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20 de Abril,  Salta, Centro, Argentina
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Vientos de cambio, diálogo y un blooper 

Sabado, 22 de abril de 2017 23:36

</TIT-PRIM-36R> Vientos de cambio, diálogo y un blooper 

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</TIT-PRIM-36R> Vientos de cambio, diálogo y un blooper 

</OPINION-FIRMA>Francisco Sotelo
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Los tiempos políticos comienzan a diseñar un nuevo escenario en Salta. Las cuestiones institucionales ocuparon el centro de la agenda, por decisión política en el caso de la puesta en marcha del diálogo, y por imperio de las circunstancias, con la crisis en el Consejo de la Magistratura. 
 Entre la dirigencia política comienza a instalarse la certeza de que el país ha ingresado en un nuevo tiempo, pero sea que el presidente Mauricio Macri tenga éxito o fracase, nada volverá a ser como antes, porque es imposible. 
Las prosperidades populistas, como la que hizo posible la “década ganada”, requieren condiciones que no están dadas. Ni la deuda ni la emisión son instrumentos genuinos para alimentar el consumo sin límites.
La bonanza fulminante es un sueño, pero la Argentina tiene serias posibilidades de poner en marcha un desarrollo a largo plazo, que incluye la producción agroindustrial y la inversión tecnológica. Ese es el único camino para superar una pobreza que se cuadruplicó en cuarenta años.
Frente a esa realidad, la provincia tiene una opción: o aúna fuerzas o pierde otra vez el tren.

Diálogo político 
 
Esa convicción parece imperar en el diálogo político convocado por el gobernador Juan Manuel Urtubey y que comenzó el viernes con los representantes de la alianza de 2015 Salta nos Une. Mañana por la mañana estarán los radicales y por la tarde, el PRO. El martes está invitado el Partido Obrero y, luego, los aliados del Frente para la Victoria.
Urtubey, acompañado por Miguel Isa y Juan Pablo Rodríguez, recibió a Juan Carlos Romero, Gustavo Sáenz, Ricardo Villada, Ricardo Gómez Diez, José María García Salado y Guillermo Durand Cornejo. Alfredo Olmedo no llegó a tiempo pero se suma en el espíritu del encuentro. 
Las declaraciones posteriores cerraron la posibilidad de una alianza electoral. Esa cuestión genera interrogantes y muchos rechazos. 
Gómez Diez fue claro cuando explicó que “la cooperación entre el gobierno municipal, el provincial y el nacional hace posible lograr cosas para los salteños sin renunciar a la identidad”. Y puso como ejemplo a Sáenz.
En la Cámara de Diputados, caja de resonancia de los humores políticos, la cercanía de Urtubey con el gobierno de Mauricio Macri es irritante. Se nota, especialmente, en la vehemencia de los Godoy y de Pedro Sández contra el macrismo. Esa discordia parece encuadrarse por ahora en el viejo estilo peronista. “Como los gatos, parece que peleamos, pero nos estamos reproduciendo”, es una frase que le atribuían al general Perón.
La reforma, firme y sin apuro
La reforma constitucional, que algunos piensan -y temen- como inminente, puede ser un arma de doble filo. Si la ley de convocatoria sale mal hecha, el resultado sería una catástrofe. 
En el Grand Bourg se habló de reforma política. “Nosotros buscamos encontrar consenso para hacer los cambies que mejoren la vida de la gente”, explicó Romero. 
Estuvo en la mesa el documento Consenso de cambios para el progreso de Salta, suscripto en 2014, que ahora el Gobierno acepta debatir.
Allí hay una cláusula clave, y consiste en acotar el margen para el clientelismo. Es la reforma del “sistema de representación en la Legislatura, a fin de garantizar el igual valor del voto de los salteños y asegurar que cada fuerza política cuente con un número de representantes proporcional al total de votos obtenidos en la provincia”. Esto supone un cambio en la división política por departamentos y un límite para los caciques.
Sería un cambio a largo plazo. Sobre ese punto fue explícito Sáenz cuando se refirió a “poner el acento en las necesidades de la gente”.
 La Magistratura
El conflicto por la selección de camaristas civiles fue un sacudón institucional. La Corte ad hoc sentó jurisprudencia al habilitar la intervención del gobernador. Allí quedaron a la vista problemas que no debieron ocurrir. El concurso fue presidido por Manuel Godoy, ya que Abel Cornejo y Guillermo Catalano se excusaron. El error que desencadenó la crisis es insalvable. Ningún examen es válido si existe la posibilidad de que los examinados conozcan de antemano el contenido de la prueba. Es lo que ocurrió. No hay forma de justificarlo. En las otras provincias el examen está a cargo de un equipo estrictamente técnico, habilitado por la Magistratura, que debe actuar con plena independencia -lo que depende en mucho de la moral individual- pero que jamás cometería un blooper como el que nos ocupa.
El episodio ha resquebrajado las relaciones entre jueces, Corte, Legislatura y Gobierno y es uno de los tópicos de una reforma. 
Pero esa reforma, por cierto, no es el tema del diálogo político. 
“No hablamos de alianza, no hablamos de reforma constitucional ni nos metemos en la gestión. El objetivo es crear las condiciones para que a la gente le vaya mejor”, coincidieron los interlocutores.
 

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