La llegada de Mauricio Macri a la zona centro de la ciudad de Salta obligó a los comerciantes salteños a trabajar en medio de las fuertes medidas de seguridad que requiere el traslado de un presidente y la manifestación de los docentes. Algunos optaron por cerrar porque las calles estaban cortadas y no vendían.
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La llegada de Mauricio Macri a la zona centro de la ciudad de Salta obligó a los comerciantes salteños a trabajar en medio de las fuertes medidas de seguridad que requiere el traslado de un presidente y la manifestación de los docentes. Algunos optaron por cerrar porque las calles estaban cortadas y no vendían.
"La gente tiene que trabajar no hacer paro, no hacer este tipo de protestas cuando tenemos algo que traerá mucho trabajo gracias al turismo. Además, es un orgullo para los salteños. En mi caso, no nos avisaron cómo sería el movimiento pero me siento súper custodiada con la cantidad de policías y gendarmes que hay. Quiero un país donde me bajen las cargas sociales y no me reindexen los alquileres", afirmó Emiliana José, dueña de un local de ropa interior.
Paula Britos, propietaria de un drugstore sobre Balcarce, decidió bajar la persiana y cerrar su local pasadas las 18.30. "No nos dejan trabajar, estamos sin hacer nada. Tenemos que pagarles el día los empleados y no vamos a hacer nada. No sé por qué no hicieron el acto el viernes, que es feriado y por esta calle no pasa nadie esos días", aseguró.
Érica y su compañero de trabajo esperaban en la puerta de un local de tarjetas de crédito la llegada de algún cliente. "Les avisaron solo a los comerciantes de las galerías y los demás seguimos trabajando. Es una pena que no avisaran antes porque así se podía informar a los clientes cómo se iba a atender. Esto debe haber estado organizado desde hace tiempo. Ahora los que pasan son solo algunos que vienen a hacer trámites médicos o ingresan al trabajo y están llegando con una custodia policial", dijo la joven, en su oficina vacía.