Otro viernes más con una plaza 9 de Julio poblada de tristeza, de nostalgia por seres que ya no están y por la impunidad que gobierna sobre decenas de víctimas, quienes al igual que sus deudos no recibieron aún el servicio de Justicia.
La marcha 323 tuvo como motivo principal el caso Cintia Fernández y un recordatorio vivaz sobre Jimena Salas, de cuya muerte la sociedad no recibió las garantías de una investigación seria como tampoco resultados alentadores.
La marcha por memoria, verdad y Justicia se realizó cerca de las 20 con la premisa: basta de impunidad, por todas las víctimas de femicidio.
Ayer se cumplió el sexto aniversario del crimen de Cintia Fernández, por lo que la Comisión de Familiares Contra la Impunidad marcharon críticamente con la voz alzada en contra de la Justicia local.
Luego de la marcha se realizó un acto homenaje a todas las mujeres víctimas de violencia de género y femicidio.
El transcurso de la protesta, que lleva años sin solución de continuidad, se realizó en un clima de paz, sin incidentes y fue seguida por un numeroso público, entre ellos decenas de feriantes que han acampado ya en la zona de plaza 9 de Julio, un lugar atestado de artesanos y otros vendedores.
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Otro viernes más con una plaza 9 de Julio poblada de tristeza, de nostalgia por seres que ya no están y por la impunidad que gobierna sobre decenas de víctimas, quienes al igual que sus deudos no recibieron aún el servicio de Justicia.
La marcha 323 tuvo como motivo principal el caso Cintia Fernández y un recordatorio vivaz sobre Jimena Salas, de cuya muerte la sociedad no recibió las garantías de una investigación seria como tampoco resultados alentadores.
La marcha por memoria, verdad y Justicia se realizó cerca de las 20 con la premisa: basta de impunidad, por todas las víctimas de femicidio.
Ayer se cumplió el sexto aniversario del crimen de Cintia Fernández, por lo que la Comisión de Familiares Contra la Impunidad marcharon críticamente con la voz alzada en contra de la Justicia local.
Luego de la marcha se realizó un acto homenaje a todas las mujeres víctimas de violencia de género y femicidio.
El transcurso de la protesta, que lleva años sin solución de continuidad, se realizó en un clima de paz, sin incidentes y fue seguida por un numeroso público, entre ellos decenas de feriantes que han acampado ya en la zona de plaza 9 de Julio, un lugar atestado de artesanos y otros vendedores.
Adhesiones
Muchísimas personas foráneas se detuvieron frente a las pancartas, sobre todo ante los retratos y fotografías de las víctimas, la mayoría mujeres salteñas y también foráneas que aún habitan el mundo de aquellos que esperan que la justicia de los hombres o terrenal las expíen de sus culpas de haber sido en vida víctimas y que el peso de la ley alcance de una vez por todas a aquellos que son sus victimarios.
La manifestación abogó también porque los derechos de las víctimas sean considerados en mayor proporción que el derecho que asiste a los victimarios, hoy protegidos por las garantías procesales.
Hubo mucha gente y mucho más dolor.
No fue una marcha más, fue una multitudinaria muestra de que la sociedad puede perdonar pero no olvidar.
En ese viacrucis de dolor cada cual cargó su madero, algunos ya por años; otros solo por semanas o meses, pero estaba claro que el público ayer no fue ajeno a tamaña muestra de impotencia. Muchos alzaron su corazón y ayudaron a los centenares de marchantes a decirles no al olvido y la impunidad.