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Recital del Indio: “Nos dieron la orden de abrir las puertas”

Un salteño que estuvo a cargo de parte de la seguridad del espectáculo contó su experiencia.Dijo que en el evento, que terminó con dos muertos, encontró hasta armas de fuego.
Martes, 14 de marzo de 2017 00:00

Por Pablo Ferrer

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Por Pablo Ferrer

Fue testigo de una situación que desbordó, de un descomunal negocio que se fue de las manos y terminó con dos muertos, varios heridos y personas extraviadas. Desde su puesto de encargado de seguridad, el salteño Gustavo Ramasco, de 36 años, pudo ver cómo derivó en un caos el recital de Carlos "Indio" Solari el sábado.

"Hubo más gente de la que se esperaba", contó a El Tribuno el joven, quien estuvo a cargo del personal que controló tres de los diez accesos que había en La Colmena, el predio de la ciudad bonaerense de Olavarría donde se desarrolló el espectáculo de rock.

Relató que, desde la empresa productora del evento, le comunicaron que si el público "empezaba a pechar para entrar" no había que confrontarlo. Como era de esperar, con la asistencia de más de 350 mil personas, esa situación se hizo realidad unas dos horas antes del comienzo del show.

"Ante el descontrol, nos dieron la orden de abrir las puertas alrededor de las 20.30", recordó Ramasco.

"El del sábado fue el quinto recital del Indio en el que trabajé, pero nunca había visto tanta desorganización", agregó. Aseguró que mientras se hicieron los controles a los ingresantes, hasta cerca de las 19, en los cacheos encontraron cuchillos y hasta armas de fuego.

"También habíamos secuestrado una enorme cantidad de bebidas alcohólicas, pero cuando la situación desbordó no hicimos más controles", señaló.

La seguridad del recital recayó sobre 1.400 agentes privados, 112 de ellos fueron salteños. Con el argumento de que se debía evitar enfrentamientos, fue prácticamente nula la presencia de la Policía en la "misa ricotera", como denominan los seguidores a la convocatoria del exlíder de los Redonditos de Ricota.

Ramasco afirmó que desde la productora le informaron que se vendieron unas 320 mil entradas (el intendente de Olavarría habló de 325 mil). Si se multiplican los $800 que costaba cada ticket, la ganancia del sábado superó los 17 millones de dólares.

"Además de la gente que pagó su entrada, están los miles que siempre van sin un peso, muchos de ellos barras bravas, y son los que arman desbandes para poder entrar al recital gratis", dijo el joven.

Sentimientos encontrados

El fervor pasó, los miedos quedaron atrás. Con un día de retraso, ayer llegaron a sus hogares la gran mayoría de los cientos de salteños que viajaron a Olavarría para participar del recital del Indio.

Con caras que denotaban las casi 40 horas de viaje que padecieron, ayer a las 19, 120 jóvenes que contrataron el servicio de una agencia de turismo arribaron en dos colectivos al Paseo de los Poetas de la capital salteña. Esos rostros de cansancio contrastaban con la felicidad de los familiares que fueron a recibir a los fans del artista más convocante del país, quienes tuvieron que sortear varias peripecias hasta poder retornar a sus viviendas.

"La salida del recital fue caótica, no sabíamos para dónde ir", dijo a este diario Mauro Chávez, de 17 años, quien viajó junto a su hermana Tatiana (19) en uno de los ómnibus.

Una situación de mayor angustia atravesaron los parientes de Abel Politti y Omar Savaté Varella, de quienes no se sabía nada desde que llegaron a Olavarría y recién ayer a la tarde se conoció sus paraderos.

Polliti, de 19 años oriundo de Orán, se había desencontrado con el grupo de amigos con el que había partido desde la ciudad norteña y su celular se quedó sin carga de batería, por lo que también estaba incomunicado. Finalmente, se pudo acoplar a otro contingente de salteños y llamó a su familia para contarles que volvía a casa.

El caso de Savaté Varella, de 25 años, fue similar. Ayer a las 15.50 le pudo avisar a su madre, quien había denunciado su desaparición en una comisaría de Salta, que iba rumbo Cipoletti, Río Negro, donde trabaja en la actualidad.

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