Este domingo, antes de la medianoche, se presentará en el clásico Macondo Bar, del Paseo Balcarce, la banda Combo Locoto. Desde Jujuy nos llega esta agrupación compuesta por Toti Ríos en trompeta y voz, Gustavo Cruz en guitarra, Francisco Lemmes en trombón, Fede Estrada en congas, Cuero Correa en bajo y Toni Zapag en batería.
Fiestera como pocas, Combo Locoto siempre propone poner su música en medio de las reuniones, para que esta se convierta en fiesta. “Justamente la danza y la música, nunca van solas. Es una expresión muy primitiva que el cuerpo necesita. Por eso si separamos la música de la danza, puede que algo se pierda. Son un solo camino, eso creemos nosotros, y estamos aprendiendo a bailar con nuestra propia música. Por ejemplo, en el pueblo afro-boliviano, no se concibe la música sin el baile”, dice Ríos.
“El baile está presente desde las fiestas religiosas hasta el trabajo cotidiano. Lograr un camino de música y danza ayuda a llevar la vida de trabajo, de rutinas largas, que enferman. Uno descubre que muchos ritmos nacen del trabajo. No era una intelectualización, sino un descubrimiento del trabajo. Y los cantos una manera de expresión para poder decirse las cosas con sentimiento”, dice.
El músico cuenta que el grupo entero viajó hasta el Beni, en la Amazonía boliviana, para convivir con Rubén, un maestro, chamán y músico. “Hasta este viaje estuvimos muy academizados. Todos mis compañeros son licenciados en composición, yo soy director de orquesta, en fin... Todos tenemos una estructura más cuadrada. Pero esta experiencia en la selva, rompió con todo eso”, cuenta Toti Ríos.
“Estamos terminando nuestro segundo disco, al que llamamos ‘Disco rojo’, en contraposición al ‘Disco verde’, como llamamos al primero. En este disco el concepto es más grupal, incluso todos los temas están firmados por todo el grupo. El viaje al Beni, donde convivimos dos meses con músicos de la selva, tocando allá, conociendo muchas cosas de ellos, sobre todo en la parte rítmica, aprendiendo el hipnotismo de la música, la honestidad de las personas nos puso de frente a dar con honestidad lo que tenemos como músicos. La idea del viaje fue la de despertar un sonido que surja de una introspección personal, para que salga algo nuestro, porque en esto de tocar uno se olvida de uno mismo. Y tenemos luz para imprimirle a la música. Sobre todo ahora, cuando la tendencia es que todo se parezca a todo, El mismo mercado te obliga a parecerte. Nosotros ensayamos esta salida: hacer un disco. Creemos que es algo que nos llena a nivel espiritual. Es muy sincero, lo más puro posible. En esta época en la que todo te apabulla, sacar un disco así es una cuestión espiritual”, asegura, a pocos días de su presentación en la ciudad.
“Salta se está convirtiendo en un centro importante. A veces ni siquiera en Jujuy nos va tan bien...”, cuenta el trompetista.
El domingo, Combo tocará dos temas de su nuevo disco. “Incorporamos muchas cosas de la electrónica, muchos sonidos. Las nuevas tecnologías rompen los límites de la música”, asegura.
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Este domingo, antes de la medianoche, se presentará en el clásico Macondo Bar, del Paseo Balcarce, la banda Combo Locoto. Desde Jujuy nos llega esta agrupación compuesta por Toti Ríos en trompeta y voz, Gustavo Cruz en guitarra, Francisco Lemmes en trombón, Fede Estrada en congas, Cuero Correa en bajo y Toni Zapag en batería.
Fiestera como pocas, Combo Locoto siempre propone poner su música en medio de las reuniones, para que esta se convierta en fiesta. “Justamente la danza y la música, nunca van solas. Es una expresión muy primitiva que el cuerpo necesita. Por eso si separamos la música de la danza, puede que algo se pierda. Son un solo camino, eso creemos nosotros, y estamos aprendiendo a bailar con nuestra propia música. Por ejemplo, en el pueblo afro-boliviano, no se concibe la música sin el baile”, dice Ríos.
“El baile está presente desde las fiestas religiosas hasta el trabajo cotidiano. Lograr un camino de música y danza ayuda a llevar la vida de trabajo, de rutinas largas, que enferman. Uno descubre que muchos ritmos nacen del trabajo. No era una intelectualización, sino un descubrimiento del trabajo. Y los cantos una manera de expresión para poder decirse las cosas con sentimiento”, dice.
El músico cuenta que el grupo entero viajó hasta el Beni, en la Amazonía boliviana, para convivir con Rubén, un maestro, chamán y músico. “Hasta este viaje estuvimos muy academizados. Todos mis compañeros son licenciados en composición, yo soy director de orquesta, en fin... Todos tenemos una estructura más cuadrada. Pero esta experiencia en la selva, rompió con todo eso”, cuenta Toti Ríos.
“Estamos terminando nuestro segundo disco, al que llamamos ‘Disco rojo’, en contraposición al ‘Disco verde’, como llamamos al primero. En este disco el concepto es más grupal, incluso todos los temas están firmados por todo el grupo. El viaje al Beni, donde convivimos dos meses con músicos de la selva, tocando allá, conociendo muchas cosas de ellos, sobre todo en la parte rítmica, aprendiendo el hipnotismo de la música, la honestidad de las personas nos puso de frente a dar con honestidad lo que tenemos como músicos. La idea del viaje fue la de despertar un sonido que surja de una introspección personal, para que salga algo nuestro, porque en esto de tocar uno se olvida de uno mismo. Y tenemos luz para imprimirle a la música. Sobre todo ahora, cuando la tendencia es que todo se parezca a todo, El mismo mercado te obliga a parecerte. Nosotros ensayamos esta salida: hacer un disco. Creemos que es algo que nos llena a nivel espiritual. Es muy sincero, lo más puro posible. En esta época en la que todo te apabulla, sacar un disco así es una cuestión espiritual”, asegura, a pocos días de su presentación en la ciudad.
“Salta se está convirtiendo en un centro importante. A veces ni siquiera en Jujuy nos va tan bien...”, cuenta el trompetista.
El domingo, Combo tocará dos temas de su nuevo disco. “Incorporamos muchas cosas de la electrónica, muchos sonidos. Las nuevas tecnologías rompen los límites de la música”, asegura.