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“Las personas que viven la guerra en Alepo solo quieren que dejen de apoyar a los rebeldes”

Domingo, 23 de abril de 2017 22:33

Apenas supera los 40 años. Se dedica a la religión desde los 18 y vive para misionar. Tuvo tareas en zonas de conflicto. Estuvo en Belén, Palestina y hace apenas dos años salió de Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria que sufre ataques y bombardeos por parte de grupos rebeldes. Esta mujer es María de Guadalupe Rodrigo, argentina, nacida en Villa Mercedes, San Luis. A los 23 fue destinada a la misión, tarea que estuvo desarrollando los últimos 20 años. Hasta hace dos años estuvo en Alepo, Siria. Allí vivió la invasión y lo que implicó para el pueblo católico y musulmán. De visita en Salta, contó sus vivencias.

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Apenas supera los 40 años. Se dedica a la religión desde los 18 y vive para misionar. Tuvo tareas en zonas de conflicto. Estuvo en Belén, Palestina y hace apenas dos años salió de Alepo, la segunda ciudad más grande de Siria que sufre ataques y bombardeos por parte de grupos rebeldes. Esta mujer es María de Guadalupe Rodrigo, argentina, nacida en Villa Mercedes, San Luis. A los 23 fue destinada a la misión, tarea que estuvo desarrollando los últimos 20 años. Hasta hace dos años estuvo en Alepo, Siria. Allí vivió la invasión y lo que implicó para el pueblo católico y musulmán. De visita en Salta, contó sus vivencias.

¿Cómo fue su experiencia en Siria?
Estuve allá muchos años, especialmente desde el comienzo del conflicto y es por eso que puedo testimoniar lo vivido. Estuve 5 años en Siria y por razones particulares fui retirada de allá. Sin embargo, estuve todo 2011, que fue el inicio del conflicto. Pude vivir cómo era antes del comienzo de este desastre en la ciudad de Alepo. 

¿Cuándo regresó de Alepo?
Hace dos años que estoy acá. Regreso por corto tiempo. En febrero estuve allí junto a las hermanas de la comunidad del Verbo Encarnado que siguen allí. No estoy en forma permanente pero me mantengo en contacto. 

¿Había estado antes en alguna zona de conflicto como Alepo?
No. Estuve en Belén donde aprendí a hablar árabe y, si bien viví algunas situaciones de la Intifada o los conflictos entre judíos y palestinos, en comparación con lo que viví después en Siria, eso fue apenas un reflejo de lo que es una guerra. 

Los argentinos vivimos en medio de conflictos sociales pero no en una guerra, ¿estamos muy lejos de poder imaginarla?
Sí, creo es muy difícil imaginarla, hay que vivirla. Yo creía que sabía qué era una guerra, pero la verdad es que estando ahí, adentro, recién se sabe lo que es una guerra. Y por eso uno empieza a valorar tantas cosas, de la vida diaria, cosas básicas que tenemos y no las vemos. Quizás pensamos en lo que nos falta y no en lo que ya tenemos. Allá un día de vida se valora. Se vive de manera intensa, tomando el real sentido de la vida. Hoy puede ser mi último día de la vida, ¿qué pasa después? Ese es el punto. A veces viviendo en forma entretenida, es una pregunta que no nos hacemos. En cierta medida, es una falta de madurez del hombre actual el no preguntarse seriamente por el porvenir. Después de la muerte, ¿qué? Y de acuerdo a eso debo pensar en mi vida hoy. 

¿Tanto la comunidad católica como en la musulmana viven la guerra igual, sin que el credo los separe?

El avance de los grupos fundamentalistas -que lamentablemente están apoyados desde afuera- significó la masacre de cristianos, en primer lugar, y después todo otro grupo religiosos. Incluso musulmanes. El Islam que se vivía en Siria era moderado, con muy buena convivencia entre cristianos y musulmanes. Para estos fanáticos, el musulmán moderado es un traidor. Entonces, ciertamente lo están sufriendo y por eso hay tantas conversiones. Hay muchos musulmanes que dicen: “Si esto es el Islam, esto no quiero para mí”. 

¿Cree que desde Salta se puede hacer algo? 
Es una pregunta que hay que hacerse. A veces, lo que nos llega por los medios de comunicación internacionales, y digo las cadenas más importantes de información, es la noticia tergiversada. Todo esto se presenta como guerra civil. “El pueblo sirio levantado contra su gobierno”, y esto es una mentira desde al comienzo. Lo que se vive allí es una invasión desde afuera, no es el pueblo sirio. Entonces, también se manipula el tema de la ayuda. “¿Cómo ayudarlos? Los refugiados, recibir gente, sacar gente”. Y la solución no es sacar gente, la solución es basta de apoyar a los rebeldes, que es lo que pide la gente allá. La gente en Siria pide que no se apoye más a los rebeldes, que están destruyendo el país. Creo que la primera forma de ayuda es rezar. Si sos cristiano te cortan la cabeza o te crucifican o te entierran vivo. Un cristiano, la verdad, no es que pida para comer, que necesitan ciertamente. Lo que más piden es la oración para mantenerse firmes en su fe. Eso lo podemos hacer todos: es gratis y muy fácil. Es lo que ellos están pidiendo. Entonces ayudémolos como ellos piden ser ayudados. Es muy importante que la verdad se conozca. Desde que empezó el conflicto creamos dos páginas de Facebook: SOS Cristianos en Siria y Amigos de Irak. Allí empezamos a publicar lo que veíamos, las noticias, para que se sepa lo que realmente está pasando. Por supuesto que hay que pensar en ayudar a los refugiados, pero también hay que darse cuenta de que es un tema muy manoseado. Cuando se habla de los refugiados que van a Europa, no estamos hablando solo de los refugiados que se van de Siria e Irak. Se trata de gente que va de todos lados, que necesita un lugar mejor para vivir y ahí estamos hablando de otro tema. En Siria, la gente pide ser ayudada en su lugar de origen y que se diga la verdad. Se sienten usados por quienes están llevando adelante este conflicto. 

¿Cómo describe Alepo? 
Ahora que estuve en febrero, lloré mucho al ver la ciudad, las familias, las pérdidas. Es muy doloroso, pero por otra parte es bueno ver la fuerza del pueblo. Antes de la guerra, económicamente, estaban muy bien, pero de cierta manera viviendo en medio del materialismo y con una fe un poco superficial. Quizás al ser muy abiertos a Occidente se contagiaban de sus vicios. Materialmente hablando, estaban mucho mejor. Pero como personas se han fortalecido y maduraron en sus convicciones. El Verbo Encarnado tiene estudiantes universitarios que siguen sus estudios adelante sin la necesidad de recordarles que deben aprovechar el tiempo. Saben lo que vale un día de vida. Existe una violencia que creo no se ha visto nunca. 

Las mujeres, ¿cómo viven esta situación?
Alepo era una sociedad muy abierta. El Gobierno en Siria es laico, no islámico, por lo tanto, la mujer tenía un rol importante. En ese sentido, la mujer no ha padecido. Creo que lo que tenemos allá son mujeres muy valientes.
 

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