Comenzar el jardín es una experiencia que puede provocar incertidumbre y angustia, tanto para los padres como para los chicos. Los niños empiezan la etapa de socialización y deben alejarse de sus casas durante parte del día. Acompañarlos y no presionarlos es la clave para transitar estos cambios, según los especialistas.
inicia sesión o regístrate.
Comenzar el jardín es una experiencia que puede provocar incertidumbre y angustia, tanto para los padres como para los chicos. Los niños empiezan la etapa de socialización y deben alejarse de sus casas durante parte del día. Acompañarlos y no presionarlos es la clave para transitar estos cambios, según los especialistas.
La psicopedagoga salteña Roxana Celeste Dib, matrícula profesional 009, señaló que “los papás debemos ayudar a que este inicio no sea frustrante o angustiante debido a que el jardín es el primer vínculo que marcará la vida escolar de nuestros hijos”.
La especialista advirtió que “si ese inicio es traumático, es muy posible que el niño inicie un camino hacia la fobia escolar, ya que rechazará la sola idea de asistir a la institución educativa o se resistirá a la presencia de la figura del docente”.
Celeste Dib detalló: “En esos casos, cuando la primera impresión fue negativa, los chicos se enferman, tienen vómitos, diarreas y hasta les da fiebre antes de ir al jardín. Los síntomas desaparecerán a medida que el niño se sienta más tranquilo y vaya a clases con seguridad”.
En los jardines, el período de adaptación está perfectamente planificado por el equipo docente, y prevé menos tiempo en las salas durante las primeras semanas. La jornada se va completando de forma progresiva.
“Durante este tiempo no debemos obligar o amenazar a nuestro hijo para que se quede si llora o está muy angustiado, sino que debemos acompañarlo y contenerlo, junto al docente, para que la adaptación sea exitosa”, agregó la psicopedagoga.
Roxana Celeste Dib enfatizó: “Nunca debemos retirarnos cuando el niño está distraído porque al darse cuenta, tendrá mayor angustia y temor. Debemos respetar sus tiempos. Cuando estén listos para quedarse solos, recién podremos retirarnos”.
Para la psicopedagoga Mónica Cruz (MP 505), “es primordial que, cuando el niño ingresa al jardín, tenga los límites bien claros. Los padres deben decirle al niño qué puede o no hacer adentro de la sala. Hay que pedirles que respeten a la maestra, a los compañeros y acepten las reglas de la escuela para evitar inconvenientes”. La especialista señaló que la falta de límites es el principal problema que plantean las maestras.
El “desapego”, una palabra que durante el inicio de clases de los jardines se escucha de forma reiterada, no es solo de los chicos, sino también de los padres.
Cruz observó que “el papá también debe desapegarse y dejar que la maestra actúe y que el niño se vaya desprendiendo del núcleo familiar para pasar a un ambiente diferente, donde él no es el único protagonista sino que son varios, y va a tener que empezar a convivir con otras personas”.
Las psicopedagogas coincidieron en que el comienzo de la escolaridad de los hijos es el momento en que las familias también deben reorganizarse y reiniciar actividades.