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Caracas y Santa Cruz, en días de furias

Lunes, 24 de abril de 2017 00:00

"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia", dice un viejo refrán y, estos días de protestas y muertes en Venezuela y, en una provincia de Argentina (Santa Cruz), merecen una reflexión.

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"Cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia", dice un viejo refrán y, estos días de protestas y muertes en Venezuela y, en una provincia de Argentina (Santa Cruz), merecen una reflexión.

Venezuela, es el país con la inflación más alta del mundo, Argentina se encuentra sexta de acuerdo al último informe del FMI, luego de la reunión de primavera realizada en Washington. Claro que en nuestro país la situación que vive la provincia gobernada por Alicia Kirchner es el efecto de 26 años kirchneristas.

El fervor y pasión aplicado por un gobierno populista desnaturaliza los objetivos de la causa. Primero fueron Hugo Chávez y Néstor Kirchner quienes sellaron la alianza; luego la profundizaron Nicolás Maduro y Cristina Kirchner, al calor de los primeros resultados positivos en la región. A fines de 1992, Néstor Kirchner gobernaba una provincia de apenas 160.000 habitantes y acababa de cobrar más de 700 millones de dólares en pago de regalías petroleras. Ese era el momento para empezar a cambiar un modelo económico basado en el empleo público por una alternativa productiva. Sin embargo, gran parte de esos fondos, Kirchner con criterio absolutista, decidió llevarlo a Suiza.

Hoy la provincia, con 320.000 habitantes, tiene el récord de empleo público del país: 48 por ciento sobre el total de trabajadores. Recauda $ 3.500 millones anuales para jubilaciones y gasta $ 7.000 millones. Algo similar ocurre con el interior dónde Río Gallegos y Caleta Olivia, tienen los mismos problemas con egresos que superan notablemente los ingresos.

A Santa Cruz se suman los más de 24.000 millones en obras otorgadas a Báez y sus empresas "truchas" que monopolizaron la obra pública. También se agregan los miles de millones de la megausina de Río Turbio que no funciona y los contratos por las represas sobre el río Santa Cruz sin estudios ambientales.

En el otro extremo, la caída de Venezuela se veía venir. La inflación galopante -este año cerca del 700%- y que llegará a los 1.800% en los próximos años, son la punta del iceberg, porque es la ínfima parte de lo que realmente es. La falta de medicamentos, de alimentos esenciales, casi el 83% en la pobreza, desbordaron la paciencia de sus habitantes.

Santa Cruz y Caracas, salvando las distancias, son clara muestras del cansancio de la gente, que se expresa en manifestaciones y protestas. En el primer caso debido a la caótica situa ción económica de la provincia, luego de años de corrupción y en segundo lugar contra el único poder que le queda a Maduro: los colectivos cha vistas.

 

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