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Oscar 2017: se esperan discursos de fuerte tinte político

Donald Trump será uno de los protagonistas indirectos. Hay amplio rechazo hacia sus políticas discriminatorias. 
Miércoles, 22 de febrero de 2017 03:06

Todavía está fresco en la memoria de muchos el breve pero contundente discurso pronunciado por Meryl Streep en la ceremonia de entrega de los Globo de Oro, en enero pasado. La actriz de 67 años subió a recibir el noveno premio honorífico de su carrera y conmovió a todo el mundo recordando que Hollywood se hizo con extranjeros. Y, sin mencionarlo, aludió a Donald Trump recordando un lamentable episodio protagonizado por el actual presidente de EEUU, cuando se burló de un periodista discapacitado: “Si es el poder quien abusa de los débiles todos los demás lo imitarán. La falta de respeto incita a más faltas de respeto. La violencia, a más violencia”, reflexionó la talentosa actriz. 
Este domingo, en la noche más esperada de la industria del cine, se esperan más discursos de ese tenor. Todo hace suponer que la 89 edición de los premios de la Academia de Hollywood será la tarima desde donde muchos artistas intentarán mostrar su desacuerdo con las políticas de la nueva gestión y su rechazo al controvertido decreto migratorio firmado por Trump, que ya ha generado numerosas protestas.
La gala de los Oscar se llevará a cabo el próximo domingo 26 de febrero en el teatro Dolby de Los Ángeles. La ceremonia se transmitirá en vivo por TNT, desde las 21.
Aunque el presidente Trump no está ni nominado ni invitado a la gala de los Oscar, se espera que sea uno de los protagonistas de la noche, al menos en el campo discursivo. Apenas un mes después de que el republicano tomara posesión como primer mandatario, muchas caras visibles de la industria cinematográfica mostraron su oposición a su gobierno, sobre todo frente a las últimas medidas adoptadas en materia migratoria. Ya en la celebración del almuerzo anual de la Academia en honor a los nominados, el pasado 6 de febrero la presidenta de la institución, Cheryl Boone Isaacs, abordó sin tapujos la actualidad política: ‘Todos sabemos que hay algunas sillas vacías hoy en esta sala y eso nos convierte a todos en activistas‘, dijo en referencia a la ausencia del cineasta iraní Asghar Farhadi, candidato al Oscar a Mejor película de habla no inglesa por “The Salesman”, y que recientemente anunció que no acudirá a la ceremonia como protesta por las medidas migratorias de Trump. ‘El arte no tiene fronteras. Las sociedades fuertes no censuran el arte, sino que lo celebran. No podemos permitir que las fronteras nos detengan a ninguno de nosotros‘, aseguró Isaacs.
Tras el aluvión de críticas del año pasado por la falta de diversidad entre los nominados, este año los capos de la Academia decidieron limar las asperezas nominando a tres películas protagonizadas por actores afroamericanos (Moonlight, Fences y Figuras ocultas). Además, por primera vez en la historia, tres productores negros están nominados en esa categoría. Eso sí, nadie puede negar que la favorita es la muy caucásica e instalada en el cine de evasión La La Land, con 14 nominaciones.
Entre los actores, hay seis intérpretes negros finalistas, lo que supone que la cuota se eleva del 0 al 30 % respecto a la edición anterior. Son Denzel Washington, Ruth Negga, Mahershala Ali, Viola Davis, Octavia Spencer y Naomie Harris (las tres últimas, compitiendo en la categoría de mejor actriz secundaria). Incluso podría suceder que Barry Jenkins se convierta, gracias a Moonlight, en el primer director negro en hacerse con la estatuilla, coronando el camino que abrió John Singleton en 1991 y que luego ampliaron Lee Daniels con Precious (2009) y Steve McQueen con 12 años de esclavitud (2013), la primera película dirigida por un negro que se alzó como ganadora de la noche. Finalmente, tres cintas muy explicativas de las tensiones raciales están nominadas al mejor documental: I am Not Your Negro, 13th y O.J.: Made in America.
Lo cierto es que mientras Hollywood se esfuerza por mostrarse inclusivo, a Trump no le tiembla la voz a la hora de regurgitar su discurso racista. El resultado: una relación que se saca chispas. Las estrellas del cine se volcaron contra el polémico magnate ya durante la campaña electoral. Y tras las primeras semanas de su mandato, las críticas desde el mundo del espectáculo no sólo no cesaron, sino que se recrudecieron. 
Además, numerosos actores apoyaron las multitudinarias marchas que las mujeres organizaron en EEUU tras la asunción de Trump para rechazar sus postulados machistas. Scarlett Johansson, Ashley Judd, America Ferrera, Joseph Gordon-Levitt, Jamie Lee Curtis y Miley Cyrus se mostraron en las manifestaciones.
Antes incluso de la elección de Trump como presidente, Olivia Wilde publicaba en Twitter: “Como alguien que va a ser madre de una niña, esto me duele en lo más profundo. #NuncaTrump”, en relación al mensaje negativo que el magnate transmite a la juventud cuando habla de temas relacionados con la mujer.
Así las cosas, y después de unos Globos de Oro muy aguerridos, la 89 edición de los premios Oscar también promete hacer flamear todas las causas, plantarse contra la intolerancia de un presidente autoritario que incita a la discriminación, y hacer las paces con, por lo menos, los afroamericanos.

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Todavía está fresco en la memoria de muchos el breve pero contundente discurso pronunciado por Meryl Streep en la ceremonia de entrega de los Globo de Oro, en enero pasado. La actriz de 67 años subió a recibir el noveno premio honorífico de su carrera y conmovió a todo el mundo recordando que Hollywood se hizo con extranjeros. Y, sin mencionarlo, aludió a Donald Trump recordando un lamentable episodio protagonizado por el actual presidente de EEUU, cuando se burló de un periodista discapacitado: “Si es el poder quien abusa de los débiles todos los demás lo imitarán. La falta de respeto incita a más faltas de respeto. La violencia, a más violencia”, reflexionó la talentosa actriz. 
Este domingo, en la noche más esperada de la industria del cine, se esperan más discursos de ese tenor. Todo hace suponer que la 89 edición de los premios de la Academia de Hollywood será la tarima desde donde muchos artistas intentarán mostrar su desacuerdo con las políticas de la nueva gestión y su rechazo al controvertido decreto migratorio firmado por Trump, que ya ha generado numerosas protestas.
La gala de los Oscar se llevará a cabo el próximo domingo 26 de febrero en el teatro Dolby de Los Ángeles. La ceremonia se transmitirá en vivo por TNT, desde las 21.
Aunque el presidente Trump no está ni nominado ni invitado a la gala de los Oscar, se espera que sea uno de los protagonistas de la noche, al menos en el campo discursivo. Apenas un mes después de que el republicano tomara posesión como primer mandatario, muchas caras visibles de la industria cinematográfica mostraron su oposición a su gobierno, sobre todo frente a las últimas medidas adoptadas en materia migratoria. Ya en la celebración del almuerzo anual de la Academia en honor a los nominados, el pasado 6 de febrero la presidenta de la institución, Cheryl Boone Isaacs, abordó sin tapujos la actualidad política: ‘Todos sabemos que hay algunas sillas vacías hoy en esta sala y eso nos convierte a todos en activistas‘, dijo en referencia a la ausencia del cineasta iraní Asghar Farhadi, candidato al Oscar a Mejor película de habla no inglesa por “The Salesman”, y que recientemente anunció que no acudirá a la ceremonia como protesta por las medidas migratorias de Trump. ‘El arte no tiene fronteras. Las sociedades fuertes no censuran el arte, sino que lo celebran. No podemos permitir que las fronteras nos detengan a ninguno de nosotros‘, aseguró Isaacs.
Tras el aluvión de críticas del año pasado por la falta de diversidad entre los nominados, este año los capos de la Academia decidieron limar las asperezas nominando a tres películas protagonizadas por actores afroamericanos (Moonlight, Fences y Figuras ocultas). Además, por primera vez en la historia, tres productores negros están nominados en esa categoría. Eso sí, nadie puede negar que la favorita es la muy caucásica e instalada en el cine de evasión La La Land, con 14 nominaciones.
Entre los actores, hay seis intérpretes negros finalistas, lo que supone que la cuota se eleva del 0 al 30 % respecto a la edición anterior. Son Denzel Washington, Ruth Negga, Mahershala Ali, Viola Davis, Octavia Spencer y Naomie Harris (las tres últimas, compitiendo en la categoría de mejor actriz secundaria). Incluso podría suceder que Barry Jenkins se convierta, gracias a Moonlight, en el primer director negro en hacerse con la estatuilla, coronando el camino que abrió John Singleton en 1991 y que luego ampliaron Lee Daniels con Precious (2009) y Steve McQueen con 12 años de esclavitud (2013), la primera película dirigida por un negro que se alzó como ganadora de la noche. Finalmente, tres cintas muy explicativas de las tensiones raciales están nominadas al mejor documental: I am Not Your Negro, 13th y O.J.: Made in America.
Lo cierto es que mientras Hollywood se esfuerza por mostrarse inclusivo, a Trump no le tiembla la voz a la hora de regurgitar su discurso racista. El resultado: una relación que se saca chispas. Las estrellas del cine se volcaron contra el polémico magnate ya durante la campaña electoral. Y tras las primeras semanas de su mandato, las críticas desde el mundo del espectáculo no sólo no cesaron, sino que se recrudecieron. 
Además, numerosos actores apoyaron las multitudinarias marchas que las mujeres organizaron en EEUU tras la asunción de Trump para rechazar sus postulados machistas. Scarlett Johansson, Ashley Judd, America Ferrera, Joseph Gordon-Levitt, Jamie Lee Curtis y Miley Cyrus se mostraron en las manifestaciones.
Antes incluso de la elección de Trump como presidente, Olivia Wilde publicaba en Twitter: “Como alguien que va a ser madre de una niña, esto me duele en lo más profundo. #NuncaTrump”, en relación al mensaje negativo que el magnate transmite a la juventud cuando habla de temas relacionados con la mujer.
Así las cosas, y después de unos Globos de Oro muy aguerridos, la 89 edición de los premios Oscar también promete hacer flamear todas las causas, plantarse contra la intolerancia de un presidente autoritario que incita a la discriminación, y hacer las paces con, por lo menos, los afroamericanos.

 

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