Jaime Barrera - [email protected]
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El sargento Ariel Galián fue acusado de dos hechos de abuso sexual simple, lesiones agravadas por el vínculo y el género, desobediencia judicial en concurso real en contra de su exmujer. Ella, Graciela Arroyo, agente policial, también fue acusada de lesiones agravadas y desobediencia judicial. Ambos fueron imputados. Luego de haberse formalizado la separación, la violencia entre uno y otro creció con el correr de los días.
Otro hecho de violencia familiar y de género se produjo en el seno de una pareja, ambos funcionarios públicos pertenecientes al sector de seguridad provincial. El contexto poco feliz que tiene como eje central la ruptura sentimental entre dos personas se agravó aún más a raíz de la violencia desatada entre ambos. En ese contexto, los antecedentes inmediatos indican que ella lo denunció en más de una oportunidad por violencia de género. Sin embargo, y haciendo uso de su derecho a defenderse, él asegura que se trató de una situación totalmente armada por parte de su "ex" para perjudicarlo.
Luego de las denuncias y la imputación en contra de los uniformados, él sigue privado de su libertad, mientras que la agente fue trasladada a otra área dentro de la misma fuerza donde desempeña tareas administrativas, labor que lleva a cabo sin su arma reglamentaria, que fue retenida a pedido del fiscal de turno hasta que la Justicia decida dar lugar a un juicio. El hombre se desempeña en la División de Seguridad Urbana de Rosario de Lerma (DSU). Por su parte, la agente Arroyo trabaja en el sector 6 de Salta capital. Ambos fueron imputados con distintos cargos en su contra.
Galián tenía exclusión de hogar y prohibición de acercamiento a su expareja. Sin embargo, según lo manifestado por la denunciante, el martes por la tarde intentó asfixiarla mientras ella estaba recostada en su cama. Al parecer un reclamo sin respuesta encolerizó al hombre. El hecho lejos estuvo en terminar con ese violento ataque.
Según relató Arroyo, luego el policía llevó al hijo de 5 años que tienen en común a la escuela. Al retornar a la casa del barrio 60 Viviendas, en la manzana 34 de la zona norte de esta ciudad, el sargento volvió a agredir a la mujer. La golpeó y abusó de ella con tocamientos impúdicos. La agente comenzó a gritar mientras se resistía a la agresión. Esa circunstancia alertó a los vecinos, quienes llamaron al 911.
Sorprendidos por el episodio de violencia entre los uniformados, sus camaradas trasladaron a la pareja a la Comisaría 14 de esta localidad del Valle de Lerma. Ambos se denunciaron mutuamente, Galián sostuvo que fue su exmujer simuló todo con el afán de perjudicarlo. Que ella lo había llamado para que llevara al niño a la escuela y que al presentarse en la vivienda fue agredido por Arroyo, quien luego comenzó a gritar y pedir ayuda a sus vecinos.
Por orden de la Fiscalía Penal los dos policías fueron sometidos a los exámenes de rigor ante los médicos legales. Se comprobaron las lesiones en ambas personas. Además, se tomó declaración testimonial a vecinos, quienes admitieron haber escuchado gritos y una feroz pelea en la casa del barrio 60 Viviendas, ubicado a un costado de la ruta provincial 36 que une Rosario con Quijano.