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Homenaje a Violeta y al Cuchi, por Mariana Baraj y Fernando Barrientos

“Cuchi Violeta Dúo - 100 años” se presentará el sábado 18 de marzo,  a las 21, en El Teatrino. Por Fernanda Abad
Viernes, 17 de marzo de 2017 20:08

Hay muchos grandes artistas, excelentes músicos, compositores exquisitos. Pero hay unos pocos que son únicos. Y esa es la pequeña gran diferencia que los distingue del resto. Violeta Parra y Gustavo "Cuchi" Leguizamón pertenecen a esa estirpe de artistas capaces de generar un encuentro entre la música y ese fueguito celeste, de contornos irregulares, que algunos llaman alma. Son artistas y son faros que alumbran hacia atrás y hacia adelante, porque su música, hermosa y viva, es llave y tesoro al mismo tiempo. 
El “Cuchi” nació el 29 de septiembre de 1917 en Salta; Violeta vio la luz cinco días después, el 4 de octubre de 1917 en Chillán, Chile. De seguir en este mundo, este año, ambos hubieran cumplido cien años de puro refucilo. Porque así vivieron: rompiendo la quietud, alumbrando. Mariana Baraj y Fernando Barrientos son artistas y desde hace rato andan haciendo camino al andar. El suyo es un viaje sinuoso, osado y sutilísimo... porque nada que se parezca a una búsqueda puede ser recto. En esa senda se han encontrado Baraj y Barrientos más de una vez. Esta noche volverán a coincidir cantándole a Parra y a Leguizamón en el homenaje “Cuchi Violeta Dúo - 100 años”, a las 21, en El Teatrino (Aniceto Latorre y Alvear). Dos artistas del nuevo folclore dejándose alumbrar por dos faros que han unido generaciones. “Mi relación con la obra del Cuchi viene desde muy chica, a través de mi papá Bernardo, porque él tocaba con diferentes grupos canciones como ‘Zamba de Lozano’ o ‘La pomeña’, que ya en ese momento eran clásicos del folclore. En el caso de Violeta Parra, el trabajo de Mercedes Sosa ‘Homenaje a Violeta Parra’ fue fundamental porque a través de ella conocí las primeras canciones. Luego de descubrirla comencé a interesarme muchísimo en su obra”, compartió Mariana Baraj en la previa del espectáculo.
Por su lado, para Barrientos, el Cuchi y Violeta surgieron como dos universos que fue preciso metabolizar: “Desde que los escuché sentí una conmoción. No soy un fan de ellos. Y eso me conmocionó aún más. Cuando recibí la invitación para participar en el homenaje a los 100 años del nacimiento del Cuchi y de Violeta acepté de inmediato. Primero porque para mí es un honor cantar con la Negra Baraj. Y luego porque representa un desafío mágico interpretar canciones que canta el mundo. Y de movida sentí que con Mariana podíamos interpretar, a nuestro modo, con nuestra impronta, estas canciones inmortales. Ojalá sea. Con todo respeto”, expresó el mendocino integrante del dúo Orozco - Barrientos.
Violeta Parra es considerada la gran referente de la música popular chilena que logró proyectarse al mundo. Cantante, poetisa, compositora, pintora, escultora, bordadora, ceramista y madre de cuatro hijos, buceó en las raíces del canto de su pueblo, pero también fue receptiva con aquello que sonaba “distinto”. “Hay mucha música de otros lugares que yo siento como una influencia, por eso creo que es importante la idea de apertura, pero también es cierto que fortalecer nuestras raíces nos posibilita tener mayor identidad. Creo que los dos conceptos son válidos, aunque a veces me parezca que nos falta valorar un poco más lo nuestro”, opinó Baraj. La cantante, multiinstrumentista y compositora porteña, radicada en Salta, se destaca en la escena musical argentina por su manera original de abordar la música.
Frente a los homenajeados, Barrientos resume: “Leguizamón, a mi modo de ver, fue un músico popular ‘culto’. Violeta sale del barro. No conozco su formación, pero creo que la inspira la tierra, el agua, el viento. Me gusta creer que estamos ante una maga, una hechicera. Y desde lugares distintos, tanto Gustavo como Violeta hicieron canciones eternas”, afirma.
Violeta Parra solía decir que lo más relevante, en términos artísticos, es cómo una artista se ve a sí mismo en el tiempo. Barrientos y Baraj toman la posta: “Tanto Mariana como yo decidimos desandar el camino cantando. Cantar, para nosotros, es vivir”, afirmó el mendocino.
“Yo me veo muy madura y más sólida cada vez. Tengo muy claro hacia adonde me dirijo. Creo que eso me lo fue dando el trabajo, los años de búsqueda y la experiencia. Me encuentro en un momento en el que sé que me falta muchísimo, pero no tengo dudas y estoy muy firme en mi andar. Mi paso puede fluctuar entre más lento o más rápido, pero avanza en una dirección muy segura”, se autoevaluó Mariana.
El ocasional dúo de Baraj- Barrientos se ha planteado el desafío de cantar a dos artistas “que nos han dado tanto”. En su camino constante y mutante al mismo tiempo (eso es la búsqueda), esta noche, ambos redoblarán la apuesta que los motiva a subirse al escenario: hacer arte capaz de desencajarnos, de desestabilizarnos, de revelarnos, en fin, una belleza completamente nueva. 

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Hay muchos grandes artistas, excelentes músicos, compositores exquisitos. Pero hay unos pocos que son únicos. Y esa es la pequeña gran diferencia que los distingue del resto. Violeta Parra y Gustavo "Cuchi" Leguizamón pertenecen a esa estirpe de artistas capaces de generar un encuentro entre la música y ese fueguito celeste, de contornos irregulares, que algunos llaman alma. Son artistas y son faros que alumbran hacia atrás y hacia adelante, porque su música, hermosa y viva, es llave y tesoro al mismo tiempo. 
El “Cuchi” nació el 29 de septiembre de 1917 en Salta; Violeta vio la luz cinco días después, el 4 de octubre de 1917 en Chillán, Chile. De seguir en este mundo, este año, ambos hubieran cumplido cien años de puro refucilo. Porque así vivieron: rompiendo la quietud, alumbrando. Mariana Baraj y Fernando Barrientos son artistas y desde hace rato andan haciendo camino al andar. El suyo es un viaje sinuoso, osado y sutilísimo... porque nada que se parezca a una búsqueda puede ser recto. En esa senda se han encontrado Baraj y Barrientos más de una vez. Esta noche volverán a coincidir cantándole a Parra y a Leguizamón en el homenaje “Cuchi Violeta Dúo - 100 años”, a las 21, en El Teatrino (Aniceto Latorre y Alvear). Dos artistas del nuevo folclore dejándose alumbrar por dos faros que han unido generaciones. “Mi relación con la obra del Cuchi viene desde muy chica, a través de mi papá Bernardo, porque él tocaba con diferentes grupos canciones como ‘Zamba de Lozano’ o ‘La pomeña’, que ya en ese momento eran clásicos del folclore. En el caso de Violeta Parra, el trabajo de Mercedes Sosa ‘Homenaje a Violeta Parra’ fue fundamental porque a través de ella conocí las primeras canciones. Luego de descubrirla comencé a interesarme muchísimo en su obra”, compartió Mariana Baraj en la previa del espectáculo.
Por su lado, para Barrientos, el Cuchi y Violeta surgieron como dos universos que fue preciso metabolizar: “Desde que los escuché sentí una conmoción. No soy un fan de ellos. Y eso me conmocionó aún más. Cuando recibí la invitación para participar en el homenaje a los 100 años del nacimiento del Cuchi y de Violeta acepté de inmediato. Primero porque para mí es un honor cantar con la Negra Baraj. Y luego porque representa un desafío mágico interpretar canciones que canta el mundo. Y de movida sentí que con Mariana podíamos interpretar, a nuestro modo, con nuestra impronta, estas canciones inmortales. Ojalá sea. Con todo respeto”, expresó el mendocino integrante del dúo Orozco - Barrientos.
Violeta Parra es considerada la gran referente de la música popular chilena que logró proyectarse al mundo. Cantante, poetisa, compositora, pintora, escultora, bordadora, ceramista y madre de cuatro hijos, buceó en las raíces del canto de su pueblo, pero también fue receptiva con aquello que sonaba “distinto”. “Hay mucha música de otros lugares que yo siento como una influencia, por eso creo que es importante la idea de apertura, pero también es cierto que fortalecer nuestras raíces nos posibilita tener mayor identidad. Creo que los dos conceptos son válidos, aunque a veces me parezca que nos falta valorar un poco más lo nuestro”, opinó Baraj. La cantante, multiinstrumentista y compositora porteña, radicada en Salta, se destaca en la escena musical argentina por su manera original de abordar la música.
Frente a los homenajeados, Barrientos resume: “Leguizamón, a mi modo de ver, fue un músico popular ‘culto’. Violeta sale del barro. No conozco su formación, pero creo que la inspira la tierra, el agua, el viento. Me gusta creer que estamos ante una maga, una hechicera. Y desde lugares distintos, tanto Gustavo como Violeta hicieron canciones eternas”, afirma.
Violeta Parra solía decir que lo más relevante, en términos artísticos, es cómo una artista se ve a sí mismo en el tiempo. Barrientos y Baraj toman la posta: “Tanto Mariana como yo decidimos desandar el camino cantando. Cantar, para nosotros, es vivir”, afirmó el mendocino.
“Yo me veo muy madura y más sólida cada vez. Tengo muy claro hacia adonde me dirijo. Creo que eso me lo fue dando el trabajo, los años de búsqueda y la experiencia. Me encuentro en un momento en el que sé que me falta muchísimo, pero no tengo dudas y estoy muy firme en mi andar. Mi paso puede fluctuar entre más lento o más rápido, pero avanza en una dirección muy segura”, se autoevaluó Mariana.
El ocasional dúo de Baraj- Barrientos se ha planteado el desafío de cantar a dos artistas “que nos han dado tanto”. En su camino constante y mutante al mismo tiempo (eso es la búsqueda), esta noche, ambos redoblarán la apuesta que los motiva a subirse al escenario: hacer arte capaz de desencajarnos, de desestabilizarnos, de revelarnos, en fin, una belleza completamente nueva. 

Las entradas
La entrada general para el show tendrá un valor de 300 pesos. Disponible en www.autoentrada.com y en las boleterías de El Teatrino.
 

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