, meses duros para quien se convirtió en el mejor deportista salteño y premio Olimpia de plata en su categoría. Sin embargo, el sol comenzó a salir justo en pleno verano y ahora el corredor de Honda Racing Corporation, tiene fecha de regreso. Será en Abu Dhabi, en la primera fecha del Mundial de rally, en abril.
Ya sin el pesado yeso ni los siete clavos que tuvo durante más de un mes, el piloto dialogó con El Tribuno mientras trabaja la zona afectada, para llegar diez puntos a su primer carrera de 2017.
“El 6 de febrero me sacaron el yeso y días atrás vino a Salta Javier Martínez, un médico del equipo HRC. Con él estuvimos trabajando. Estoy ingresando en la tercera semana de trabajo y me siento muy bien. Si todo marcha como esperamos, en 15 días me subo a la moto y en abril regreso para la primera fecha del Mundial de rally en Abu Dhabi”.
“La mano está mucho mejor, bastante firme, así que estoy muy contento”, agregó el salteño.
El fanatismo por Kevin
En una esquina del barrio El Huaico, dos adolescentes hacen pausa en sus estudios, horas antes de enfrentar los exámenes de febrero. Ulises y Baltasar, dos amigos charlan de diferentes deportes. El primero es fanático del rugby y es un jugador enamorado de su club: Universitario R.C. El otro, en cambio, solo anda en skate y a causa de la extremidad de su deporte favorito, un yeso ocupa gran parte de su brazo derecho.
Una firma con fibrón negro sobresale en el sector extremo del mismo. “Kevin Max #47”. Aunque el signatario no haya puesto su apellido, los entendidos saben que se trata del mejor deportista de Salta: Kevin Benavides.
“A Kevin lo crucé hace unos días y él es mi ídolo. Le pedí que me firme un autógrafo, así que lo hizo en mi yeso. Yo estaba feliz, se despidió y luego volvió con unas calcomanías para mí”, dice con orgullo el joven.
“Es el mejor de todos. Este año iba a ganar el Dakar, no tengo dudas. Es una pena que se haya lastimado”, se lamenta quien, como su ídolo, tuvo que soportar el yeso gran parte del verano, casi en la misma ubicación. En menos de dos meses, lo verá en acción de nuevo.