Una pareja fue sorprendida por la crecida de un arroyo en La Viña, mientras intentaba escapar de la tormenta que azotó anoche la zona. Milagrosamente fueron rescatados por un policía que acudió al lugar para asistirlos. Cerca de las 21, un joven de 23 años y una mujer de 25 años, quienes residen en la zona intentaron refugiarse de la tormenta que se desató en el área rural de La Viña. Fue en esas circunstancias que quedaron atrapados en medio de la crecida de un caudaloso arroyo. El agua los arrastró al borde de un barranco que amenazaba con desmoronarse. Solo lograban sostenerse aferrados a las raíces de unos árboles. Fue entonces que asistieron al lugar efectivos de la policía loca, de Guachipas y de la sección de Seguridad Vial Talapampa. Ante la situación, que se tornaba cada vez más desesperante, el sargento ayudante Alfredo Benito Guanca se arrojó a la correntada y nadó hasta alcanzarlos. Los esfuerzos fueron arduos, ya que se encontraban a no menos de 100 metros de la zona segura. Mientras avanzaba, solo podía verse la cabeza y los brazos del efectivo, ya que el agua cubría todo su cuerpo. Al alcanzar a la joven pareja, cargó a la mujer en la espalda y la llevó hasta la orilla. Luego regresó para rescatar al muchacho.
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Una pareja fue sorprendida por la crecida de un arroyo en La Viña, mientras intentaba escapar de la tormenta que azotó anoche la zona. Milagrosamente fueron rescatados por un policía que acudió al lugar para asistirlos. Cerca de las 21, un joven de 23 años y una mujer de 25 años, quienes residen en la zona intentaron refugiarse de la tormenta que se desató en el área rural de La Viña. Fue en esas circunstancias que quedaron atrapados en medio de la crecida de un caudaloso arroyo. El agua los arrastró al borde de un barranco que amenazaba con desmoronarse. Solo lograban sostenerse aferrados a las raíces de unos árboles. Fue entonces que asistieron al lugar efectivos de la policía loca, de Guachipas y de la sección de Seguridad Vial Talapampa. Ante la situación, que se tornaba cada vez más desesperante, el sargento ayudante Alfredo Benito Guanca se arrojó a la correntada y nadó hasta alcanzarlos. Los esfuerzos fueron arduos, ya que se encontraban a no menos de 100 metros de la zona segura. Mientras avanzaba, solo podía verse la cabeza y los brazos del efectivo, ya que el agua cubría todo su cuerpo. Al alcanzar a la joven pareja, cargó a la mujer en la espalda y la llevó hasta la orilla. Luego regresó para rescatar al muchacho.