Un agente de la Policía Federal fue asesinado el jueves a balazos cuando realizaba tareas encubiertas en el marco de una causa por narcotráfico en la Villa Loyola, del partido bonaerense de San Martín.
La víctima fue identificada como Alan Maximiliano Dolz (21), agente del Departamento Tráfico Ilícito de Drogas de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA).
El episodio ocurrió a las 10.20 cuando el efectivo y otros dos compañeros se dirigieron a realizar tareas de inteligencia a la Villa Loyola, en el marco de una causa por narcotráfico a cargo del juez federal 1 de San Martín, Emiliano Canicoba.
Dos de los efectivos ingresaron de manera encubierta al asentamiento situado en inmediaciones de las avenidas General Paz y Constituyentes, y fueron atacados a balazos de manera sorpresiva por al menos cuatro delincuentes.
“Iban por uno de los pasillos, Dolz atrás y delante de él uno de sus compañeros. Salieron cuatro o cinco delincuentes, tiraron al agente al piso, le pegaron y le empezaron a disparar. Le dieron como cuatro balazos”, dijo un jefe policial.
El otro policía salió corriendo y efectuando disparos, lo que hizo que los asesinos de Dolz se dispersaran, momento en el que el policía cargó a su compañero herido y lo llevó hasta el auto para trasladarlo aun centro médico.
El suboficial de Drogas Peligrosas fue llevado de urgencia Hospital Belgrano, de San Martín, donde murió instantes después a raíz de las lesiones sufridas. “Para mí era como un Dios”, dijo Ricardo, el papá de Alan. Y sostuvo a Clarín que el joven eligió ser policía “por vocación” y que “no le daba miedo meterse en lugares peligrosos”. Además, remarcó que “era lo que le gustaba, por algo se metió ahí”. El joven vivía con sus padres en San Francisco Solano. Tenía dos hermanos y cuatro sobrinos.
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Un agente de la Policía Federal fue asesinado el jueves a balazos cuando realizaba tareas encubiertas en el marco de una causa por narcotráfico en la Villa Loyola, del partido bonaerense de San Martín.
La víctima fue identificada como Alan Maximiliano Dolz (21), agente del Departamento Tráfico Ilícito de Drogas de la Superintendencia de Drogas Peligrosas de la Policía Federal Argentina (PFA).
El episodio ocurrió a las 10.20 cuando el efectivo y otros dos compañeros se dirigieron a realizar tareas de inteligencia a la Villa Loyola, en el marco de una causa por narcotráfico a cargo del juez federal 1 de San Martín, Emiliano Canicoba.
Dos de los efectivos ingresaron de manera encubierta al asentamiento situado en inmediaciones de las avenidas General Paz y Constituyentes, y fueron atacados a balazos de manera sorpresiva por al menos cuatro delincuentes.
“Iban por uno de los pasillos, Dolz atrás y delante de él uno de sus compañeros. Salieron cuatro o cinco delincuentes, tiraron al agente al piso, le pegaron y le empezaron a disparar. Le dieron como cuatro balazos”, dijo un jefe policial.
El otro policía salió corriendo y efectuando disparos, lo que hizo que los asesinos de Dolz se dispersaran, momento en el que el policía cargó a su compañero herido y lo llevó hasta el auto para trasladarlo aun centro médico.
El suboficial de Drogas Peligrosas fue llevado de urgencia Hospital Belgrano, de San Martín, donde murió instantes después a raíz de las lesiones sufridas. “Para mí era como un Dios”, dijo Ricardo, el papá de Alan. Y sostuvo a Clarín que el joven eligió ser policía “por vocación” y que “no le daba miedo meterse en lugares peligrosos”. Además, remarcó que “era lo que le gustaba, por algo se metió ahí”. El joven vivía con sus padres en San Francisco Solano. Tenía dos hermanos y cuatro sobrinos.
Distintas fuentes dijeron que el sospechoso sería uno de los integrantes de la “banda de los payasos” que acribilló de siete balazos a Omar Ibáñez (41) el 2 de febrero pasado. La principal hipótesis es que este crimen se trató de una venganza narco, contra un militante y presunto ladrón que se oponía a la venta de drogas en el barrio.
Por la muerte de Dolz, el Gobierno decretó un duelo nacional. Hoy la bandera argentina permanecerá izada a media asta en todos los edificios públicos del país.
En los considerandos del Decreto 296/2017, publicado hoy en el Boletín Oficial con la firma de la vicepresidente Gabriela Michetti, el jefe de Gabinete Marcos Peña y la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, la administración nacional argumentó que es un “deber honrar su memoria con motivo de su lamentable fallecimiento en cumplimiento del deber combatiendo el narcotráfico”.
“Este Gobierno entiende como una cuestión de Estado irrenunciable y excluyente llevar adelante con el máximo rigor la lucha contra el narcotráfico, por tratarse de un delito que constituye un auténtico flagelo para la sociedad, que no sólo afecta a la salud y la seguridad ciudadana, sino que importa una auténtica violación a la soberanía nacional por tratarse de un crimen cuya naturaleza es claramente transnacional”, fundamentaron.