El 21 de marzo un hombre de 45 años alertó a la policía tras el hallazgo del cadáver de un bebe en la ruta 11, entre las ciudades de Miramar y Mar del Sud. La escena era monstruosa, el niño no tenía sus extremidades, le faltaban los órganos y algunas piezas dentarias. Desde ese momento se abrió una minuciosa investigación, ayer fuentes policiales y judiciales indicaron que el cuerpo encontrado hace una semana fue identificado por medio de un cotejo de ADN y pertenece a un bebé de un año y cuatro meses que murió días antes del hallazgo tras un accidente doméstico en Mar del Plata.
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El 21 de marzo un hombre de 45 años alertó a la policía tras el hallazgo del cadáver de un bebe en la ruta 11, entre las ciudades de Miramar y Mar del Sud. La escena era monstruosa, el niño no tenía sus extremidades, le faltaban los órganos y algunas piezas dentarias. Desde ese momento se abrió una minuciosa investigación, ayer fuentes policiales y judiciales indicaron que el cuerpo encontrado hace una semana fue identificado por medio de un cotejo de ADN y pertenece a un bebé de un año y cuatro meses que murió días antes del hallazgo tras un accidente doméstico en Mar del Plata.
A partir de la identificación del fallecido, los investigadores procuran determinar cómo el cadáver llegó a la ruta 11. Determinaron que la tumba en el cementerio marplatense en el que debería estar el cadáver del bebé no fue profanada y hoy realizarán la apertura del ataúd.
Según los voceros, la identificación de la víctima se logró luego de que los pesquisas solicitaron a la Morgue Judicial de Mar del Plata muestras de ADN de los niños muertos en los días previos al hallazgo del cadáver, las cuales fueron cotejadas con el patrón genético elaborado a partir de los restos óseos hallados a la vera de la ruta interbalnearia 11, entre la ciudad de Miramar y la localidad de Mar del Sud.
Se trataba de un bebé de un año y cuatro meses que había fallecido el 10 de marzo en un accidente doméstico en su casa del barrio El Boquerón, cercana a la localidad de Batán. Según los investigadores, en aquel episodio el menor, hijo de un matrimonio boliviano, falleció al atragantarse con una bombita de agua. Ahora los pesquitas intentan determinar cómo llegó el cuerpo del niño a la ruta 11, están bajo el ojo de la investigación la morgue, el cementerio y la casa velatoria.
El hallazgo
El cuerpo mutilado, sin órganos ni dientes, fue encontrado en la madrugada del martes 21 de marzo a unos 20 metros del arroyo La Totora por un hombre de 45 años que circulaba en bicicleta por la ruta 11 desde Miramar, quien denunció lo ocurrido en el destacamento policial de Mar del Sud.
Por el estado de descomposición y por las mutilaciones sufridas, en un primer momento no se pudo comprobar la identidad, el sexo de la víctima ni la causa de la muerte. Desde el hallazgo, la fiscal Caro manejó distintas hipótesis, entre las que se encuentran una profanación de una tumba o nicho, un ritual satánico, una venganza mafiosa o un caso de tráfico de órganos, algo desestimado por especialistas en ablación.
Los peritos que trabajaron en el lugar del hallazgo y luego realizaron la autopsia estimaron que el cadáver estuvo refrigerado durante un período largo, ya que observaron rasgos en la piel y en la descomposición distintos a los restos que son abandonados a la intemperie después de producida la muerte.