Alejandra Da Silva lleva en su interior una historia de vida conmovedora. Es madre de 4 hijas de 15, 7 y 5 años y una bebé de 7 meses. La sufrida mujer fue abandonada recién nacida y se crió en un hogar de niños. Muchas noches durmió bajo las estrellas y trabajó desde muy temprana edad limpiando autos o vendiendo cosas.
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Alejandra Da Silva lleva en su interior una historia de vida conmovedora. Es madre de 4 hijas de 15, 7 y 5 años y una bebé de 7 meses. La sufrida mujer fue abandonada recién nacida y se crió en un hogar de niños. Muchas noches durmió bajo las estrellas y trabajó desde muy temprana edad limpiando autos o vendiendo cosas.
"Yo nací en Misiones, pero mis padres me abandonaron. En el hogar no había controles y éramos más de 200 chicos. Allí me encontré con otros hermanos que después de un tiempo supe que veníamos de la misma sangre. A los 12 años me escapé porque quedé embarazada", expresó con tristeza.
Cuando tan sólo era una niña nació su primera hija que, debido al propio desconocimiento y la falta de controles, nació a los 6 meses de gestación, y a la que le detectaron leucemia.
"Mi hija mayor nació con 750 gramos. Al principio yo no entendía nada. Pero como sabía que me la iban a sacar, junto con mi hermano mellizo, que estaba conmigo, un día decidimos agarrar a la bebé y escaparnos. Yo quería criar a Daniela porque sé lo que es no tener padres. Por eso, hasta el día de hoy hago lo que sea para estar con ellas y que no les falte nada", indicó.
A los 16 años y con su hija grave fue derivada al hospital Garrahan, a esperar un donante de médula. "Estuve 3 años esperando un trasplante que nunca llegó. Yo estaba sola con mi hija. Y un día apareció un hombre que me había visto pedir ayuda en la tele diciéndome que era mi padre. Luego, con el análisis de ADN se comprobó que era cierto. Cuando le pedí explicaciones me dijo que la culpable era de mi madre y no lo volví a ver", explicó.
En Buenos Aires conoció a una familia de rosarinos que la trajeron a vivir a la Ciudad Termal. "Trabajé en un supermercado y no me era fácil con mi hija. Sin embargo, actualmente estudia en la secundaria. Como en el hogar aprendí muchas cosas, también vendía panes y cotillón para comprar los medicamentos que mi hija necesitaba. Acá en Rosario estuve en pareja y nacieron mis otras hijas que hoy tienen 7 y 5 años y por suerte son sanitas", relató.
A fines del 2014 Daniela se agravó y fue trasladada de urgencia a Misiones. Necesitaba ese trasplante para seguir con vida. "El problema era la incompatibilidad. Ninguna de mis dos hijas le podía donar médula porque no eran compatibles. Yo estaba embarazada y el médico decidió hacer un estudio para comprobar si la bebé podría ser donante. Pero por mi estado de nerviosismo nació antes de los 7 meses y fue intervenida para poder ayudar a su hermana", detalló. Lamentablemente, la menor padece de apnea prematura y sufre convulsiones. Para ayudar a Alejandra se puede llamar a su celular que es de Misiones: 03751-154-19813.