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La gran derrota de Trump

Miércoles, 29 de marzo de 2017 00:00

¿Qué tan mala fue la derrota del viernes de la ley de reforma de salud del presidente Donald Trump en la Cámara de Representantes de Estados Unidos? Mala. Muy mala.

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¿Qué tan mala fue la derrota del viernes de la ley de reforma de salud del presidente Donald Trump en la Cámara de Representantes de Estados Unidos? Mala. Muy mala.

Por siete años, los republicanos han pedido abiertamente la derogación de las reformas en el sistema de salud impulsadas por Barack Obama durante su presidencia, conocidas como Obamcare. La reforma era una primera prueba política clave que llegaba justo cuando Trump debería estar en el punto más fuerte y sólido del ejercicio del poder y como agente de cohesión de su partido. Pero, aún así, ni Trump, ni Paul Ryan (el líder de la Cámara de Representantes), ni los republicanos que han asumido las riendas de Washington, pudieron cumplir con la misión. Para los republicanos, el viernes no fue sólo un mal día. Fue un desastre.

Y estas son cinco de las razones que lo explican.

1) Un negociador fracasado

Donald Trump apostó por su reputación de dealmaker, un hombre eficiente cerrando contratos. De hecho, en palabras del propio portavoz de la presidencia, Sean Spicer, estaba muy "cerca" de conseguir pasar el proyecto de ley por la Cámara de Representantes. Y la realidad, independientemente de si el mandatario hizo su mejor esfuerzo o no, es que el proyecto de ley se quemó.

2) Un líder abandonado

Si el día fue malo para el presidente, también lo fue para Ryan, cuya incapacidad para controlar a sus compañeros legisladores fue puesta en evidencia. Los legisladores del Freedom Caucus, un bloque que reúne a congresistas de la derecha del partido, podrá tener sólo 29 miembros, pero demostró que puede estar hombro a hombro con Ryan y prevalecer, incluso después de haber obtenido numerosas concesiones, como ocurrió en los últimos frenéticos días. Y ahora que han probado el sabor de la victoria, se mostrarán más poderosos frente a Ryan en futuras batallas legislativas.

3) Una agenda descarrilada

Las políticas relacionadas con el comercio, el gasto en infraestructura, la reforma de impuestos y ese muro "grande, hermoso" en la frontera entre EEUU y México siempre estuvieron entre los temas más cercanos al corazón de Trump. Esos asuntos de la agenda, sin embargo, ahora están riesgo, a medida de que la reforma de salud se hunde entre las olas. El recorte de impuestos, por ejemplo, se volverá considerablemente más complicado mientras los aspectos fiscales del Obamacare se mantengan en los libros de cuentas.

4) Una salud cambiante

Aunque el Congreso falló en su intento por desmantelar la ley, el gobierno de Trump todavía puede socavarla a través de acciones ejecutivas. De hecho, ya lo ha hecho. Trump ha dicho repetidamente que la maniobra política más sabia de los republicanos era permitir que los sistemas del Obamacare colapsaran por sí solos y, después, culpar del caos resultante a los demócratas. La conclusión es que el Obamacare sigue vivo y quizás verá otra llegada demócrata al poder que lo ayude a revivir.

5) Una base molesta

Por siete años, los republicanos han estado prometiendo que terminarían con el Obamacare. Por fin, le dijeron a los republicanos de base, que la victoria estaba en sus manos. Pero en esta oportunidad, se les fue por entre los dedos. Cuando la próxima elección empiece a calentar los motores, el Partido Republicano podría enfrentar a un Partido Demócrata agitado y a una base desilusionada por el fracaso.

 

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