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Restringirán la entrada de público al Congreso para evitar escraches a Macri

El oficialismo no quiere exponer al Presidente a insultos. Recortarán el acceso de público a las bandejas del recinto. Tampoco se repartirán invitaciones para familiares de los legisladores.
Domingo, 26 de febrero de 2017 07:23

Habrá una notable diferencia entre la ceremonia de apertura del período de sesiones ordinarias del próximo miércoles y la del año pasado. El tercer piso de palcos en galería de la Cámara de Diputados, donde el año pasado y en los anteriores era común ver alrededor de 300 personas apiñadas siguiendo el discurso presidencial, estará vacío. Ese sector se encontrará directamente cerrado e inhabilitado, según aseguraron en el oficialismo de la Cámara Baja.
El diagnóstico en la oposición es lineal: el Gobierno teme escraches. En el oficialismo lo rechazan. Aseguran que responde a que el sector está en obras y que así como no habrá gente ‘chiflando en contra, tampoco habrá aplaudidores‘. Y completaron: ‘No habrá barras de nadie. Será una ceremonia prolija‘.
Es probable que, al igual que ocurrió el año pasado, parte de la oposición parlamentaria se haga oír. Y contra eso la seguridad no puede hacer nada: diputados y senadores pueden abuchear, gritar o poner carteles en sus bancas, ya que gozan de inmunidad contra represalias.
‘Nos caracterizamos por expresar nuestro pensamiento‘, adelantan en el cristinismo. Es de esperar que desde la bancada K haya alusiones al menos al acuerdo del Correo Argentino con el Grupo Macri y a la detención de Milagro Sala.

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Habrá una notable diferencia entre la ceremonia de apertura del período de sesiones ordinarias del próximo miércoles y la del año pasado. El tercer piso de palcos en galería de la Cámara de Diputados, donde el año pasado y en los anteriores era común ver alrededor de 300 personas apiñadas siguiendo el discurso presidencial, estará vacío. Ese sector se encontrará directamente cerrado e inhabilitado, según aseguraron en el oficialismo de la Cámara Baja.
El diagnóstico en la oposición es lineal: el Gobierno teme escraches. En el oficialismo lo rechazan. Aseguran que responde a que el sector está en obras y que así como no habrá gente ‘chiflando en contra, tampoco habrá aplaudidores‘. Y completaron: ‘No habrá barras de nadie. Será una ceremonia prolija‘.
Es probable que, al igual que ocurrió el año pasado, parte de la oposición parlamentaria se haga oír. Y contra eso la seguridad no puede hacer nada: diputados y senadores pueden abuchear, gritar o poner carteles en sus bancas, ya que gozan de inmunidad contra represalias.
‘Nos caracterizamos por expresar nuestro pensamiento‘, adelantan en el cristinismo. Es de esperar que desde la bancada K haya alusiones al menos al acuerdo del Correo Argentino con el Grupo Macri y a la detención de Milagro Sala.

“Una sesión pública pero sin público”

Lo habitual es que todos los años se le da una invitación a cada senador y cada diputado -en total suman 329- para que las repartan entre sus familiares y allegados. Esta vez tampoco se hizo: ‘No hay espacio físico para meter a 300 y pico de personas más‘, justificaron en Diputados.
‘Solo nos permiten traer a 5 asesores para todos los miembros del bloque‘, detalló Héctor Recalde, jefe de la bancada del FpV, que suma 70 diputados. ‘Será una sesión pública pero sin público. No quieren que haya gente‘, se quejó el diputado.
En el oficialismo parlamentario se desentendieron de la decisión de restringir las invitaciones. ‘La lista la armó Presidencia. Es una ceremonia del Presidente y nosotros somos simples facilitadores del lugar‘, se excusaron.
Está previsto que la sesión de la Asamblea Legislativa comience a las 10.45, que Mauricio Macri arribe a las 11.15 y que a las 11.30 arranque con su discurso, donde se espera realice un balance de su gestión.
Junto a Macri estarán sentados los presidentes del Senado y de Diputados, Gabriela Michetti y Federico Monzó, y el presidente provisional de la Cámara Alta, Federico Pinedo. A los costados se ubicarán gobernadores, ministros, los jueces de la Corte, jefes militares y parte del cuerpo diplomático, informaron cerca de Michetti.
Ese sector está reservado también para los ex presidentes. Hasta ayer el único que había confirmado su presencia era Fernando De la Rúa. María Estela Martínez de Perón, Eduardo Duhalde y Cristina Kirchner no habían contestado. Carlos Menem y Adolfo Rodríguez Saá estarán presentes pero en carácter de senadores.
En el primer piso estarán los palcos para los invitados de Macri, Michetti y Monzó, intendentes, gremios e invitados especiales. Al segundo piso irán los presidentes de Banco Nación, del Central, de YPF y de diversos organismos estatales.
Más allá de la apertura del periodo ordinario, lo cierto es que se prevé que este sea un año de escasas sesiones legislativas. Es que al haber elecciones y al oficialismo no controlar ninguna de las dos cámaras por si solo, cualquier iniciativa deberá ser muy negociada. ‘Lo que es seguro es que el Ejecutivo no enviará proyectos polémicos ni que impacten en el Presupuesto‘, adelantan en el macrismo.
En el oficialismo entienden que las leyes más importantes para el Gobierno fueron aprobadas en el último año. Entre las pendientes quedan la de Mercado de Capitales -está en Diputados- y las leyes de Emprendedores y de Extinción de Dominio (siguen trabadas en el Senado).

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