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Sara Mamaní: “Me gustaría mucho ir a Salta a presentar mi nuevo disco, Re-vivir” 

La cantante y compositora salteña rescata temas de su época estudiantil en su flamante producción discográfica. 
Lunes, 17 de abril de 2017 18:30

Por Marina Cavalletti

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Por Marina Cavalletti

La cantante y compositora salteña Sara Mamaní acaba de editar un nuevo trabajo de estudio, “Re-vivir”, donde rescata canciones de sus épocas de estudiante. 
Discípula del maestro Gustavo “Cuchi” Leguizamón, recuerda al creador de “Carnavalito del duende” en el centenario de su natalicio. Además, anhela traer sus músicas al pago que la vio nacer.

Volviste a grabar en estudio tras mucho tiempo, ¿Cómo te encontrás en esta nueva etapa?
Esta etapa tiene que ver con lo que grabé. Son canciones. Y no ritmos folclóricos, por lo que siento expectativa y a la vez mucho bienestar en este lugar en el que me ponen las canciones y yo a ellas.

¿Qué tienen en común esa decena de canciones que conforman el disco?
Acaso la época en que las hice a la mayoría. Época de estudiante universitaria, sin preconceptos, sin pretensiones, pero con convicciones que no he abandonado. Otras muy afectivas, sin palabras, para un amigo que se fue, por ejemplo, la milonga “Despedida”.

Otro punto de contacto es la poesía. Les pusiste música a versos de Rafael Alberti, Federico García Lorca y otros. ¿Qué relevancia tiene para vos la poesía al momento de cantar y en el arte actual?
La poesía sigue existiendo, se sigue escribiendo poesía, sigue, lucha, y sería bueno que tenga un lugar más relevante en esta sociedad de consumo, acaso se contrapone a todo eso y tiene sus ámbitos donde vamos a buscarla los que estamos sedientos de otra cosa, de lo inasible, de lo que no se alquila, de lo que hay de rebelión, de asombro, de belleza... la poesía continúa. Si la buscamos, la encontramos. Ando tras de ella en los libros, en la vida, aunque a veces es costoso...

Tenés fecha de presentación en Buenos Aires, ¿llevarás este trabajo a Salta?
Me gustaría mucho ir a Salta a presentarlo, pero no es suficiente quererlo, tiene su trabajo. Me gustaría que fuera sencillo hacerlo, como para todos aquellos que, fuera de Salta, se nos reconoce, entre otras cosas, por ser de Salta. Y nuestras canciones hablan de esa región, en fin... Ir a Salta a presentar un disco nuevo tendría que ser algo simple, sin trabas, con acompañamiento y apoyo de las instituciones culturales. Ojalá pueda hacerlo.

Tomaste una letra de Manuel José Castilla, fuiste discípula del Cuchi Leguizamón ¿qué recuerdo tenés de él en el año del centenario de su nacimiento?
Tengo muchos recuerdos del Cuchi. Y siempre lo vuelvo a escuchar. Su música es inspiradora, cuestiona, asombra, da placer. Lo conocí siendo yo muy joven y eso marcó un antes y un después, afortunadamente para mí. Celebro que se conozca cada vez más, que los jóvenes vayan hacia su música. Aprendí no solo música, sino también humor, crítica, ideas sobre el arte en general. Su compañía me era necesaria en aquellos años en que compartí muchos momentos con el Cuchi. Un grupo de jóvenes amigos de aquella época lo buscábamos mucho.

¿Tenés alguna anécdota particular para compartir?
No me olvido de sus clases de canto. Iba a su casa de la calle Balcarce y él tenía un perro que “abría” la puerta y se escapaba. Los hijos eran niños. Y sus clases muy “extrovertidas”, diría. El Cuchi tenía gestos ampulosos, vehementes. Un piano que nunca había visto hasta ese momento, su sonido, su tamaño. Me acompañaba mi madre a esas clases. Y me convidaba un vaso de Coca Cola, novedad para mí en ese entonces. Tengo anotadas de su puño y letra las lecciones. Y uno de esos días, cuando llego, escucho unas voces “de otro mundo”, cantando la canción “El violín de Becho”: era el Dúo Salteño. Maravillada para siempre.

El universo de intereses de Sara es amplio. Profesora de Filosofía (UNSa, 1983), es miembro activo desde 1991 del Servicio Paz y Justicia que preside el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel. Como tal ha realizado diversos viajes por países de América Latina y desarrollado actividades en relación con la promoción y la defensa de los derechos humanos de los pueblos indígenas. 

En algún momento aseguraste: “En Salta hay una gran desvalorización de las culturas originarias”, ¿lo seguís pensando?

Sí. Sigue habiendo una gran porción de colonialismo, digamos. Los pueblos originarios son el último eslabón. Si no hay “protección”, aunque esa no es la palabra, para los pobres en general, menos la hay para los pueblos originarios, los más frágiles, porque se les privó de su idioma, por lo tanto de su cultura. El sistema es cruel, no los tiene en cuenta. Y en Salta nadie se mira en el espejo. Y si lo hacen se ven blancos. En este tema es mucho lo que falta. Desde el Estado principalmente. Es complejo. Cultural.

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