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El papa Francisco inicia un riesgosa visita a Egipto: hay preocupación en la Santa Sede

El Sumo Pontífice llegará hoy en medio de un gran operativo de seguridad. Tendrá el objetivo de consolar a la comunidad cristiana por los recientes ataques terroristas y de tender puentes con los musulmanes.
Viernes, 28 de abril de 2017 09:13
El Papa Francisco iniciará hoy una visita a Egipto, un país dominado por los musulmanes. Para muchos arriesga su vida.

Aunque públicamente “no hay preocupación”, en el Vaticano sí admiten que hay inquietud por la “misión de paz” de apenas 27 horas que el papa Francisco emprende hoy a Egipto, nación líder entre los países árabes.
En un viaje cargado de desafíos, el Papa llegará a un país en estado de emergencia, declarado por el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, después de los cruentos ataques terroristas del grupo extremista Estado Islámico (EI) contra dos iglesias coptas, el pasado Domingo de Ramos, los últimos de una seguidilla que está ensangrentando Egipto.
En medio de extremas medidas de seguridad y del temor a atentados, Francisco arribará a un país de 90 millones de habitantes, de mayoría musulmana (90%), con un rol clave en el polvorín de Medio Oriente, en un clima muy distinto del que recibió a Juan Pablo II, primer pontífice en pisar Egipto, en febrero de 2001, según enumera La Nación.
Francisco no está especialmente preocupado y no utilizará un vehículo blindado, como hicieron sus predecesores en cuando hacían visitas al extranjero, indicó el vocero del Vaticano Greg Burke. El Papa insistió en seguir adelante con el viaje incluso después de dos ataques gemelos contra una iglesia el pasado Domingo de Ramos, en los que murieron 45 personas, y del posterior ataque al conocido monasterio de Santa Catalina en el Sinaí. “Estamos en el mundo de la’nueva normalidad”, dijo Burke. “Pero seguimos adelante con serenidad”.
La pieza central del viaje de dos días será la visita hoy a Al Azhar, la venerada sede de aprendizaje del islam sunita, con 1.000 años de historia. Allí se reunirá en privado con el gran imán jeque Ahmed al Tayeb y participará en una conferencia internacional de paz.

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Aunque públicamente “no hay preocupación”, en el Vaticano sí admiten que hay inquietud por la “misión de paz” de apenas 27 horas que el papa Francisco emprende hoy a Egipto, nación líder entre los países árabes.
En un viaje cargado de desafíos, el Papa llegará a un país en estado de emergencia, declarado por el presidente egipcio, Abdel Fatah al-Sisi, después de los cruentos ataques terroristas del grupo extremista Estado Islámico (EI) contra dos iglesias coptas, el pasado Domingo de Ramos, los últimos de una seguidilla que está ensangrentando Egipto.
En medio de extremas medidas de seguridad y del temor a atentados, Francisco arribará a un país de 90 millones de habitantes, de mayoría musulmana (90%), con un rol clave en el polvorín de Medio Oriente, en un clima muy distinto del que recibió a Juan Pablo II, primer pontífice en pisar Egipto, en febrero de 2001, según enumera La Nación.
Francisco no está especialmente preocupado y no utilizará un vehículo blindado, como hicieron sus predecesores en cuando hacían visitas al extranjero, indicó el vocero del Vaticano Greg Burke. El Papa insistió en seguir adelante con el viaje incluso después de dos ataques gemelos contra una iglesia el pasado Domingo de Ramos, en los que murieron 45 personas, y del posterior ataque al conocido monasterio de Santa Catalina en el Sinaí. “Estamos en el mundo de la’nueva normalidad”, dijo Burke. “Pero seguimos adelante con serenidad”.
La pieza central del viaje de dos días será la visita hoy a Al Azhar, la venerada sede de aprendizaje del islam sunita, con 1.000 años de historia. Allí se reunirá en privado con el gran imán jeque Ahmed al Tayeb y participará en una conferencia internacional de paz.

"El Papa nunca pensó en renunciar al viaje justamente porque quiere estar presenta allí donde hay situaciones de violencia, de conflicto. Y viaja justamente porque Egipto necesita de alguien que anuncie la paz y que intente operar por la paz", explicó ayer el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado. Parolin viajará en el séquito papal junto con otros purpurados.

Francisco insistió en que el diálogo entre cristianos y musulmanes es la única manera de superar el extremismo islámico que ha inspirado ataques a cristianos y llevado a muchos miembros de esta minoría a abandonar comunidades establecidas hace 2.000 años en Irak, Siria y otros lugares de Medio Oriente. Aunque el Pontífice condenó los ataques extremistas contra cristianos, dijo viajar a Egipto como un mensajero de paz en un momento en el que el mundo está “desgarrado por la violencia ciega”.
La visita del Papa también ayudará al presidente de Egipto, Abdelfatah al Sisi, a asentar su imagen de estatista global que combate la militancia religiosa y defiende el diálogo entre religiones.
El Papa se dedicará mañana a la minoría católica (0,31% de la población) del país. Por motivos de seguridad, celebrará una misa en un estadio militar ante unos 30.000 fieles. Antes de emprender el regreso a Roma, alentará al clero local.
Aunque la minoría copta está de fiesta por esta primera visita de Francisco, cuyo lema es “Papa de la paz en un Egipto de paz”, algunos ven con escepticismo esta virtual misión imposible. “Vivo en Egipto y no estoy de acuerdo con este viaje: el país es inestable y temo por la vida del Papa”, comentó Robert Lewis, católico estadounidense.
“El trabajo de este pontífice es demasiado crucial para el futuro del catolicismo como para ser puesto en riesgo en un vano intento de sanar luchas internas del islam y de Egipto”, agregó, resumiendo el clima que se vive en la tierra de Cleopatra.

 

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