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El reflejo de una sociedad enferma

Lunes, 17 de abril de 2017 22:37

“Ni uno menos”. La violencia contra las mujeres, bullying en las escuelas, crímenes al volante, irascibilidad constante en los hogares y en las calles, violencia verbal y hasta física en los lugares de trabajo, etc., son el resumen de un combo explosivo que vive cada día la sociedad argentina, una sociedad enferma, en su mayoría, que no encuentra solución.
Y los principales actores de que en nuestro país las leyes sean “justas” (no “más justas”) continúan mirando hacia el otro lado.
“Ni una menos” también pasó a ser “ni uno menos”. Basta. Hay que terminar con la rabia. Hay que terminar con el perro enfermo. Hay que poner punto final a tanta violencia, aunque nos llegue a tocar de cerca. 
Una vez más, estos energúmenos que canalizan la violencia y el poder en las canchas volvieron a cobrarse otra víctima fatal, pero con muchas víctimas que quedan lamentando y pidiendo justicia por esta vida que se llevaron.
Estas lacras mal llamadas hinchas o barrabravas, que no tienen ninguna clase de códigos, siguen sepultando al fútbol, siguen derrumbando a los clubes y continúan cerrando las puertas a las familias.
Pero lo cierto es que la muerte de Emanuel debe marcar definitivamente un drástico “antes y después” y así, “Sapito” Gómez, su asesino intelectual, ese barra de Belgrano de la facción denominada “La Igualdad”, sienta que la verdadera igualdad la marca una sociedad que quiere cambiar.
 

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“Ni uno menos”. La violencia contra las mujeres, bullying en las escuelas, crímenes al volante, irascibilidad constante en los hogares y en las calles, violencia verbal y hasta física en los lugares de trabajo, etc., son el resumen de un combo explosivo que vive cada día la sociedad argentina, una sociedad enferma, en su mayoría, que no encuentra solución.
Y los principales actores de que en nuestro país las leyes sean “justas” (no “más justas”) continúan mirando hacia el otro lado.
“Ni una menos” también pasó a ser “ni uno menos”. Basta. Hay que terminar con la rabia. Hay que terminar con el perro enfermo. Hay que poner punto final a tanta violencia, aunque nos llegue a tocar de cerca. 
Una vez más, estos energúmenos que canalizan la violencia y el poder en las canchas volvieron a cobrarse otra víctima fatal, pero con muchas víctimas que quedan lamentando y pidiendo justicia por esta vida que se llevaron.
Estas lacras mal llamadas hinchas o barrabravas, que no tienen ninguna clase de códigos, siguen sepultando al fútbol, siguen derrumbando a los clubes y continúan cerrando las puertas a las familias.
Pero lo cierto es que la muerte de Emanuel debe marcar definitivamente un drástico “antes y después” y así, “Sapito” Gómez, su asesino intelectual, ese barra de Belgrano de la facción denominada “La Igualdad”, sienta que la verdadera igualdad la marca una sociedad que quiere cambiar.
 

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