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Issa: “No era infeliz pero tampoco estaba satisfecho con mi vida”

El volante central formado en Gimnasia y Tiro hizo la apuesta más grande de su vida para lograr cumplir su sueño: continuar jugando al fútbol. Nico se expuso a una operación de corazón sin ser necesario porque podía convivir con su enfermedad (cardiopatía), pero a su vez le impedía entrenar para la alta competencia.
Sabado, 25 de marzo de 2017 23:11

¿Porqué decidiste someterte a una operación tan riesgosa? 
Un día comencé a reflexionar, me pregunté si era feliz y no lo era. Tampoco era infeliz pero no estaba satisfecho con mi vida, más allá que todos me digan tenés tu negocio, tu auto, estás ganando bien, a mi eso no me interesaba. Creo que la sorpresa más grande fue el hecho de haber tomado la decisión de operarme sin tener necesidad. Someterme a una cirugía complicada sin saber que podía salir bien o no. Tomé ese riesgo. No quería quedarme toda mi vida pensando qué hubiera pasado si no lo hacía. Estaba muy fuerte de la cabeza, no me podía permitir no poder realizar mi sueño de jugar al fútbol.

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¿Porqué decidiste someterte a una operación tan riesgosa? 
Un día comencé a reflexionar, me pregunté si era feliz y no lo era. Tampoco era infeliz pero no estaba satisfecho con mi vida, más allá que todos me digan tenés tu negocio, tu auto, estás ganando bien, a mi eso no me interesaba. Creo que la sorpresa más grande fue el hecho de haber tomado la decisión de operarme sin tener necesidad. Someterme a una cirugía complicada sin saber que podía salir bien o no. Tomé ese riesgo. No quería quedarme toda mi vida pensando qué hubiera pasado si no lo hacía. Estaba muy fuerte de la cabeza, no me podía permitir no poder realizar mi sueño de jugar al fútbol.

¿Esperaste mucho para lograr tu objetivo?
Cuando me descubrieron la cardiopatia pedí que me operaran, en ese momento mi enfermedad era muy reciente y leve, no estaba en valores de cirugía, con el tiempo comenzó a evolucionar todo por el entrenamiento y pasó a moderada y en un momento, a severa. Fue ahí que le planteé el doctor (Roberto) Favaloro que quería volver a jugar. En principio me dijo que sí porque estaba en condiciones pero tuve problemas con una obra social y pasaron dos años entre idas y vueltas. No se solucionó. Cambié de obra social y comenzó todo mi incentivo de volver a las canchas. Cuando volví al doctor, mi cardiopatia había retrocedido y me dijo que no me operaría porque por el funcionamiento de mi corazón había mejorado. Esto me salió en los estudios que me hice hace dos meses.

¿Cómo tomaste la negativa del médico?
Fue otra desilusión porque la AFA no me autoriza a jugar. Algunos médicos me dijeron que si tendría un contrato multimillonario me podría operar. Le planteé al doctor que no tenía ninguno, ni sabía en que equipo iba a jugar, mi sueño es estar dentro de una cancha de forma profesional. Le expliqué que es una pasión que no la puedo cumplir hace mucho tiempo. Él lo entendió porque lo trasladó a su experiencia de vida.

¿En que se basó tu operación?
Me pusieron una válvula de cancho, un injerto. Tenía dos válvulas en vez de tres, me agregaron una para que el funcionamiento del corazón sea normal. 

¿Fue complicado recuperarte?
Estaba tan fuerte de la cabeza que a los tres días de semejante cirugía me dieron el alta para no agarrar ningún virus interhospitalario. Volví a la semana con mucha fiebre, tuve un derrame pericárdico, que es acumulación de agua en el corazón y tuve otra cirugía pero más leve. Estuve diez días internado, fueron muy duros, estuve muy decaído, la verdad que no podían levantar. Fue cuando empecé a pensar ‘no puedo ser tan egoísta de decaerme justo ahora’. En ese momento le dije a mi mamá que me traiga auriculares, mi única motivación era escuchar canciones de fútbol, recibimientos de los equipos y automáticamente comencé a tener una evolución increíble. Lo único que me motivo para la cirugía era volver a jugar al fútbol y fue lo único que me levantó después de estar tan mal.

¿Cuantas veces te frustraste?
Fueron muchas pero el golpe más duro fue a los 15 años cuando teníamos que jugar con la selección de Salta y el médico me dijo que no podía lo podía hacer y me sacaron de las canchas. Recuerdo que estuve tres horas llorando en el baño. Pasaron algunos meses y le dije a mi mamá que me retiraba jugando el último torneo con el sub-17. Ahí me vio Juan Esnáider, él hizo ver todos mis estudios con médicos de España y me vuelve a incentivar para seguir. De ganar el sub-17 en Mar del Plata, me lleva Racing, estaba la posibilidad de ir al Atlético de Madrid. El Checho Batista me vio cuando salimos campeones con Salta y me probó en la sub-17 de la selección.

Pasabas por un gran momento ...
Sí, me llamaron de AFA para hacerme unos estudios y fue ahí cuando la doctora Isabel Díaz me dijo que no podía jugar y queda desautorizado de AFA.
Antes de eso todo era soñado, estar en Racing, probarme en la selección Argentina, sentía que estaba muy arriba y el golpe fue mucho más duro cuando me negaron jugar.

¿Cómo continuó tu vida?
Volví a Gimnasia entrenaba con la cuarta y el Tano Riggio me sube a primera, hago la pretemporada y debuto. Había un grupo lindo, Plaza, Valdivezo, Rueda, referentes e ídolos para mi. Me levantaron el ánimo. Después me fui a Central Norte, con Piozzi no jugué pero cuando llegó Omar Jorge sí. Viene Coleoni, que se portó mal con Macaione, ellos sabían el problema que tenía y que no podía ir a otro club, que se hayan aprovechado de eso me jodió. Hice la pretemporada y me llamó Pino diciendo que me quería arreglar el sueldo, algo que ya habíamos hecho. Me dolió que estén jugando conmigo, como persona no lo podía permitir y dejé de jugar.

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