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“Mi lucha por saber qué fue del destino final de mi hijo”

Aurora Sánchez Nadal no se cansa de buscar a su hijo. Iván Ruiz fue uno de los guerrilleros de Movimiento Todos por la Patria (MTP) que protagonizó el denominado “copamiento a La Tablada”. Él, junto a otros tres guerrilleros, quedaron en la singularidad de la historia como “desaparecidos en tiempos de democracia”. 
Miércoles, 26 de abril de 2017 10:49

Aurora Sánchez Nadal no se cansa de buscar a su hijo. Iván Ruiz fue uno de los guerrilleros de Movimiento Todos por la Patria (MTP) que protagonizó el denominado “copamiento a La Tablada”. Él, junto a otros tres guerrilleros, quedaron en la singularidad de la historia como “desaparecidos en tiempos de democracia”.
El 23 de enero de 1989, cerca de 50 integrantes del MTP ingresaron al Regimiento de Infantería Mecanizada III de La Tablada, en La Matanza. El intento de copamiento fracasó y tras un combate con efectivos de la Policía Bonaerense y el Ejército. En el enfrentamiento murieron varios militantes del MTP, un grupo se rindió y otro se entregó. A algunos los fusilaron, pero cuatro de los que fueron capturados con vida permanecen aún desaparecidos. Se trata de Francisco Provenzano, Carlos Samojedny, Iván Ruiz y José Díaz, por lo que la mujer lleva más de 28 años exigiéndole al Estado la investigación para dar con la información sobre su hijo.
Aurora estuvo en Salta, en febrero de este año, presentando el documental “Somos Invencibles” y dio algunas aclaraciones, regaló su sonrisa y habló sobre su lucha de madre.

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Aurora Sánchez Nadal no se cansa de buscar a su hijo. Iván Ruiz fue uno de los guerrilleros de Movimiento Todos por la Patria (MTP) que protagonizó el denominado “copamiento a La Tablada”. Él, junto a otros tres guerrilleros, quedaron en la singularidad de la historia como “desaparecidos en tiempos de democracia”.
El 23 de enero de 1989, cerca de 50 integrantes del MTP ingresaron al Regimiento de Infantería Mecanizada III de La Tablada, en La Matanza. El intento de copamiento fracasó y tras un combate con efectivos de la Policía Bonaerense y el Ejército. En el enfrentamiento murieron varios militantes del MTP, un grupo se rindió y otro se entregó. A algunos los fusilaron, pero cuatro de los que fueron capturados con vida permanecen aún desaparecidos. Se trata de Francisco Provenzano, Carlos Samojedny, Iván Ruiz y José Díaz, por lo que la mujer lleva más de 28 años exigiéndole al Estado la investigación para dar con la información sobre su hijo.
Aurora estuvo en Salta, en febrero de este año, presentando el documental “Somos Invencibles” y dio algunas aclaraciones, regaló su sonrisa y habló sobre su lucha de madre.


¿De qué habla “Somos Invencibles”?
Acá hay una equivocación que sospecho parte de los medios de comunicación. Este no es un documental sobre el ataque al cuartel de La Tablada. Esto es un trabajo documental que habla sobre los desaparecidos que dejó esa acción armada. Lo que trata de ver el director es el lado humano de los guerrilleros del MTP, cómo llegan hasta ahí y yo soy el eje del documental porque básicamente se trata además de mostrar mi lucha por saber qué fue del destino final de mi hijo.

Se sabe que tu hijo y tres más no murieron en el enfrentamiento...
Sí, las fotos de Eduardo Longoni son la prueba de que las Fuerzas Armadas los toman con vida y luego no se sabe más qué pasó. Sólo para que sepan, Iván sale en una foto donde se lo muestra que está boca abajo, un soldado lo mira y mi hijo también le devuelve la mirada. Nosotros ampliamos la foto con Eduardo (Longoni) y vimos que él levanta la cabeza lo cual demuestra que estaba con vida al momento de la rendición. Entonces yo, como madre, quiero saber cuál fue el destino final de mi hijo.


¿Entonces esta entrevista no es para las secciones de espectáculos?
Para nada. Este documental es parte de la historia que estamos escribiendo. Es lo que queremos saber los familiares y coincide nuestro pedido con lo que dice la Justicia, en un fallo de la Corte Suprema, en diciembre de 2014, que dictó la imprescriptibilidad de la causa, además de revocar el sobreseimiento que la Sala I de la Cámara de Apelaciones de San Martín le había otorgado al general Alfredo Arrillaga y al mayor Jorge Varando, por lo que continúan siendo investigados por estas desapariciones.


Pero lo mismo debemos remitirnos al realizador, director y los detalles técnicos de la película...
Sí, eso es muy curioso, pero es necesario hablar de quién lo hizo (ríe). El director es Pablo Arturo Suárez y es un ecuatoriano divino, que tiene una paciencia extrema. La proyección sólo dura 23 minutos y no sé cómo hizo porque rodamos en mi casa en Nicaragua (mando un saludo para La Boquita), en la provincia de Buenos Aires, en Plaza de Mayo, en Córdoba y en Rosario. No se cómo metió todo lo que había de material en ese tiempo tan corto; es un genio el ecuatoriano. Yo fui el eje, según él, y fuimos por los caminos recorriendo los senderos de los desaparecidos. Porque acá hay una demonización de los jóvenes guerrilleros y nosotros mostramos a sus familias, qué les gustaban, qué soñaban, cuáles eran sus ideales y básicamente cómo amaban la vida.

¿Y tu hijo cómo era?
Era un loco lindo. No se puede descontextualizar de la familia de donde pertenece. Yo me fui exiliada a Nicaragua. Mi hermano también perteneció a la guerrilla. Nada fue por casualidad. Armábamos cosas, planeábamos otras, discutíamos posibilidades y él estaba ahí presente desde bebé, porque no había una guardería (ríe); había pañales y mapas. Y como todo loco quería vivir el presente, y vivirlo ya, no desperdiciaba el tiempo. Fijate que la hermana vino un día escandalizada y me dijo que se iba a casar. Él tenía sólo 17 años. Yo le dije a su hermana: hay cosas peores que le podrían pasar... y así le sucedió.


Y comenzaste esta “gira nacional” hablando sobre él y sus cumpas. ¿cómo son las presentaciones y cómo sigue esto?
Las presentaciones son bien charladas (ríe). Yo le debo agradecer en primer lugar a las organizaciones de derechos humanos de todas las ciudades den donde andamos presentando el material y mi lucha. En cada lugar hay gente que busca un espacio, que convoca y que organiza. También a los medios de prensa y a los sindicatos que ayudan. En Salta a la Asociación Lucrecia Barquet y al Sindicato de Luz y Fuerza. Pero también a las organizaciones de Buenos Aires que me permitieron realizar la presentación de la exEsma, a Rosario, Zárate, Tucumán, Jujuy y ahora Santiago del Estero. Luego me iré a mi casa en la playa. Ya tengo unos cuantos años y quiero descansar, aunque ya me invitaron a España por el tema también del documental y creo que me iré.

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