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16 de Mayo,  Salta, Centro, Argentina
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Desencuentros y confusiones

Lo que está ocurriendo con la selección se asemeja a una comedia de enredos.
Sabado, 22 de abril de 2017 00:00

"Lo ocurrido es un nuevo ejemplo de que el Consejo es una herramienta políticamente apetecible en lugar de ser institucionalmente importante"; reflexión publicada en esta columna el 17 de mayo de 2014. Hoy los hechos merecen el mismo título que entonces.

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"Lo ocurrido es un nuevo ejemplo de que el Consejo es una herramienta políticamente apetecible en lugar de ser institucionalmente importante"; reflexión publicada en esta columna el 17 de mayo de 2014. Hoy los hechos merecen el mismo título que entonces.

Lo que está ocurriendo con los episodios que nacen de la última selección de postulantes realizada por el Consejo de la Magistratura se asemeja a una comedia de enredos. Repentinas situaciones sorprendentes, ambiente popular, trama burlesca, comicidad, son las circunstanciales coincidencias, pero el resultado no lo es, porque la obra no divierte a la gente, sino que la irrita y la malquista. La última sorpresa ocurrió el pasado jueves 20 de abril. Según informó la Dirección de Prensa y Comunicaciones de Poder Judicial, en el trámite judicial de un amparo contra una decisión del Consejo de la Magistratura, éste presentó un escrito solicitando una audiencia conciliatoria.

Someter a conciliación el resultado de una decisión del órgano es colocarse voluntariamente en una situación que desacredita la certidumbre que deben tener todos sus actos y no ayuda a recuperar su prestigio. El conflicto, como lo señaló el Dr. Osvaldo Camisar en una columna publicada en este diario, afecta gravemente las instituciones republicanas, pero también impacta con igual gravedad en la percepción que de ellas tiene la ciudadanía. Curiosamente en el sitio oficial del Consejo (www .cmagistratura salta.gov.ar) hasta el pasado viernes a la mañana no se había comunicado ninguna circunstancia relativa a ese pedido. El jurista salteño recordaba que el Gobernador había devuelto las ternas recibidas, calificándolas de irregulares, sin tener facultades para ello. Lo cual es cierto y recuerda la filosofía política del kirchnerismo, que no vacilaba en demoler instituciones para acrecentar su poder. El Indec fue el ejemplo más conocido, la arremetida con el Poder Judicial la aventura más emblemática. En una suerte de "Vamos por todo" el gobernador de Salta se convirtió, por propia decisión, en un juez con facultades para valorar hechos realizados por un órgano constitucional independiente, como es, o debería serlo, el Consejo de la Magistratura. Todo lo contrario a la filosofía del Gobernador que en 1992 se autolimitó por decreto la facultad que tenía de elegir a discreción los jueces, creando el primer Consejo de la Magistratura que tuvo Salta. Se buscaba un cambio, para asegurar que el proceso de selección se apoyaría en la idoneidad de los postulantes y en un mecanismo transparente en el concurso, evitando amiguismos y acomodos. Esa norma, el decreto N§ 1.218, tenía como meta el progreso junto al equilibrio; fue una destacable labor del entonces ministro de Gobierno Osvaldo Camisar.

 

 

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