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Wichis de varias comunidades piden trabajo en una obra del Estado

Se trata de la construcción de una planta de tratamiento de líquidos cloacales que comprende cuatro lagunas depuradoras y el tendido de la red pública de cloacas en Dragones. Se quejan porque no los quieren contratar.
Martes, 25 de abril de 2017 08:22

Se cree que se resignan a la indigna pobreza de siempre. A la indiferencia como horizonte, a los pies descalzos, a los techos de plástico, a los platos vacíos. Se cree que porque viven lejos, dispersos en el monte chaqueño, no se ven y por eso no existen. Se creen muchas cosas hasta que ellos levantan su voz. Esta vez los caciques de las comunidades wichi de El Carpintero, Asamblea de Dios, La Corzuela y La Llana se reunieron en Dragones para manifestarse pidiendo trabajo en una obra del Estado para la cual no fueron convocados. Temen que el empleo se destine a gente de afuera, y la situación económica es tan adversa, es tanta la miseria, que están dispuestos a luchar por esta oportunidad de ganar de unos pesos trabajando como peones, ayudantes y algunos aseguran estar capacitados con certificación para manejar maquinarias como topadoras y motoniveladoras.
La obra en cuestión es la construcción de una planta de tratamiento de líquidos cloacales que comprende cuatro lagunas depuradoras de aproximadamente una hectárea por 15 metros de profundidad cada una, más el tendido de la red pública de cloacas para la localidad de Dragones. Esta planta fue licitada en septiembre de 2016 por Aguas del Norte con un presupuesto oficial de 51 millones, financiada con recursos provistos por la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación a través del Plan Hábitat. Esta obra, que fue adjudicada a la empresa constructora Semaco SA, integró un paquete de cinco licitaciones de obras similares proyectadas en localidades del departamento Rivadavia. 
Ante la negativa de empleo, Hugo Héctor José, cacique de la comunidad El Carpintero, se comunicó con El Tribuno para expresar que “tenemos que manifestarnos a la fuerza en contra de Semaco porque están haciendo las cloacas y no nos dan participación. Pedimos trabajar, queremos tener mano de obra, tenemos gente capacitada que hizo el curso con Tecpetrol en Tartagal y ellos solo tomaron a 17 personas de Dragones, 2 de Chirola, 1 de El Algarrobito y no nos tuvieron en cuenta a los de El Carpinterio, Asamblea de Dios, La Corzuela y La Llana”. 
Agregó: “Todos nos reunimos para protestar por esta medida y nos pusimos detrás de las vías en Dragones para que se hagan presentes las autoridades de Semaco y Aguas del Norte y solo se presentaron los de Aguas del Norte que nos prometieron trabajo, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta. Sabemos que hay mucho para hacer y queremos empleo”.
Otro cacique, Tintin González, dijo: “Acá no hay trabajo, estamos desesperados por trabajo, somos una sola familia wichi, y un hombre que se llama Capriles de Semaco nos dijo que no nos dará trabajo porque somos de otra colectividad, como si fuéramos alemanes o italianos. Capaz que en su ignorancia este hombre se refería a que vivimos a 18 kilómetros de Dragones, pero somos de la zona, somos wichi y tenemos derecho a trabajar en nuestro pueblo; nos quieren excluir pero somos parte y necesitamos trabajo para comer”.
A su turno, el cacique Roque Ramón, manifestó: “Dicen que son tierras de los wichi, pero acá vienen a desmontar, a hacer obras y ni siquiera nos dan trabajo. Es muy triste ver la pobreza en la que estamos, no queremos que venga a trabajar gente de otra parte pudiendo quedar el dinero en nuestras comunidades”.

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Se cree que se resignan a la indigna pobreza de siempre. A la indiferencia como horizonte, a los pies descalzos, a los techos de plástico, a los platos vacíos. Se cree que porque viven lejos, dispersos en el monte chaqueño, no se ven y por eso no existen. Se creen muchas cosas hasta que ellos levantan su voz. Esta vez los caciques de las comunidades wichi de El Carpintero, Asamblea de Dios, La Corzuela y La Llana se reunieron en Dragones para manifestarse pidiendo trabajo en una obra del Estado para la cual no fueron convocados. Temen que el empleo se destine a gente de afuera, y la situación económica es tan adversa, es tanta la miseria, que están dispuestos a luchar por esta oportunidad de ganar de unos pesos trabajando como peones, ayudantes y algunos aseguran estar capacitados con certificación para manejar maquinarias como topadoras y motoniveladoras.
La obra en cuestión es la construcción de una planta de tratamiento de líquidos cloacales que comprende cuatro lagunas depuradoras de aproximadamente una hectárea por 15 metros de profundidad cada una, más el tendido de la red pública de cloacas para la localidad de Dragones. Esta planta fue licitada en septiembre de 2016 por Aguas del Norte con un presupuesto oficial de 51 millones, financiada con recursos provistos por la Secretaría de Vivienda y Hábitat de la Nación a través del Plan Hábitat. Esta obra, que fue adjudicada a la empresa constructora Semaco SA, integró un paquete de cinco licitaciones de obras similares proyectadas en localidades del departamento Rivadavia. 
Ante la negativa de empleo, Hugo Héctor José, cacique de la comunidad El Carpintero, se comunicó con El Tribuno para expresar que “tenemos que manifestarnos a la fuerza en contra de Semaco porque están haciendo las cloacas y no nos dan participación. Pedimos trabajar, queremos tener mano de obra, tenemos gente capacitada que hizo el curso con Tecpetrol en Tartagal y ellos solo tomaron a 17 personas de Dragones, 2 de Chirola, 1 de El Algarrobito y no nos tuvieron en cuenta a los de El Carpinterio, Asamblea de Dios, La Corzuela y La Llana”. 
Agregó: “Todos nos reunimos para protestar por esta medida y nos pusimos detrás de las vías en Dragones para que se hagan presentes las autoridades de Semaco y Aguas del Norte y solo se presentaron los de Aguas del Norte que nos prometieron trabajo, pero hasta ahora no hemos tenido respuesta. Sabemos que hay mucho para hacer y queremos empleo”.
Otro cacique, Tintin González, dijo: “Acá no hay trabajo, estamos desesperados por trabajo, somos una sola familia wichi, y un hombre que se llama Capriles de Semaco nos dijo que no nos dará trabajo porque somos de otra colectividad, como si fuéramos alemanes o italianos. Capaz que en su ignorancia este hombre se refería a que vivimos a 18 kilómetros de Dragones, pero somos de la zona, somos wichi y tenemos derecho a trabajar en nuestro pueblo; nos quieren excluir pero somos parte y necesitamos trabajo para comer”.
A su turno, el cacique Roque Ramón, manifestó: “Dicen que son tierras de los wichi, pero acá vienen a desmontar, a hacer obras y ni siquiera nos dan trabajo. Es muy triste ver la pobreza en la que estamos, no queremos que venga a trabajar gente de otra parte pudiendo quedar el dinero en nuestras comunidades”.

Otras necesidades imperiosas

El año pasado, Hugo Héctor José, de El Carpintero, pidió a través de este diario que la Nación les entregara unas casas hechas para su comunidad, que ya estaban terminadas, pero cerradas. Al respecto, comentó: “Desde Desarrollo Social de la Nación nos dijeron que ocupáramos las casas, pero que no las iban a entregar oficialmente porque no había plata para ponerles muebles como era el proyecto. Así que entramos a las casas, pero no sé qué vamos a hacer en el invierno porque estamos durmiendo en el piso, sobre cueros de vaca, no tenemos nada, estamos aislados por las lluvias, y no tenemos trabajo”.
Agregó: “Vinieron de la Fundación Pata Pila a atender a los chicos desnutridos y a prevenir el dengue, dicen. Nosotros le hemos abierto una senda para que puedan entrar por las lluvias que han cortado el paso, y vean la realidad de la gente de acá. Tenemos un hermano de la comunidad que tiene el ano contra natura y usa una bolsita que hay que cambiar todos los días y no se consigue, así que sería bueno que nos donen bolsas para que no tengamos que salir a buscar sin plata”. 
Contó que “para conseguir las bolsas nos tenemos que ir a Orán, haciendo vaquita porque nos sale 300 pesos ida y vuelta el colectivo y son tres horas de ida y tres horas de vuelta, así que hay que comer también. Además tenemos que caminar una hora hasta donde se toma el colectivo para ir a Orán”.
Así, llorando sus pesares, los wichi de este norte ardiente en verano, inundado en otoño, sin frazadas en invierno, siguen luchando sin perder la fe. 


Cerraron la escuela y 420 chicos están sin ir a clases 

También en el norte, en Santa Victoria Este, departamento Rivadavia, Mateo Torres, cacique de Misión Anglicana y de Santa María, le informó a El Tribuno que decidieron cerrar la escuela de Santa María porque “los chicos sufren, están aislados por el temporal y los techos de la escuela se llueven mucho”. 
“Hay un aula que el maestro ha cerrado porque las paredes están electrocutadas y es un peligro, así que hemos decidido cerrar la escuela porque esta en muy malas condiciones”, dijo. 420 chicos estudian en la escuela Isi Nilataj de Santa María, y están sin clases desde hace una semana.
“Algunos maestros están a favor porque ven la situación y hay otros que quieren dar clases lo mismo. Nosotros nos reunimos con los padres y ninguno quiere que los chicos estudien así. La misma supervisora, Valeriana, nos dijo que no está en condiciones la escuela”, dijo, y agregó: “Desde el Ministerio no responden a esta necesidad enorme que tenemos, acá los niños no están primero, nadie escucha. La realidad es muy triste”. 
Se quejó: “En esta escuela hay cargos vacantes de auxiliares bilingües y dicen que no hay presupuesto para eso, pero en Misión La Paz tomaron tres auxiliares y nosotros nos enteramos porque somos la misma familia wichi y nos en    teramos de todo”.
 

 

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