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14 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Por día, unos 50 presos son derivados al hospital San Bernardo

Miércoles, 08 de febrero de 2017 01:30
<div>Un interno del penal de Villa Las Rosas ingresa con custodia al hospital San Bernardo. / Corbalán&nbsp;</div><div>
Entre 50 y 60 presos son atendidos por día dentro de los consultorios externos y en la guardia del hospital San Bernardo. No obstante, solo diez de ese total revisten carácter de emergencias. Así consta en los datos proporcionados desde el Departamento de Sanidad de las unidades carcelarias instaladas en la capital salteña.
La presencia de internos del Servicio Penitenciario Provincial en los sectores del nosocomio forma parte desde hace tiempo de una postal frecuente.
Sin división entre internos peligrosos y o no, los pasillos del San Bernardo denotan en varias ocasiones la convivencia prolongada entre pacientes comunes y los que provienen de algún penal.
La razón no es otra que la falta de especialistas en el servicio de salud brindado dentro de la cárcel.
"El Servicio Penitenciario de la Provincia en todas sus unidades cuenta con una atención médica en diferentes niveles. El más importante se encuentra en la Unidad Carcelaria de Villa Las Rosas, donde funciona lo que se llama un hospital penal", dijo a El Tribuno el secretario de Políticas Penales de Salta, Pablo Alavila.
"Los médicos que trabajan en el penal hacen atenciones primarias y realizan las derivaciones según cada uno de los casos hacia distintos centros asistenciales", agregó el funcionario.
Dentro de las especialidades con turnos más solicitados por los internos figuran traumatología, laboratorio, gastroenterología y cardiología, y el hospital San Bernardo reúne la mayor cantidad de consultas y emergencias, aunque la atención sanitaria también se deriva, de acuerdo a la patología del interno, al Hospital del Milagro (cuadros infecciosos, VIH y ETS) o al hospital Oñativia (diabetes).

Pocos médicos en la cárcel

Cuatro médicos clínicos y un ginecólogo para la sede de mujeres conforman la oferta de profesionales con las que cuentan los internos alojados en el penal de Villa Las Rosas, más de 1.300 en total, además de dos odontólogos y dos psiquiatras.
La atención sanitaria en el interior de la provincia no varía demasiado en cuanto a las derivaciones a los hospitales de cabecera. La diferencia radica en que solo existe un médico por cada lugar.
En Salta hay 2.651 personas alojadas en las distintas cárceles y granjas dependientes del Servicio Penitenciario provincial.
Sin instalaciones acondicionadas para la recepción de personas privadas de la libertad, el hospital San Bernardo continúa como el lugar en el que se recibe gran parte de la demanda de los internos. Garantizar la seguridad e integridad física, tanto del personal interviniente como de los detenidos, y el resto del público que se atiende por el momento, está en una zona gris, ya que no cuenta con un protocolo.

Lo que viene

La extensión de la cobertura de salud en el interior de las unidades carcelarias de la capital se haría realidad durante el primer semestre de este año, específicamente en traumatología.
"Contar con la sala de traumatología significará una disminución importante de internos que salen a hacerse estudios de placas y todo ese tipo de atenciones que tienen que ver con la especialidad", agregó Alavila. El nuevo servicio incluiría una de las especialidades más solicitadas, y se sumaría al flamante sector de odontología. El mismo se habilitó durante el 2016 luego de un hábeas corpus interpuesto por el Ministerio Público que ordenó al Servicio Penitenciario dotar a los internos de un área específica de atención dentro del penal.
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Entre 50 y 60 presos son atendidos por día dentro de los consultorios externos y en la guardia del hospital San Bernardo. No obstante, solo diez de ese total revisten carácter de emergencias. Así consta en los datos proporcionados desde el Departamento de Sanidad de las unidades carcelarias instaladas en la capital salteña.
La presencia de internos del Servicio Penitenciario Provincial en los sectores del nosocomio forma parte desde hace tiempo de una postal frecuente.
Sin división entre internos peligrosos y o no, los pasillos del San Bernardo denotan en varias ocasiones la convivencia prolongada entre pacientes comunes y los que provienen de algún penal.
La razón no es otra que la falta de especialistas en el servicio de salud brindado dentro de la cárcel.
"El Servicio Penitenciario de la Provincia en todas sus unidades cuenta con una atención médica en diferentes niveles. El más importante se encuentra en la Unidad Carcelaria de Villa Las Rosas, donde funciona lo que se llama un hospital penal", dijo a El Tribuno el secretario de Políticas Penales de Salta, Pablo Alavila.
"Los médicos que trabajan en el penal hacen atenciones primarias y realizan las derivaciones según cada uno de los casos hacia distintos centros asistenciales", agregó el funcionario.
Dentro de las especialidades con turnos más solicitados por los internos figuran traumatología, laboratorio, gastroenterología y cardiología, y el hospital San Bernardo reúne la mayor cantidad de consultas y emergencias, aunque la atención sanitaria también se deriva, de acuerdo a la patología del interno, al Hospital del Milagro (cuadros infecciosos, VIH y ETS) o al hospital Oñativia (diabetes).

Pocos médicos en la cárcel

Cuatro médicos clínicos y un ginecólogo para la sede de mujeres conforman la oferta de profesionales con las que cuentan los internos alojados en el penal de Villa Las Rosas, más de 1.300 en total, además de dos odontólogos y dos psiquiatras.
La atención sanitaria en el interior de la provincia no varía demasiado en cuanto a las derivaciones a los hospitales de cabecera. La diferencia radica en que solo existe un médico por cada lugar.
En Salta hay 2.651 personas alojadas en las distintas cárceles y granjas dependientes del Servicio Penitenciario provincial.
Sin instalaciones acondicionadas para la recepción de personas privadas de la libertad, el hospital San Bernardo continúa como el lugar en el que se recibe gran parte de la demanda de los internos. Garantizar la seguridad e integridad física, tanto del personal interviniente como de los detenidos, y el resto del público que se atiende por el momento, está en una zona gris, ya que no cuenta con un protocolo.

Lo que viene

La extensión de la cobertura de salud en el interior de las unidades carcelarias de la capital se haría realidad durante el primer semestre de este año, específicamente en traumatología.
"Contar con la sala de traumatología significará una disminución importante de internos que salen a hacerse estudios de placas y todo ese tipo de atenciones que tienen que ver con la especialidad", agregó Alavila. El nuevo servicio incluiría una de las especialidades más solicitadas, y se sumaría al flamante sector de odontología. El mismo se habilitó durante el 2016 luego de un hábeas corpus interpuesto por el Ministerio Público que ordenó al Servicio Penitenciario dotar a los internos de un área específica de atención dentro del penal.

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