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“Urtubey era un kirchnerista ferviente”

Parrilli siguió la novela por entregas de las escuchas y respondió al gobernador. 
Martes, 28 de marzo de 2017 23:29

Por Francisco Sotelo

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Por Francisco Sotelo

Las escuchas realizadas hace ocho meses y medio revelan conversaciones picantes entre Cristina Fernández de Kirchner y Oscar Parrilli, que quizá no sirvan como prueba judicial, no sorprenden demasiado, pero explicitan el nivel de pensamiento y la escala de valores de quienes tuvieron la suma del poder público durante doce años.
Ayer, Oscar Parrilli hizo su aporte, en una radio, y contraatacó al gobernador salteño que, en la víspera, había considerado que “una candidatura de Cristina sería el mejor negocio para el Gobierno, porque ella tiene un nivel muy elevado de rechazo en la sociedad”.
“Juan Manuel Urtubey era un kirchnerista ferviente y se transformó de un día para otro”, dijo el ex titular de la Agencia Federal de Inteligencia. “Era un kirchnerista exaltado, pero tendrá que rendir cuentas a su gente”.
La historia de traiciones en el peronismo es bastante extensa, pero quienes la invocan lo hacen como si fuera novedoso.
Urtubey cambió en un día especial. Estuvo junto a Cristina en momentos difíciles, como cuando se produjo la denuncia contra ella, seguida por la muerte del fiscal Alberto Nisman, y que no renegó de ella durante la campaña de 2015, hasta la medianoche del 17 de mayo, cuando, ya reelecto gobernador, se apresuró a recordar que “la birome de Cristina tiene fecha de vencimiento”.
Cristina no debería sorprenderse. Ella y su marido le debían mucho a Eduardo Duhalde y lo olvidaron rápidamente. Como olvidaron ella y Parrilli su protagonismo en las privatizaciones menemistas.
Parrilli argumenta que no se pueden hacer “consideraciones políticas” sobre sus conversaciones “privadas”. Qué tiene de privado que ella califique al presidente del PJ como “pelotudo”, o que reconozca su secreta admiración por Carlos Menem. 
La verdad es que cuando la expresidenta calificó de “bandita” a Diego Bossio, Miguel Ángel Pichetto y el propio Urtubey, se refería a la incertidumbre que genera un peronismo fracturado y sin timón.
Urtubey, Sergio Massa y Florencio Randazzo creen que el fundamentalismo K no vuelve y apuestan a construir sus propios espacios generando credibilidad, más allá de Macri. Este extraño debate, con casi un año de “delette” solo es la radiografía de una lucha de poder cuyo desenlace no está claro y en el que las elecciones de este año van a resultar decisivas.
 

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