Un exmilitar luchó y mató a un ladrón que ingresó a robar en su propiedad

"Fue una noche para el olvido, pero que jamás vamos a poder olvidar", dijo Alejandro, un joven de 25 años que junto a su hermano y su padre enfrentaron a dos ladrones, que previamente habían ingresado a su propiedad tras romper un cerco perimetral de alambre y mallas electrosoldadas, en lo fondos de un predio comercial ubicado sobre avenida Tavella al 2400.

El enfrentamiento entre propietarios y delincuentes le costó la vida a uno de los intrusos, identificado como José Antonio Costas (29), quien recibió una mortal herida de arma blanca en la región abdominal que le causó la muerte prácticamente de inmediato.

En tanto, el otro delincuente intentó huir pero fue reducido en el interior del mismo predio, todo esto antes de que la policía llegara al lugar, a pesar de que fue anoticiada a través del teléfono ni bien las alarmas del lugar delataron la presencia de intrusos.

Al respecto, uno de los jóvenes que participaron del enfrentamiento aseguró ayer a El Tribuno que su padre, a quien identificó como Aldo Barrionuevo, de 72 años, no tuvo alternativa al encontrarse cara a cara con el delincuente, quien lo encañonó con una supuesta arma de fuego que resultó ser una copia plástica o simil de una pistola verdadera.

Alejandro dijo que todo ocurrió entre las 8.30 y las 21 del domingo en los fondos de su propiedad, donde su padre de 72 años está construyendo un pequeño chalet con vistas al río Arenales.

"Nosotros tenemos varios negocios que dan sobre avenida Tavella y habitamos en los altos de los mismos. En el extenso terreno hemos colocado diversas alarmas y cámaras de seguridad, porque hemos sufrido ya cuatro robos consecutivos, es más, la casa que estamos construyendo sobre el río fue saqueada en varias ocasiones, puertas, ventanas, sanitarios, todo desapareció.

Quizá estos hechos nunca esclarecidos hayan sido el motivo del celo que mi padre tenía sobre su propiedad.

Lo cierto es que a la hora señalada sonaron las alarmas y vimos por las cámaras que había intrusos en la parte posterior de la propiedad.

Mi padre, que fue militar en su juventud y cuya formación jamás olvidó, se armó de un cuchillo y salió hacia su chalet, mientras yo llamaba insistentemente al 911, explicándoles que los delincuentes estaban ya dentro del predio y que probablemente estuvieran armados.

Mi padre corrió y les dio la voz de alto, pero los dos delincuentes se escondieron en la casa en construcción y cuando mi padre llegó uno de ellos se subió a la ventana y lo encañonó, con la intención que mi padre se asustara para poder huir, pero no fue así, apenas estuvo encima lo apuñaló, seguramente pensado que el hombre iba a disparar en ese movimiento. Enseguida llegamos nosotros y logramos capturar al segundo delincuente, que intentó saltar la cerca del alambrado perimetral. No hubo mucho que hacer por el herido, que igualmente fue asistido por el Samec.

Fue una noche trágica para todos. Alguien perdió la vida, mi padre perdió los miedos y salió temerariamente a enfrentar a los ladrones y nosotros quedamos aterrorizados por el cuadro o la escena que nos tocó vivir. Todo esto nuestra familia lo lamenta profundamente y luego de los hechos la realidad nos llama a cordura. Realmente lo sentimos", reflexionó el joven.

"Fue una noche para el olvido, pero que jamás vamos a poder olvidar", dijo Alejandro, un joven de 25 años que junto a su hermano y su padre enfrentaron a dos ladrones, que previamente habían ingresado a su propiedad tras romper un cerco perimetral de alambre y mallas electrosoldadas, en lo fondos de un predio comercial ubicado sobre avenida Tavella al 2400.

El enfrentamiento entre propietarios y delincuentes le costó la vida a uno de los intrusos, identificado como José Antonio Costas (29), quien recibió una mortal herida de arma blanca en la región abdominal que le causó la muerte prácticamente de inmediato.

En tanto, el otro delincuente intentó huir pero fue reducido en el interior del mismo predio, todo esto antes de que la policía llegara al lugar, a pesar de que fue anoticiada a través del teléfono ni bien las alarmas del lugar delataron la presencia de intrusos.

Al respecto, uno de los jóvenes que participaron del enfrentamiento aseguró ayer a El Tribuno que su padre, a quien identificó como Aldo Barrionuevo, de 72 años, no tuvo alternativa al encontrarse cara a cara con el delincuente, quien lo encañonó con una supuesta arma de fuego que resultó ser una copia plástica o simil de una pistola verdadera.

Alejandro dijo que todo ocurrió entre las 8.30 y las 21 del domingo en los fondos de su propiedad, donde su padre de 72 años está construyendo un pequeño chalet con vistas al río Arenales.

"Nosotros tenemos varios negocios que dan sobre avenida Tavella y habitamos en los altos de los mismos. En el extenso terreno hemos colocado diversas alarmas y cámaras de seguridad, porque hemos sufrido ya cuatro robos consecutivos, es más, la casa que estamos construyendo sobre el río fue saqueada en varias ocasiones, puertas, ventanas, sanitarios, todo desapareció.

Quizá estos hechos nunca esclarecidos hayan sido el motivo del celo que mi padre tenía sobre su propiedad.

Lo cierto es que a la hora señalada sonaron las alarmas y vimos por las cámaras que había intrusos en la parte posterior de la propiedad.

Mi padre, que fue militar en su juventud y cuya formación jamás olvidó, se armó de un cuchillo y salió hacia su chalet, mientras yo llamaba insistentemente al 911, explicándoles que los delincuentes estaban ya dentro del predio y que probablemente estuvieran armados.

Mi padre corrió y les dio la voz de alto, pero los dos delincuentes se escondieron en la casa en construcción y cuando mi padre llegó uno de ellos se subió a la ventana y lo encañonó, con la intención que mi padre se asustara para poder huir, pero no fue así, apenas estuvo encima lo apuñaló, seguramente pensado que el hombre iba a disparar en ese movimiento. Enseguida llegamos nosotros y logramos capturar al segundo delincuente, que intentó saltar la cerca del alambrado perimetral. No hubo mucho que hacer por el herido, que igualmente fue asistido por el Samec.

Fue una noche trágica para todos. Alguien perdió la vida, mi padre perdió los miedos y salió temerariamente a enfrentar a los ladrones y nosotros quedamos aterrorizados por el cuadro o la escena que nos tocó vivir. Todo esto nuestra familia lo lamenta profundamente y luego de los hechos la realidad nos llama a cordura. Realmente lo sentimos", reflexionó el joven.