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"No somos enemigos". Bajo este lema, un grupo de 14 jugadores de Belgrano encabezados por su capitán, Guillermo Farré, salió al campo de juego junto a los de Talleres e Independiente para confraternizar tras el asesinato de Emanuel Balbo, el hincha del pirata.
La medida busca frenar la violencia, en este caso en Córdoba, por lo que los planteles posaron junto con un cartel que unía los escudos de Belgrano y Talleres. Luego, hablaron los capitanes. "Estamos tristes por lo ocurrido en este estadio, por eso queremos pedirle hacer un esfuerzo y empezar una amistad, toleracnia, paciencia, justicia, confianza, fe, compañerismo... Nos une la pasión por el fútbol", dijo Pablo Guiñazú, el capitán de la T.
Lo sucedido generó una serie de acciones de repudio, y la presencia, sin precedentes, del plantel pirata en el estadio Kempes fue una muestra del alcance social que tuvo este suceso.
La tribuna desde donde cayó Balbo el sábado pasado mientras se jugó el clásico Belgrano-Talleres, fue poblada por los simpatizantes ‘albiazules’ y no se distinguió ningún medida de seguridad extra a las habituales.
Lo que sí se dispuso, y los encargados de ordenar a los hinchas trataron de controlar, fue que en los pasillos de las plateas no se ubicara ninguna persona porque tapaban las vías de salida.