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Jorge Castro: “El Papa no vendrá hasta que no sea un factor de unidad”

El analista internacional analizó aspectos centrales de los cuatro años de gestión de Bergoglio. Lo calificó como “la principal figura del sigloen política internacional”.
Sabado, 11 de marzo de 2017 23:28

Por Graciela Esnaola

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Por Graciela Esnaola

Hace cuatro años, el mundo esperaba que de una vez por todas apareciera el humo blanco en el Vaticano. La inusual expectativa estaba centrada en el cónclave de cardenales que debía elegir al sucesor del renunciante papa Benedicto XVI. En la Argentina se tenía esperanzas de que resultara elegido quien fuera el arzobispo de Buenos Aires. La expectativa acompañaba el paso de los minutos hasta que el cardenal francés Jean Lous Tauran anunció desde uno de los balcones de San Pedro que el elegido era Jorge Bergoglio. 
“El Papa del Fin del Mundo”, lo llamaron enseguida. 
Mañana es el aniversario del histórico momento. No ha sido el de Francisco un papado que pasará inadvertido por la historia, todo lo contrario. Y eso que todavía no pudo o no quiso venir a Argentina. Sobre ese transcurrir al frente de la Iglesia Católica, el especialista internacional y director del Instituto de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, realizó algunas reflexiones.

¿Cuál o cuáles considera que son las principales decisiones que el Papa tomó en este período y con qué consecuencias?
El papa Francisco se ha convertido en una de las principales figuras de la política internacional del siglo. En este sentido, ha cumplido un papel fundamental en lo que se refiere al restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Cuba y los Estados Unidos poniendo fin a más de 60 años de ruptura y de enfrentamientos. Esto ha sido reconocido tanto por el presidente cubano Raúl Castro, como por el entonces presidente norteamericano Barak Obama. Además, el Papa se ha convertido en la principal figura de la política internacional del siglo en lo que se refiere a la búsqueda y promoción de los valores morales de carácter trascendente, en los que debe fundarse la nueva sociedad mundial. Ha sido decisivo, en ese sentido, el discurso que pronunció ante el Congreso de los Estados Unidos, por primera vez en la historia las dos cámaras del Congreso de ese país recibieron a un pontífice romano, ante quienes planteó los valores en los que se funda la civilización norteamericana, que son la base del protagonismo de Estados Unidos en el sistema mundial. Lo mismo planteó ante las Naciones Unidas en un mensaje en el que puso de relieve las categorías de la convivencia de un sistema mundial que se ha convertido en una sola sociedad global, donde la cuestión fundamental que está en discusión ya no es la integración de la sociedad mundial sino los valores morales de carácter trascendente en los que esta sociedad global debe fundarse. Estos, me parece, es el punto fundamental del protagonismo del papa Francisco hasta ahora.

¿Y qué podemos esperar en lo inmediato?

Lo que está pendiente es algo de extrema importancia y es un viaje, probablemente este año o el que viene, a China, invitado por el presidente Xi Jinping. Esto se está tramitando en estos momentos y tendría un significado fundamental porque China se encuentra ya en proceso de negociación con el nuevo gobierno norteamericano de Donald Trump. Y en esta negociación, el papel de Francisco puede ser fundamental.

¿Cree que los católicos del mundo acompañaron los cambios dispuestos por el Papa?
Lo que no cabe dudas es que no solo la Iglesia Católica en su conjunto ha seguido la línea que ha marcado el Sumo Pontífice sino que él también se ha convertido en la expresión de los valores en los que se funda la sociedad mundial y esto va mucho más allá de las filas del catolicismo, en cualquier lugar del mundo.

¿Cree que se puede generar una polarización de liderazgo con Do nald Trump ya que el Papa promueve el asilo a los migrantes y el presidente de EEUU encabeza una corriente de fronteras cerradas?
En este momento, la cuestión fundamental que se presenta es cuál es la relación que se va a establecer entre el protagonismo de Trump, que expresa un cambio de fondo en la historia norteamericana, y la voz y la presencia del Sumo Pontífice. La discusión que se establezca entre estas dos grandes figuras, de este momento de la política mundial, es lo que va a marcar la línea directriz de los próximos años. No cabe duda que Donald Trump es una figura de extraordinaria importancia en la historia de Estados Unidos y por extensión por lo que significa ese país en el sistema mundial. Es la primera economía mundial y lo que sucede allá transforma necesariamente, el conjunto del sistema mundial. 

¿Por qué cree que el Papa no ganó todavía el premio Nobel de la Paz?
No sabría decirle. Pero no creo que el Premio Nobel de la Paz, dicho con todo respeto, tenga las dimensiones como para cubrir una figura de la importancia y significado del papa Francisco, que está mucho más allá de un premio, aunque sea un premio notablemente prestigioso como es el de la academia Nobel.

¿Usted comparte el criterio de que el Papa todavía no vino a Argentina por cuestiones políticas?
No cabe dudas de que el papa Francisco y antes de haber sido elegido Papa, ya era una figura fundamental en la Argentina. Él tiene una preocupación constante por su Patria, por la Nación argentina a la que él se siente profundamente vinculado. Su preocupación es dejar atrás el pasado de enfrentamientos y divisiones que ha caracterizado, sobre todo en los últimos 15 años, Y, precisamente por eso, como lo ha dicho con toda claridad él no puede volver a la Argentina hasta que no sea un factor de unidad. Eso es, precisamente, lo que esta haciendo, tanto con el actual gobierno del presidente Mauricio Macri como con el anterior, en la etapa final del sistema de poder que gobernó la argentina entre el 2003 y 2015.

 

En este marco se inscribe su decisión de recibir a unos y otros del arco político argentino.
Absolutamente. Pero además, hay que destacar el grado de contacto permanente que tiene con las organizaciones sociales que son los nuevos protagonistas de la política argentina, surgidos de los sectores marginales y excluidos de la sociedad, que han adquirido un grado de organicidad que en gran parte se debe a la influencia y conducción del Papa. Estas organizaciones sociales se han convertido ahora en garantes de la paz social en la Argentina, precisamente porque son parte del proceso de hacer frente al problema central de la pobreza en la Argentina. Debido a estas organizaciones, el combate de la pobreza no es más un ejercicio de política paternalista por parte del Estado sino que son los mismos pobres organizados los que llevan adelante esa lucha por las necesidades.

¿Como interpreta el “perdón” que ha dado el Papa a curas acusados de pedoflia? 
Creo que en gran parte se debe a que el Papa tiene al frente, como adversario, a una parte significativa de la prensa internacional que lo ha considerado, y lo sigue considerando, el adversario más importante por su visión de tipo liberal. Me temo que no hay tal cosa como política de perdón a los pedófilos. Por el contrario -como lo han reconocido algunas de las figuras más dañadas por esta verdadera empresa criminal surgida dentro de la Iglesia-, este Papa es un protagonista de primera línea en la erradicación de esta perversión en la Iglesia Católica. Es un extraordinario reformador y como tal tiene grandes oposiciones y opositores. Recordemos la pegatina en su contra de días pasados... 

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