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Condenaron a perpetua al asesino del sereno de una obra

Además, deberá pagar una multa económica de 45.000 pesos; mientras que Alejandro Posse, el otro imputado, fue condenado a dos años de prisión condicional.
Martes, 25 de abril de 2017 14:31

La Justicia de Salta condenó en menos de 24 horas a dos hombres a prisión perpetua. Primero fue el fallo en contra de Franco Jonathan Corvalán, quien asesinó al enfermero Leopoldo Núñez, y ayer, cerca del mediodía, la dura pena recayó sobre Miguel Alejandro Hoyos Serrudo, por haber asesinado al sereno Juan Alejandro Martínez. Ambos crímenes estuvieron encuadrados bajo el delito de homicidio calificado criminis causae, en los dos casos los asesinos mataron para robar.
Ayer, el juez Bernardo Ruiz, vocal de la Sala II, condenó en audiencia unipersonal a Miguel Hoyos Serrudo a la pena de prisión perpetua y una multa de 45 mil pesos. Tras la indagatoria y el debate llevado a cabo en el Poder Judicial de Salta capital, el magistrado consideró que Hoyos fue autor del homicidio calificado criminis causae en perjuicio de Martínez.
En esa misma condena, Ariel Alejandro Posse, quien llegó al debate por el delito de encubrimiento agravado, fue condenado a la pena de dos años de prisión condicional. Durante ese tiempo el acusado deberá cumplir determinadas normas de conductas, fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato de Presos y Liberados; abtenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; adoptar oficio, industria, arte o profesión que coincidan con sus capacidades. En el transcurso del fallo, Bernardo Ruiz rechazó el pedido de inconstitucionalidad formulado por la defensa técnica de Hoyos Serrudo.

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La Justicia de Salta condenó en menos de 24 horas a dos hombres a prisión perpetua. Primero fue el fallo en contra de Franco Jonathan Corvalán, quien asesinó al enfermero Leopoldo Núñez, y ayer, cerca del mediodía, la dura pena recayó sobre Miguel Alejandro Hoyos Serrudo, por haber asesinado al sereno Juan Alejandro Martínez. Ambos crímenes estuvieron encuadrados bajo el delito de homicidio calificado criminis causae, en los dos casos los asesinos mataron para robar.
Ayer, el juez Bernardo Ruiz, vocal de la Sala II, condenó en audiencia unipersonal a Miguel Hoyos Serrudo a la pena de prisión perpetua y una multa de 45 mil pesos. Tras la indagatoria y el debate llevado a cabo en el Poder Judicial de Salta capital, el magistrado consideró que Hoyos fue autor del homicidio calificado criminis causae en perjuicio de Martínez.
En esa misma condena, Ariel Alejandro Posse, quien llegó al debate por el delito de encubrimiento agravado, fue condenado a la pena de dos años de prisión condicional. Durante ese tiempo el acusado deberá cumplir determinadas normas de conductas, fijar residencia y someterse al cuidado del Patronato de Presos y Liberados; abtenerse de usar estupefacientes y de abusar de bebidas alcohólicas; adoptar oficio, industria, arte o profesión que coincidan con sus capacidades. En el transcurso del fallo, Bernardo Ruiz rechazó el pedido de inconstitucionalidad formulado por la defensa técnica de Hoyos Serrudo.

Matar para robar

El día previo al dictamen del fallo en la Sala II del Tribunal de Juicio, el principal imputado, Hoyos Serrudo, decidió hablar. En su alocución explicó por qué mató al sereno y trató de justificar la salvaje acción señalando que estaba drogado. “No tuve la intención de que esto pasara, solo quise robar a la empresa”, sostuvo Hoyos Serrudo, quien después de matar con un certero golpe a Martínez lo dejó atado en la obra en construcción que se encontraba ubicada en la avenida Belgrano al 1500, donde la víctima trabaja como sereno en diciembre de 2015.
El día del crimen, el 19 de diciembre de 2015, el principal acusado contó que se dirigió a la obra para cobrar su liquidación y que se puso a consumir marihuana junto a unos amigos. Dos contadores llegaron, pero se fueron sin pagar, Apuntó que estando drogado decidió ir hasta la empresa pero no encontró a nadie, motivo por el cual estaba muy enojado y decidió robarle algo a la empresa.
Al ingresar en la obra, contó Hoyos, se topó con Martínez, en ese momento pensó que el sereno iba a sacar una arma y no dudó en golpearlo. Según sostuvo, después del golpe la víctima quedó con vida. Lo cierto es que cuando llegó la asistencia médica Serrudo estaba ya sin vida y atado “con un alambre que había en la obra”, comentó el acusado, quien permanecerá detenido en esta ciudad por el grave delito perpetrado.
Según la investigación, el 18 de diciembre Hoyos fue temprano a la obra, esperaba a Martínez, con quien había tenido algunos altercados. Se quedó hasta la tarde procurando atacar a Martínez. Al otro día, cerca de las 8, otro sereno que también trabajaba en la obra llamó al portón y no obtuvo respuetas. Decidió entrar y se encontró con una escena terrible: Martínez, ensangrentado, estaba atado de pies y manos, y mostraba evidencias de haber recibido golpes.
 

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