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Pequeños artistas y curadores montaron  su primera muestra 

Chicos de entre 6 y 12 años organizaron con entusiasmo su primera exposición, integrada por obras propias.
Domingo, 26 de febrero de 2017 22:36

Y llegó el día tan anhelado por los chicos del taller “Crea, colecciona, muestra”, que se dictó durante enero y febrero en el Museo de Bellas Artes, con el objetivo de acercar, desde una mirada pedagógica, el mundo del arte a los chicos y jóvenes. 
Decenas de papás, familiares y amigos se dieron cita en las instalaciones del museo para participar de una singular y colorida muestra, que fue montada por los mismos chicos, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 12 años. 
El arte abre fronteras entre lo real y lo posible, entre el acto y la potencia, entre la racionalidad y la imaginación. Tanto los papás como los chicos quedaron asombrados y fascinados al ver el montaje final, que fue habilitado el pasado jueves, con un toque de magia, color y simplicidad. 
Los chicos estaban felices, y muy entusiasmados por poder exponer sus obras en un espacio consagrado e imponente, como el Museo de Bellas Artes.
Ellos mismos oficiaron de curadores, ya que se encargaron de seleccionar y clasificar en series los trabajos, que serán expuestos hasta mañana. 

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Y llegó el día tan anhelado por los chicos del taller “Crea, colecciona, muestra”, que se dictó durante enero y febrero en el Museo de Bellas Artes, con el objetivo de acercar, desde una mirada pedagógica, el mundo del arte a los chicos y jóvenes. 
Decenas de papás, familiares y amigos se dieron cita en las instalaciones del museo para participar de una singular y colorida muestra, que fue montada por los mismos chicos, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 12 años. 
El arte abre fronteras entre lo real y lo posible, entre el acto y la potencia, entre la racionalidad y la imaginación. Tanto los papás como los chicos quedaron asombrados y fascinados al ver el montaje final, que fue habilitado el pasado jueves, con un toque de magia, color y simplicidad. 
Los chicos estaban felices, y muy entusiasmados por poder exponer sus obras en un espacio consagrado e imponente, como el Museo de Bellas Artes.
Ellos mismos oficiaron de curadores, ya que se encargaron de seleccionar y clasificar en series los trabajos, que serán expuestos hasta mañana. 

El arte como medio
Durante el taller, los chicos pudieron conocer y desplegar su potencial y descubrir el mundo de los museos. “Este taller fue una gran oportunidad que irrumpió en el ciclo tradicional de los museos y del arte. No es común que se den estos espacios en ambientes profesionalizados. Fue hermoso para los niños y para el taller Confetti haber estado en el Museo, para enseñar a los chicos cómo funciona el proceso de producción, circulación y recepción de las obras”, señaló a El Tribuno la docente Marianella Rivas Cuba, a cargo del taller.
“Compartir creando e improvisando desde un espacio de libertad en el que todos los errores están permitidos, hacen de esto un entrenamiento para toda la vida. En el taller nos basamos en la idea del arte no como un fin, sino como un medio. Los chicos aprenden a disfrutar del proceso de creación de una obra, y no están pendientes de su perfección”, contó Marianella.

Anfitriones
Para los chicos, fue una experiencia única, sin duda alguna. Emocionados y más que entusiasmados, oficiaron de anfitriones, mientras recorrían la sala del Museo contando quién había realizado cada obra de qué se trababa y por qué estaba ubicada en tal o cual espacio.
“Me gustó mucho participar de esto, porque me sentí como un artista y también como un maestro”, contó a El Tribuno Ignacio Portela, de 7 años. Su mamá, orgullosa, contó que el taller fue un ámbito donde pudo expresar sus sentimientos. “Mi hijo, además, aprendió del arte en general. Además, estar en el Museo lo hizo sentir muy importante. Hasta invitó a toda la familia y a sus amigos a la muestra”, dijo.

Por su parte, Luisina Cadir, de 11 años, expresó que disfrutó cada clase al máximo. “Cada día era una sorpresa nueva. Fue muy lindo”, señaló.
En tanto, Dana Alesso, de 14 años, destacó que aprendió nuevos métodos y formas que tiene el arte. “Es una experiencia genial que nunca voy a olvidar”, dijo.
Junto a ella, estaba su mamá, quien relató: “Ojalá hubiéramos tenido en mi época la posibilidad de hacer estas cosas. Gracias a estas iniciativas, uno se da cuenta de lo que va perdiendo por la rutina, el trabajo y las obligaciones”.
Rescató también el hecho que los chicos pudieran ver que lo que ellos hacen, como pequeños artistas, se puede exponer en un museo alguna vez. “A raíz de esta vivencia, yo también aprendí a mirar de otra manera el arte y a disfrutar de los museos”. agregó. 
 

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