Con más de 30 años de éxito a su espalda, el cantautor español Joaquín Sabina volvió con “Lo niego todo”, un nuevo trabajo que a partir de junio le llevará de gira por Europa y Latinoamérica.
El disco, el primero con canciones inéditas y en solitario en ocho años, está compuesto por doce canciones en las que el artista habla de temas tan variopintos como el desamor, la vejez o Hacienda, y también recuerda el ictus que sufrió en 2001.
Se trata del decimoctavo disco de estudio de Sabina y el primero desde que en 2009 lanzara “Vinagre y Rosas”. Como entonces, cuenta con la colaboración de su amigo y poeta Benjamín Prado.
Además, Leiva, cantante del grupo Pereza, que ya puso música al tema “Tiramisú de limón” (”Vinagre y rosas”), releva en esta ocasión en los mandos a Pancho Varona y Antonio García de Diego, productores habituales del artista en sus últimos trabajos.
“Si no existiesen las canciones, diríamos que de todas las cosas que vuelan, el tiempo es la única que no se puede enjaular. Pero existen y algunos, los más grandes, consiguen atraparlo en ellas: por ejemplo, Joaquín Sabina y en las doce que forman este disco”, señala el periodista Benjamín Prado.
“Su idea para ‘Lo niego todo’ era escribir sobre un hombre que podría ser él, alguien con mucho camino andado y muy joven para su edad, que sabe que la mejor forma de seguir adelante es volver a empezar de cero, como si hasta entonces su historia le hubiera pasado a otro. Para lograrlo, nada mejor que cambiar de rumbo, llevar su música a sitios donde nunca había estado y en compañía de alguien como Leiva, con su inspiración, su talento, su aura, su rocanrol a la vez tan de hoy y de toda la vida. La mezcla funciona de tal forma que hasta quienes se esperasen lo mejor de ella se han quedado cortos. Estas canciones dejan huella, manchan como una valla recién pintada”, concluye.
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Con más de 30 años de éxito a su espalda, el cantautor español Joaquín Sabina volvió con “Lo niego todo”, un nuevo trabajo que a partir de junio le llevará de gira por Europa y Latinoamérica.
El disco, el primero con canciones inéditas y en solitario en ocho años, está compuesto por doce canciones en las que el artista habla de temas tan variopintos como el desamor, la vejez o Hacienda, y también recuerda el ictus que sufrió en 2001.
Se trata del decimoctavo disco de estudio de Sabina y el primero desde que en 2009 lanzara “Vinagre y Rosas”. Como entonces, cuenta con la colaboración de su amigo y poeta Benjamín Prado.
Además, Leiva, cantante del grupo Pereza, que ya puso música al tema “Tiramisú de limón” (”Vinagre y rosas”), releva en esta ocasión en los mandos a Pancho Varona y Antonio García de Diego, productores habituales del artista en sus últimos trabajos.
“Si no existiesen las canciones, diríamos que de todas las cosas que vuelan, el tiempo es la única que no se puede enjaular. Pero existen y algunos, los más grandes, consiguen atraparlo en ellas: por ejemplo, Joaquín Sabina y en las doce que forman este disco”, señala el periodista Benjamín Prado.
“Su idea para ‘Lo niego todo’ era escribir sobre un hombre que podría ser él, alguien con mucho camino andado y muy joven para su edad, que sabe que la mejor forma de seguir adelante es volver a empezar de cero, como si hasta entonces su historia le hubiera pasado a otro. Para lograrlo, nada mejor que cambiar de rumbo, llevar su música a sitios donde nunca había estado y en compañía de alguien como Leiva, con su inspiración, su talento, su aura, su rocanrol a la vez tan de hoy y de toda la vida. La mezcla funciona de tal forma que hasta quienes se esperasen lo mejor de ella se han quedado cortos. Estas canciones dejan huella, manchan como una valla recién pintada”, concluye.